El 'rap' duro de Violadores del Verso ve la luz en DVD
En la peluquer¨ªa zaragozana de la madre de David Gilaberte las clientas traen recortes de prensa. Dicen que su hijo, rebautizado como L¨ªrico, es uno de los cantantes de Violadores del Verso, el mejor grupo de rap espa?ol. Que David y sus amigos Sergio (Hate), Javier (Kase-O) y Rub¨¦n (R de Rumba), est¨¢ llevando al hip-hop espa?ol a cotas nunca vistas. Ella ya ni se sorprende.
Porque a finales de 2006, Violadores del Verso ya provoc¨® un terremoto cuando, por sorpresa, su cuarto trabajo, Vivir para contarlo, se plant¨® durante una semana como el disco m¨¢s vendido en Espa?a. La cantante Mal¨² tuvo que esperar para que todo volviese a la predecible normalidad de la lista de ventas. "Ya saben que no somos cuatro cr¨ªos jugando a ser raperos", explica Sergio Rodr¨ªguez, alias Hate.
Aqu¨¦l fue el primer r¨¦cord de Violadores. El segundo se bati¨® el 12 de octubre, cuando congregaron a 70.000 personas en un concierto en Zaragoza. "Bueno, era gratis...", dice modesto Kase-O, Javier Ibarra, de 28 a?os, con cara de tipo noble, y barba de seis d¨ªas.
Una mala pasada
El grupo recal¨® hace unos d¨ªas por Madrid para dar los ¨²ltimos retoques a su nuevo DVD en directo Gira06/07. Presente. Un despliegue de c¨¢maras sin precedentes en un grupo de rap. "Los nervios nos jugaron una mala pasada y terminamos el concierto muy enfadados con nosotros mismos", reconoce L¨ªrico. "Est¨¢bamos poco sueltos y qued¨® la impresi¨®n de haber grabado el peor concierto de la gira". No lo vieron as¨ª las 8.000 personas que corearon hasta las comas.
Porque el gran ¨¦xito de Violadores del Verso se cifra en las letras de unas canciones que ejercen de im¨¢n para los j¨®venes. Lo mismo que ocurr¨ªa en los sesenta con los cantautores. Los jefes de esta nueva revoluci¨®n musical practican rap a orillas del Ebro: austero, callejero y de l¨ªrica veloz y corrosiva.
Como verdaderos pioneros del g¨¦nero, Violadores del Verso han visto de todo. Hasta peque?os problemas con la ley. Este verano, tras un concierto, la Polic¨ªa Local de Tarragona irrumpi¨® en su camerino para pedir explicaciones sobre unas colillas de porro que quedaron sobre el escenario. "A las folcl¨®ricas el p¨²blico les tira claveles. A nosotros, colillas de canutos". Tema zanjado, y sin denuncia final.
As¨ª que la madre de David no tuvo noticias. Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ este trozo de papel s¨ª acabe en su peluquer¨ªa.
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