El ¨²ltimo viaje al 'Hubble'
Los astronautas se preparan para la quinta misi¨®n de reparaci¨®n del telescopio
El pr¨®ximo agosto, tras 20 a?os de exageraci¨®n, desencanto, errores garrafales, triunfos e inigualables vistas del espacio, y cuatro a?os despu¨¦s de que la NASA decidiera dejar que el telescopio espacial Hubble muriese en ¨®rbita, un grupo de astronautas se acercar¨¢n al observatorio en el transbordador Atlantis, llave de tuercas en mano. Al menos ¨¦se es el plan. "Ha sido una vuelta en monta?a rusa desde el infierno", comenta acerca de la controversia y la incertidumbre Preston Burch, director del proyecto del telescopio espacial, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard (de la NASA).
Sin mantenimiento las bater¨ªas se apagar¨ªan en unos cinco a?os
En la misi¨®n se instalar¨¢n una c¨¢mara y un espectr¨®grafo
El observatorio podr¨¢ funcionar hasta bien entrada la pr¨®xima d¨¦cada
Un cohete podr¨ªa tirar el telescopio en el oc¨¦ano cuando se apague
En un edificio cercano, los astronautas del Hubble -vestidos como para realizar una operaci¨®n quir¨²rgica, con trajes blancos, gorros y m¨¢scaras- se mueven por una gigantesca y limpia habitaci¨®n para, por as¨ª decirlo, comprobar los neum¨¢ticos de los nuevos instrumentos destinados al Hubble y probar t¨¦cnicas y herramientas bajo el ojo atento de los ingenieros del Goddard. Prueban a meter y sacar la nueva Widefield Camera 3
[C¨¢mara de Campo Amplio de tercera generaci¨®n], suspendida en el aire como el piano de cola, en el hueco correspondiente en una r¨¦plica del telescopio, mec¨¢nica y el¨¦ctricamente tan exacta que hasta reproduce la cinta aislante que rodea las puertas. "Tenemos que entrenar su mente y su cuerpo", explica Michael Weiss, director adjunto del proyecto del Hubble. As¨ª, cuando los astronautas vean el verdadero telescopio en ¨®rbita, "dir¨¢n que ya lo han visto antes".
Varios astronautas, haciendo paseos espaciales, han restaurado el Hubble cuatro veces en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas; pero casi todos coinciden en que el viaje planeado para agosto realmente ser¨¢ la ¨²ltima misi¨®n de servicio. Los transbordadores dejar¨¢n de volar en 2010, y se calcula que, sin mantenimiento peri¨®dico, los giroscopios y las bater¨ªas del telescopio se apagar¨¢n dentro de unos cinco a?os.
Astronautas, ingenieros y cient¨ªficos afirman que est¨¢n decididos a efectuar el rejuvenecimiento m¨¢s espectacular del Hubble; una remodelaci¨®n, puntualizan, que le permitir¨¢ funcionar al l¨ªmite de sus capacidades hasta bien entrada la pr¨®xima d¨¦cada, para que pueda desaparecer con un halo de gloria. "Ser¨¢ un telescopio pr¨¢cticamente nuevo", dice Matt Mountain, director del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (Universidad Johns Hopkins, Baltimore). Y a?ade: "Queremos una ciencia prodigiosa de la que podamos sentirnos orgullosos".
Ingenieros y directores del proyecto se ocupan de organizar cinco d¨ªas de paseos espaciales a realizar en agosto. Si todo sale bien -algo que nunca hay que dar por sentado a 560 kil¨®metros de la Tierra-, los astronautas instalar¨¢n la c¨¢mara y un espectr¨®grafo nuevos y cambiar¨¢n todos los giroscopios -varios estropeados- que lo orientan y las bater¨ªas que lo mantienen en funcionamiento. Tambi¨¦n reparar¨¢n un espectr¨®grafo y la C¨¢mara Avanzada de Rastreo, que el pasado invierno sufri¨® un grave cortocircuito.
Todo esto parec¨ªa destinado a un final prematuro despu¨¦s del desastre del transbordador Columbia, en 2003, en el que murieron los siete astronautas. Sean O'Keefe, entonces director de la NASA, consider¨® que una misi¨®n al telescopio era demasiado arriesgada y la cancel¨®. La gente en EE UU se indign¨®. Incluso hubo ni?os que se ofrecieron a enviar sus ahorros a la NASA para mantener el telescopio en funcionamiento. O'Keefe fue sustituido en el cargo, en 2005, por Michael Griffin, quien, tras un an¨¢lisis de riesgos, aprob¨® la misi¨®n del Hubble ante la ovaci¨®n de cient¨ªficos e ingenieros.
La nueva c¨¢mara que los astronautas instalar¨¢n en agosto est¨¢ dise?ada para ampliar la visi¨®n del Hubble en ultravioleta (mejorando su visi¨®n de los astros m¨¢s calientes) y en infrarrojo (para ver las estrellas fr¨ªas), y sustituir¨¢ a una que lleva en el telescopio desde 1993. Otro cometido de los astronautas es colocar una sujeci¨®n en la parte posterior del telescopio para que una nave autom¨¢tica pueda amarrar un cohete en el futuro. El cohete podr¨ªa entonces tirar el telescopio en el oc¨¦ano. Pero ese momento a¨²n no ha llegado. La ¨®rbita del telescopio permanecer¨¢ estable hasta 2024, seg¨²n los c¨¢lculos m¨¢s recientes.
? The New York Times.
Una vida de ¨¦xito pero accidentada
La historia del telescopio Hubble, anunciado antes de su lanzamiento, en abril de 1990, como el mayor avance astron¨®mico desde Galileo Galilei, se ha caracterizado por giros dram¨¢ticos. En el espacio, el Hubble podr¨ªa distinguir detalles que en la tierra se ven difuminados por la atm¨®sfera. Pero su espejo de 150 cent¨ªmetros de di¨¢metro result¨® estar mal pulido y ten¨ªa lo que los astr¨®nomos denominan una aberraci¨®n esf¨¦rica. En 1993, los astronautas lo equiparon con lentes correctoras (a costa de retirar uno de sus cinco instrumentos, un fot¨®metro), y qued¨® arreglado.
Otras tres visitas de los astronautas lo mantuvieron en funcionamiento y, sustituyendo los viejos instrumentos, aumentaron su capacidad.
En 2002, despu¨¦s de que una c¨¢mara infrarroja Nicmos se quedara inesperadamente sin refrigerante, los astronautas le adhirieron un refrigerador mec¨¢nico. Un a?o despu¨¦s, los astr¨®nomos del Hubble usaron la c¨¢mara rejuvenecida junto con la C¨¢mara Avanzada de Rastreo para captar las vistas telesc¨®picas m¨¢s profundas jam¨¢s obtenidas del universo. Las im¨¢genes mostraban las galaxias tal y como exist¨ªan unos cuantos cientos de millones de a?os despu¨¦s del inicio del cosmos.
"Cuando tienes un instrumento con un alcance mucho mayor del que has tenido nunca, haces descubrimientos que nadie se hab¨ªa imaginado", dice John Grunsfeld, astronauta de la misi¨®n de servicio del Hubble en 2002, y que repetir¨¢ en 2008. "Y vemos cosas nunca vistas. A ra¨ªz de ello, el telescopio dej¨® de ser un mero observatorio para convertirse en un s¨ªmbolo de la ciencia. El Hubble se ha convertido en parte de nuestra cultura". Edward Weiler, director del centro Goddard de la NASA, calcula que a lo largo de los a?os el Hubble ha costado 6.200 millones de euros. "Hay pocas personas, en especial estadounidenses, que no piensen que ha valido la pena", afirma.
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