Ham¨¢s construye su Estado en Gaza
Los islamistas crean nuevas instituciones en un intento de frenar el caos
Una llamada telef¨®nica de Maruan Velasco fue reveladora. "Ya no somos la Fuerza Ejecutiva, somos la Polic¨ªa Palestina". El portavoz, hijo de espa?ola, deseaba dejar claro que en Gaza s¨®lo hay un cuerpo de seguridad, el fundado por Ham¨¢s en mayo de 2006. Y que su legitimidad no admite duda. No en vano, vencieron en los comicios de enero de 2006 con mayor¨ªa absoluta.
El movimiento islamista se esfuerza desde que se apoder¨® de Gaza, en junio, por crear instituciones que reemplacen a las que boicotea el presidente palestino desde Ramala. Mahmud Abbas exige a los funcionarios que rechacen colaborar con el Gobierno de Ismail Haniya y paga sus sueldos para que se queden de brazos cruzados. El Ejecutivo de Gaza no puede permitirse que la anarqu¨ªa agrave la pavorosa situaci¨®n econ¨®mica que sufre el mill¨®n y medio de palestinos de la franja. As¨ª que, paso a paso, construye su Estado. Que el proceso se ajuste a la legalidad vigente nada importa. Tampoco la presidencia se atiene a ella.
En carteles adosados al muro del Serrallo, el cuartel general en el centro de la ciudad, figura un polic¨ªa con los brazos abiertos a la espera del abrazo de un ni?o, y los tel¨¦fonos a los que pueden llamar los ciudadanos. Los lugare?os ya sab¨ªan d¨®nde acudir para denunciar. El problema: la negativa de los jueces a tramitar las demandas. Hasta hace tres semanas. Fue entonces cuando el Ejecutivo decidi¨® crear el Alto Consejo de Justicia. S¨®lo una decena de los 541 funcionarios decidieron continuar su labor bajo el nuevo organismo.
Abedraouf al Halabi, abogado durante 31 a?os y ahora presidente del Alto Consejo de Justicia, explica el colapso del sistema: "Hace a?o y medio comenzaron incluso a poner candados a los tribunales. Todo con el fin de provocar el caos. Los jueces se negaban a dictar sentencias, buscaban cualquier excusa para ausentarse. Desde el 14 de junio, mi antecesor, Aisa Abu Sharar, dio ¨®rdenes a los 48 jueces para que se negaran a cobrar las tasas judiciales y no se pudieran recaudar en Gaza. En noviembre todos fueron expulsados".
Cuando tomaron posesi¨®n de la sede del consejo, en la calle Wahda -parad¨®jicamente, significa unidad-, los nuevos funcionarios ignoraban c¨®mo operar el sistema inform¨¢tico. Ya se celebran juicios, aunque los escollos son inmensos. "Estamos examinando a los letrados que se presentan para ejercer de jueces. Diez antiguos funcionarios, de los 541 que hab¨ªa, nos ayudan. Pero tenemos 4.000 casos pendientes", precisa Al Halabi. "Los tribunales de apelaci¨®n todav¨ªa no funcionan, los dejaron hechos aut¨¦nticos establos".
Lo sucedido en la polic¨ªa y la administraci¨®n de justicia no son ejemplos aislados. Los consejos municipales de Gaza, Rafah, Beit Lahia y el Bureij han sido destituidos y sustituidos por comit¨¦s leales al Ejecutivo de Haniya. En su lucha por demostrar la legitimidad de su Gobierno, un ¨²ltimo episodio ha jalonado la pol¨¦mica de esta semana. Naciones Unidas ha intentado mediar entre Ham¨¢s y la Oficina Central de Estad¨ªsticas, dirigida desde Ramala, para que este organismo siguiera elaborando el censo de Gaza. Pero el Ejecutivo islamista cerr¨® los despachos de la oficina cuando ¨¦sta se neg¨® a compartir los datos que recababa. El director del centro, Luoay Shabaneh, apunt¨® que la "intenci¨®n de Ham¨¢s no es esconder datos, sino dejar patente qui¨¦n controla la franja".
Para felicidad de sus fieles y desesperaci¨®n de sus rivales, Gaza es un basti¨®n de Ham¨¢s que, en su celo por demostrar eficacia, no olvida cabos sueltos. "Las instalaciones del cruce fronterizo con Egipto, en Rafah, se conservan impecables. Las m¨¢quinas de rayos X est¨¢n relucientes y han asfaltado los accesos. No s¨¦ de d¨®nde han sacado las pegatinas de la UE, pero son nuevas. Est¨¢ claro que no quieren que nadie les culpe de que el paso no est¨¢ listo para su apertura", relata un funcionario europeo a cargo de vigilar la terminal.
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