El Mi?o pierde las angulas
Los pescadores creen que la especie desaparecer¨¢ del r¨ªo en dos a?os
Hace 30 a?os, en las casas de los pescadores se tomaba angulas "hasta en tortilla aunque, entonces, lo que escaseaban eran los huevos", recuerda Benito Pousa, presidente de la Asociaci¨®n de Pescadores do R¨ªo Mi?o. La mano del hombre ha dado la vuelta a la situaci¨®n, hasta el punto de que en un par de a?os la pesca de esta singular especie, que otrora fue alimento para gallinas y hoy se cotiza por encima de los 900 euros el kilo, ser¨¢ cuesti¨®n de nost¨¢lgicos.
Pousa explica que existen dos razones b¨¢sicas para explicar la merma del meix¨®n: por un lado, el tap¨®n de arena que, fruto de sucesivos dragados realizados en los a?os ochenta, obstruye la boca del r¨ªo, impidiendo a la cr¨ªa de la anguila subir corriente arriba. Por otro, el entusiasmo de los japoneses por este manjar, que los llev¨® a capturar miles de toneladas en el Mar de los Sargazos, ese misterioso coto oce¨¢nico pr¨®ximo a las Bermudas al que la anguila regresa para desovar y morir. Hubo un tiempo en que los nipones se acercaban hasta el sur de la provincia para hacerse con los alevines, echarlos en los arrozales y comerlos cuando alcanzan la madurez. De ah¨ª viene el desorbitado precio de la angula.
El otrora alimento de gallinas se cotiza hoy a m¨¢s de 900 euros el kilo
Dragados, embalses y sequ¨ªa han convertido el r¨ªo "en una charca"
Los m¨¢s de 200 pescadores de la asociaci¨®n llevan tiempo exigiendo que se drague de forma controlada la desembocadura, "de fuera para dentro", a fin de facilitar la entrada de agua en el r¨ªo. La escasez de lluvias, la actividad de los embalses y el mencionado tap¨®n han convertido al Mi?o "en una charca", donde las algas han hecho su aparici¨®n y el caudal ha disminuido. "El r¨ªo tiene que tener vida por arriba y por abajo", sentencia el presidente de los pescadores, que pide a las autoridades que se conciencien de que es una riqueza para el Baixo Mi?o. "Recuerdo pescar lubinas y ver pasar los barcos que iban r¨ªo arriba a cargar madera. Ahora no hay calado, ser¨ªa imposible", dice. ?stas y otras an¨¦cdotas salen a relucir en una tertulia que unos 40 amantes del Mi?o han montado en Amor¨ªn. "Se sientan junto a la orilla y s¨®lo se habla del r¨ªo", afirma. Y es que las cifras no dejan lugar a dudas: "Hace 30 a?os cog¨ªamos entre 40 y 50 kilos en una noche". Hoy apenas superan los 200 gramos y la ca¨ªda es vertiginosa. Otras especies migratorias como la lamprea o el s¨¢balo est¨¢n en la misma situaci¨®n. Para favorecer el desove de la angula han decidido reducir cada a?o 30 d¨ªas la campa?a. En 2010 s¨®lo se podr¨¢ pescar durante un mes.
La comisi¨®n permanente del r¨ªo Mi?o, integrada por autoridades espa?olas y lusas y que gestionan el tramo internacional, elabor¨® una normativa de protecci¨®n aprobada en 2000 por el Congreso de los Diputados y que se encuentra a la espera, desde entonces, de que Portugal le d¨¦ el visto bueno. El nuevo reglamento, adem¨¢s de actualizar las sanciones, contempla la posibilidad del dragado para la entrada de especies migratorias y la vuelta a la peneira, el arte tradicional de captura. Este cedazo unido a una larga vara se mete en el agua desde la orilla y sustituir¨¢ a las telas, a modo de red de arrastre, que se usan ahora. Los anguleros saben que con los pocos alevines que remontan el r¨ªo va a ser m¨¢s que dif¨ªcil coger algo de angula con la peneira, por eso le dan apenas dos a?os a la profesi¨®n, aunque "hoy ya nadie vive del r¨ªo".
La angula sale de su escondite con la luna nueva, cuando hay claridad no se mueve, y son ocho d¨ªas de faena en los que los anguleros, uno por barca, buscan las zonas m¨¢s hondas, tiran sus telas y esperan cuatro horas antes de recoger la red. Concluida la faena se lleva al vivero, donde la cr¨ªa permanecer¨¢ unos 20 d¨ªas "para que pierda la grasa que tiene" y all¨ª se desprenda de un 25% de su peso. De los 450 euros que el vivero paga por kilo, ¨¦ste lo vender¨¢ despu¨¦s a 900, pero el beneficio por pescador es muy reducido para el esfuerzo que supone. En cualquier caso, en la noche de Reyes volver¨¢n a verse los faroles de los ¨²ltimos anguleros iluminando las aguas del Mi?o, al modo de "una santa compa?a fluvial", como dec¨ªa Eliseo Alonso.
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