Palestina se devora a s¨ª misma
Ham¨¢s y Al Fatah libran una guerra sucia por el poder
La batalla entre facciones palestinas que acab¨® el pasado junio con la ruptura entre la franja de Gaza y Cisjordania ha seguido hasta hoy convertida en una guerra sucia, soterrada, donde los islamistas de Ham¨¢s y los milicianos de Al Fatah, el partido del presidente Mahmud Abbas, se persiguen sin cuartel en sus feudos respectivos.
La polic¨ªa de Abbas ha detenido en Cisjordania en estos seis meses a m¨¢s de mil dirigentes y miembros de Ham¨¢s, cerrado su peri¨®dico y congelado las cuentas corrientes de sus instituciones de caridad. M¨¢s a¨²n. Hombres encapuchados han entregado a varios militantes islamistas en hospitales con claros signos de haber sido torturados.
La persecuci¨®n pol¨ªtica en Gaza no se queda atr¨¢s. Las denuncias por torturas a los enemigos pol¨ªticos en las comisar¨ªas de la franja son frecuentes. "S¨ª, se ha disparado a los pies de varios de los instigadores del caos", admite una fuente del movimiento fundamentalista.
Es una guerra por el poder y por la legitimidad de la representaci¨®n del pueblo palestino en la que ninguna de las dos fuerzas va a ceder. El Gobierno islamista de Ham¨¢s, que preside Ismail Haniya, est¨¢ decidido a construir su propio Estado.
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