Ficci¨®n cat¨¢rtica

Como la se?ora Dalloway, la se?ora Lessing lucha contra los convencionalismos del statu quo, ha pensado sobre las guerras del XX y sus mon¨®logos de ficci¨®n nacen de diarios de la vida cotidiana de mujeres de carne y hueso. El modo en que la hero¨ªna de Virginia Woolf revela su represi¨®n esconde la vocaci¨®n progresista que comparte con la Nobel, que escribi¨® en El cuaderno dorado (1962) que "Anna Wulf es una mujer bajita, morena y angulosa, con demasiado sentido cr¨ªtico y siempre a la defensiva. Estuvo casada durante un a?o con un hombre al que no quer¨ªa. Es comunista" porque Anna Wulf era Doris Lessing, escondida siempre detr¨¢s de su propia vida real, pero tambi¨¦n de la de los personajes de las novelas que adora, como su Molly de El cuaderno dorado gritando, como si fuera la Molly del Ulises de Joyce, "?Libres! He decidido que pertenecemos a un tipo de mujer completamente nuevo. Por fuerza". O como en Dentro de m¨ª (1994), dej¨¢ndose inspirar por las Memorias de ?frica (1937) de su admirada Isak Dinesen. A vueltas con su sambenito de feminista, contesta que "el feminismo no liber¨® a las mujeres, lo ¨²nico que las liber¨® fue la ciencia, empezando por la lavadora" y, cr¨ªtica feroz de la sociedad contempor¨¢nea, escribe hermanada con la obra de Kurt Vonnegut, al que admira, y subraya su discurso anticolonial, como adalid de los desheredados, desde Memorias de una superviviente (1974), en¨¦simo ejercicio de ficci¨®n cat¨¢rtica.