El centrismo enga?oso
En pol¨ªtica el centro no existe. Es un invento de la derecha que no osa decir su nombre porque huele a reacci¨®n y carcunda. La izquierda lo utiliza como maquillaje tranquilizador ante los que a¨²n temen de ella el socialismo. El centro-izquierda ser¨ªa la oferta de un progresismo moderado que, adem¨¢s, permite que la derecha se preste a no ser tan montaraz y extremista, y se autocalifique de centro-derecha. Toda la pol¨ªtica acabar¨ªa siendo de centro, se centrar¨ªa en ¨¦l. Derechas e izquierdas ser¨ªan meros afluentes del gran r¨ªo centrista. ?Y por qu¨¦? Porque el realismo pragm¨¢tico de los pol¨ªticos les indujo a que sus partidos aparecieran como unos catch-all (para todos los gustos), capaces de alcanzar cuantos m¨¢s votos mejor y poder gobernar c¨®modamente con mayor¨ªas absolutas. La CiU de Jordi Pujol ha sido un ejemplo hist¨®rico, pues no hay nada m¨¢s de centro que el populismo nacionalista de la derecha.
El centrismo de CiU est¨¢ dividido entre el soberanismo de CDC y la pedagog¨ªa espa?olista de Duran
El centrismo funciona como una promesa de poder porque nace, en el fondo, de un velado reconocimiento de que el verdadero centro est¨¢ en el Gobierno, sea cual sea, ya que ¨¦l es el instrumento central de la acci¨®n pol¨ªtica. Por eso el partido que se proclama centrista viene a decirles a los votantes que es el m¨¢s apto a la hora de gobernar y que no duden en apostar por el futuro caballo vencedor. No importa la ideolog¨ªa de su programa o presumir de convicciones inalterables y de servicio a la naci¨®n. Se da por supuesto que la gente ya no tiene ideolog¨ªa y se promete lo que la gente quiere seg¨²n las encuestas, como todo producto de mercado. Lo que despu¨¦s se har¨¢ desde el poder ser¨¢ simplemente lo que se pueda, lo que permitan las complejas y variables circunstancias de la econom¨ªa global y de las relaciones t¨¢cticas con los otros partidos. A esa forma de gobernar se le llama cesarismo emp¨ªrico. El general Franco fue el c¨¦sar ideal del ir tirando seg¨²n el viento, sin m¨¢s proyecto y rumbo que no perder el centro, es decir, el poder.
De la palabra centro proviene esa otra tan fea de centralidad, que tanto le gusta a Artur Mas. En deporte, los centrales son b¨¢sicos. En pol¨ªtica implica no s¨®lo ser centrista, sino estar como referente central, marcar la agenda (literalmente, las cosas que hay que hacer) y obligar a los otros partidos a someterse a ella, como ha hecho el PP con el terrorismo etarra para ocultar las pol¨ªticas sociales del Gobierno socialista.Tambi¨¦n con la centralidad se est¨¢ prometiendo que se gobernar¨¢, pues, aun desde la oposici¨®n, parece que ya se est¨¢ mandando a los dem¨¢s. Con todo, si el que ya gobierna es el verdadero centro, de nada servir¨¢ la centralidad para desbancarle, dado que la gente tambi¨¦n es pr¨¢ctica y prefiere votar al gobernante que lo haga bien antes que al rival pretencioso. Adem¨¢s, es dif¨ªcil presumir de central porque el centro al que se aspira lo ambicionan todos, y no todos caben. ?ste es el caso del nacionalismo catal¨¢n actual, centrista de toda la vida, pero descentrado ahora por los tirones que sufre a derecha e izquierda. Sus equilibrios verbales para contentar a todos ponen en contradicci¨®n su pretendido centrismo y su radicalismo ret¨®rico. Sus votantes no saben qu¨¦ pensar y est¨¢n perplejos.
El centrismo de CiU se halla partido entre el soberanismo de CDC, que pasa de Espa?a, y el sentido com¨²n a lo Rajoy y la pedagog¨ªa espa?olista de ra¨ªz maragalliana del se?or Duran. ?ste, por su parte, para ser buen centrista, pone en el mismo saco de radicalidad y crispaci¨®n al PP y al PSOE, pero cree que ganar¨¢ Zapatero, y no se f¨ªa de ¨¦l. Si le exige algo en vano, se condena a no ser decisivo, y si pacta pese a todo lo que acepte ZP, favorece al presidente Montilla, que ser¨¢ quien gestione lo logrado. El se?or Carod Rovira ve en la manifestaci¨®n de emprenyats un principio de independencia y dice que eso demuestra la centralidad de ERC aunque Mas diga lo mismo porque los manifestantes ejerc¨ªan el derecho a decidir que ¨¦l proclama. Carod el radical comparte con el presidente Montilla el centro de la gobernaci¨®n y no ve posible la secesi¨®n de Catalu?a sin tener a su derecha e izquierda, y ¨¦l como centro, a CiU y al PSC. ?A qui¨¦n votar¨¢n convergentes y republicanos, partidos como est¨¢n sus respectivos partidos en el af¨¢n de contentar a todos y ser el centro de su atenci¨®n y voto? El elector (y mi lector) se est¨¢n hartando de tanto centrismo falsario. Las encuestas hablan de que las filas nacionalistas aportan el ¨ªndice m¨¢s alto de la futura abstenci¨®n. Por muy emprenyada que la gente est¨¦ (y el president el primero), sabe que s¨®lo le resolver¨¢ sus problemas, m¨¢s pronto o m¨¢s tarde, el que gobierna. ?Conf¨ªa en que sea el PP? Si desconf¨ªa de ZP como Duran, ?votar¨¢ a CiU para que Duran acabe pactando? El verdadero centro, como dije, es quien gobierna y el ¨²nico centrismo verdadero es el del partido gobernante. El resto son enga?osas esperanzas de poder en las que pocos conf¨ªan.
J. A. Gonz¨¢lez Casanova es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UB.
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