El dolor de la p¨¦rdida
De un tiempo (corto) a esta parte, la distribuci¨®n cinematogr¨¢fica espa?ola se ha fijado por fin en una serie de prestigiosos nombres procedentes de Oriente, habituales de secciones oficiales a concurso de festivales como Cannes y Venecia, pero que nunca hab¨ªan estrenado comercialmente sus pel¨ªculas en nuestro pa¨ªs.
Unos autores que, aunque en principio poco tengan que ver respecto a sus estilos, acaban coincidiendo en un esp¨ªritu de continua huida de los caminos m¨¢s trillados de la narraci¨®n cinematogr¨¢fica. As¨ª, al chino Jia Zhang-ke, autor de la magn¨ªfica Naturaleza muerta, y al malasio Tsai Ming-Liang, director de la pol¨¦mica El sabor de la sand¨ªa, se une esta semana la japonesa Naomi Kawase con El bosque del luto, bello drama sobre la soledad tras una muerte cercana, que obtuvo el Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes.
EL BOSQUE DEL LUTO
Direcci¨®n: Naomi Kawase.
Int¨¦rpretes: Machiko Ono, Kanako Masuda,
Shigeki Uda, Makiko Watanabe.
G¨¦nero: drama. Jap¨®n-Francia, 2007.
Duraci¨®n: 97 minutos.
La directora Naomi Kawase sigue a sus criaturas muy de cerca
"El agua nunca regresa a sus fuentes". Esta frase, pronunciada por el anciano viudo protagonista de la pel¨ªcula, ejemplifica la base dram¨¢tica de la historia, a la vez que une su existencia con la de la cuidadora del asilo donde habita, una joven que acaba de perder a su peque?o hijo de dos a?os.
El car¨¢cter irreparable de la muerte, la imposibilidad de que el agua recorra el camino inverso, los funde en un doble sufrimiento, y el dolor de la p¨¦rdida se convierte en el dolor de vivir. C¨¢mara en mano, la directora Naomi Kawase sigue a sus criaturas muy de cerca, casi siempre en primer plano, mostrando en sus rostros la desesperaci¨®n mental y el agotamiento f¨ªsico.
A lo largo de una ¨²nica jornada de excursi¨®n campestre, mostrada de forma tan exhaustiva como clarificadora, tan minimalista como contemplativa, los dos casi ¨²nicos protagonistas vivir¨¢n su particular momento de catarsis. Los personajes viven una experiencia purificadora en la que dominar¨¢n los placeres y las aflicciones de los cinco sentidos; una pel¨ªcula que, adem¨¢s de verse y o¨ªrse, casi se puede oler, degustar y tocar, sobre todo en la maravillosa secuencia de uni¨®n espiritual junto al fuego.
Como en Gerry, el filme de 2002 de Gus van Sant, el anciano y la joven son dos seres en camino hacia su propia salvaci¨®n, perdidos en medio de una naturaleza que casi siempre les domina, pero ante la que nunca se arredran, lo que les acaba llevando a un v¨ªa crucis corporal y, al tiempo, moral. Sin embargo, a diferencia de Van Sant, Kawase aporta a su obra una vocaci¨®n m¨¢s po¨¦tica que experimental.
La directora japonesa, de 38 a?os, habitual del documental, aplica una vez m¨¢s su sentimiento de b¨²squeda -en Embracing, pel¨ªcula de corte autobiogr¨¢fico, indagaba en la figura del padre ausente, que la abandon¨® cuando ella era apenas una ni?a-, y aunque quiz¨¢ se pierdan ciertas claves un tanto lejanas para el espectador occidental y la cadencia pueda resultar excesivamente lenta en ocasiones, la pel¨ªcula El bosque del luto conforma un precioso e interesante ejercicio de depuraci¨®n, tanto narrativa como ¨¦tica.
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