Jos¨¦ Luis Pecker, otra voz de la radio que se apaga
Otra voz de la radio se ha quedado en silencio. Ha muerto Jos¨¦ Luis Pecker [Madrid, 30 de agosto de 1927-20 de noviembre de 2007] el gran radiofonista que, dolido por la indiferencia de tantos, supo retirarse a su tristeza sin, como hab¨ªa vivido, molestar a nadie, sin alharacas, sin quejas y sin aspavientos. ?Por qu¨¦ ser¨¢ que los grandes de la radio, due?os de la gran palabra, mueren en silencio?
Otra voz de la radio se ha quedado en silencio. Ha muerto Jos¨¦ Luis Pecker [Madrid, 30 de agosto de 1927-20 de noviembre de 2007] el gran radiofonista que, dolido por la indiferencia de tantos, supo retirarse a su tristeza sin, como hab¨ªa vivido, molestar a nadie, sin alharacas, sin quejas y sin aspavientos. ?Por qu¨¦ ser¨¢ que los grandes de la radio, due?os de la gran palabra, mueren en silencio?
Jos¨¦ Luis Pecker era, por encima de cualquier otra cualidad, un hombre de bien, un cristiano consecuente que consagr¨® su vida, por este orden a la familia, al trabajo y a la cultura. Y como todo en su vida, fue una dedicaci¨®n entusiasmada, a veces casi vehemente. Era un hurac¨¢n, un volc¨¢n de pasi¨®n por todo aquello que consideraba hab¨ªa que decir, contar o defender.
Si hubiese que definirle profesionalmente con una sola palabra, tenemos que elegir el rigor. Nunca dejaba nada a la improvisaci¨®n, todo lo que dec¨ªa estaba escrito o cuanto menos estudiado a fondo con anterioridad. Si en alguna ocasi¨®n se ve¨ªa forzado a intervenir en un acto que no ten¨ªa previsto, ped¨ªa cinco minutos de tiempo y en cualquier papel, en una servilleta, escrib¨ªa con su letra menuda cada una de las palabras que despu¨¦s quer¨ªa pronunciar. Siempre dijo lo que quer¨ªa decir.
Jos¨¦ Luis Pecker llega a la radio en los a?os cincuenta, era un estudiante de Derecho que estaba haciendo su ¨²ltimo campamento de Milicias Universitarias. Muchas tardes llegaba a la radio de uniforme. Un d¨ªa recibi¨® una llamada de Bobby Deglan¨¦, gran descubridor de talentos, para invitarle a unirse a un equipo que estaba formando para un programa nuevo, se llamaba Cabalgata fin de semana. Por supuesto que Jos¨¦ Luis no se lo pens¨®. Bobby me cont¨®, a?os despu¨¦s, que segu¨ªa desde hac¨ªa tiempo a esa voz incontenible, que en nada se parec¨ªa a las que entonces estaban de moda. Cabalgata fin de semana es el programa que marca, sin duda alguna, el comienzo de la modernizaci¨®n de una radio plana y distante como la de entonces. Pronto es reclamado por audiencia y anunciantes y comienza a volar solo con gran ¨¦xito en programas como Medio mill¨®n de Gallina Blanca que pasar¨¢ a televisi¨®n como Un mill¨®n para el mejor.
Cuando Bobby Deglan¨¦ deja la cadena SER y ficha por la REM (Red de Emisoras del Movimiento) Jos¨¦ Luis se hace cargo de Cabalgata fin de semana. Y el d¨ªa que se queda al frente, arranca el programa con s¨ªmiles marineros para dar las gracias al anterior capit¨¢n. Un gesto lleno de hidalgu¨ªa ya que los responsables de la cadena SER de entonces, dolidos por la marcha de Bobby, proh¨ªben que su nombre sea pronunciado por los micr¨®fonos. Cuando P¨¦cker es requerido para que d¨¦ una explicaci¨®n por su conducta, dice que ¨¦l nada tiene que ver con los problemas entre ellos y Bobby y que de la misma manera que se le ped¨ªa lealtad con la empresa, exig¨ªa poder tener esa misma lealtad para con su maestro. Desde ese momento Jos¨¦ Luis Pecker comienza a escribir brillantes p¨¢ginas de radio hasta convertirse en componente, por derecho propio, de ese grupo de profesionales que son referente obligado a la hora de estudiar la historia de la radiodifusi¨®n espa?ola.
Lo ¨²ltimo que hizo Jos¨¦ Luis Pecker fue acceder, tras mucho insistir, a escribir el pr¨®logo de mi ¨²ltimo libro Bobby Deglan¨¦, el arquitecto de la radio espa?ola. Sin lo escrito por Jos¨¦ Luis, el libro ser¨ªa una obra incompleta. Pero ¨¦l no quer¨ªa volver en modo alguno a la vida p¨²blica. Una rara epidemia nos est¨¢ privando de conocer a fondo una parte de la historia de la radio contada por sus propios protagonistas. Jos¨¦ Fernando Dicenta, Joaqu¨ªn Pel¨¢ez, Guillermo Sautier, Antonio Calder¨®n, Mat¨ªas Prats, Pepe Bermejo y otros muchos, ya desaparecidos, se fueron sin dejarnos su testimonio.
Pero por fortuna en este pr¨®logo, P¨¦cker s¨ª nos cuenta, con esa gracia que ten¨ªa escribiendo, algunas de sus peripecias del comienzo de su carrera en la radio. C¨®mo termina Derecho al tiempo que consigue su carn¨¦ de prensa, c¨®mo ingresa en la emisora escuela de Radio Juventud, c¨®mo es incluido, como narrador, en el equipo de Tu carrera es la radio, legendario programa del norteamericano Robert S. Kieve y del que surgieron como el de Vicente Marco, Juana Ginzo, Matilde Conesa y otras muchas figuras de la radio. Pero al final de sus d¨ªas fue un hombre desencantado de la radio que jam¨¢s escuchaba, ni tan siquiera segu¨ªa los programas de su hija Beatriz Pecker en Radio Nacional, excelentes por cierto.
Hab¨ªa dado todo por la radio y pensaba que no fue debidamente apartado de ella. Un d¨ªa en su casa, tapizada de libros, objetos de arte, antig¨¹edades... de cultura en definitiva le dije: "Jos¨¦ Luis, te mando a unos alumnos con un magnet¨®fono para que les cuentes tu vida y luego hacemos tu libro, tu biograf¨ªa". Con su cordialidad de siempre, pero con un rictus de amargura me respondi¨®: "Miguel ?ngel, yo ya no tengo memoria para la radio". Y se fue, en silencio. Una l¨¢stima.
Miguel ?ngel Nieto es periodista, Doctor en Ciencias de la Informaci¨®n y profesor de Comunicaci¨®n Audiovisual de la Universidad CEU-San Pablo de Madrid.
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