El sindicalista de La Naval
Tom¨¢s Tueros, fundador de Comisiones Obreras y dirigente del PCE, hered¨® de su familia el compromiso obrero
Mam¨® el sindicalismo desde la cuna, cuando sus padres le inscribieron en el registro civil de Somorrostro, hoy Muskiz, como Progreso Tueros un d¨ªa de 1932. En aquel entonces, la localidad encartada viv¨ªa en primera l¨ªnea las luchas obreras que marcaron los a?os de la II Rep¨²blica y los padres de quien hoy se llama Tom¨¢s Tueros participaban activamente. "Tanto que mis primeros recuerdos son los de las visitas a mi padre en la c¨¢rcel de Larr¨ªnaga, porque era un hombre comprometido como militante del Partido Comunista y la UGT. Tambi¨¦n estuvo en El Carmelo, cuando se utiliz¨® como prisi¨®n, y en el famoso barco penal Altunamendi", recuerda.
Lleg¨® la Guerra Civil y la posguerra, con la consiguiente persecuci¨®n de sus progenitores. Y en los recuerdos del quien luego fundar¨ªa Comisiones Obreras en Vizcaya, vuelve a aparecer la c¨¢rcel. "Con 14 a?os volv¨ª a visitar a mi madre a Larrinaga, como m¨¢s tarde les ha sucedido a mis hijos conmigo, durante los largos a?os del franquismo".
"Desde 1963 a 1975, todos los primeros de mayo los pas¨¦ en la c¨¢rcel"
Cuando llevaba siete d¨ªas trabajando particip¨® en su primera huelga
La familia, hacia 1945 se traslada a vivir a Sestao. A los 14 a?os entra de aprendiz en La Naval, que fue el buque insignia de las luchas obreras de la Margen Izquierda. Con siete d¨ªas de trabajo, se bautiza en la primera huelga organizada contra Franco, el 1 de mayo de 1947. "Fue la primera y, creo que la ¨²nica, en la que todos los partidos vascos se pusieron de acuerdo en torno al 1? de mayo, incluido el PNV, que entendi¨® que el movimiento antifranquista lo lideraba la clase obrera", explica el veterano sindicalista.
Durante su primera juventud, no milit¨® en ning¨²n partido. "Simplemente, era un trabajador sensibilizado contra las injusticias y la dictadura". Pero en pocos a?os comenz¨® a apuntar maneras de l¨ªder sindical en las asambleas de La Naval, as¨ª que el Partido (como se llamaba entonces al PCE) se puso en contacto con ¨¦l para que se comprometiera con el Partido Comunista de Euskadi.
Tueros vivi¨® muy directamente las tensiones vividas dentro del PCE cuando hacia 1957 apuesta por la reconciliaci¨®n nacional y se abandona el maquis.
El terrorismo de ETA es uno de los problemas que m¨¢s preocupa a Tom¨¢s Tueros en la actualidad, aunque su postura en contra de la violencia como herramienta pol¨ªtica viene desde los tiempos de la dictadura. "Los de Comisiones Obreras hemos hecho manifestaciones por el asesinato de guardias civiles y lo hemos hecho cuando la Benem¨¦rita no trataba nada bien a los comunistas, cuando ni siquiera hab¨ªa llegado la democracia. Ya entonces salimos para decir que por ese camino no se iba a ninguna parte", aclara.
Despu¨¦s de impulsar la lucha antifranquista, dirigir el PCE y Comisiones Obreras en Euskadi, Tom¨¢s Tueros vive ahora con cierto desencanto pol¨ªtico. "Los sindicatos y los partidos no est¨¢n por la movilizaci¨®n de la ciudadan¨ªa, sino por el politiqueo. S¨®lo ha habido un momento en que se pudo vislumbrar algo as¨ª, cuando asesinaron a Miguel ?ngel Blanco", comenta con cierto enfado. Tueros, que se march¨® del PCE con Santiago Carrillo y fund¨® el Partido de los Trabajadores de Espa?a, milita ahora en el PSE-EE, pero tambi¨¦n se muestra cr¨ªtico con su actual partido. "Hoy en d¨ªa, el PSOE est¨¢ m¨¢s atento al vivero de los votos de ese llamado centro, que es una nebulosa que nadie sabe lo que es, que a elaborar programas que calen en la izquierda. En este momento, me encuentro en esa situaci¨®n en la que considero que tengo que votar, pero no s¨¦ a quien", concluye.
Del monte a las asambleas de f¨¢brica
Tom¨¢s Tueros resalta las dificultades que tuvieron para conformar en Euskadi el PCE y, sobre todo, Comisiones Obreras. "Todas las reuniones eran clandestinas, claro, en el monte. Nos reun¨ªamos 20 ¨® 30 trabajadores de las diferentes f¨¢bricas de la Margen Izquierda y planific¨¢bamos las acciones que se iban a llevar a cabo", dice. A pesar de todas sus precauciones, los que ten¨ªan cierta responsabilidad estaban fichados. "Desde 1963 a 1975, todos los primeros de mayo los he pasado en la c¨¢rcel. Ven¨ªan a buscarme a casa unos d¨ªas antes y me soltaban luego".
Tueros vivi¨® desde sus inicios el debate sobre la necesidad de crear o no una organizaci¨®n sindical nueva, ante el anquilosamiento de UGT y ELA, y el rodillo del sindicato vertical. "El nacimiento de las Comisiones Obreras fue un movimiento espont¨¢neo, que se forj¨® cuando se permiti¨® la negociaci¨®n colectiva y la posibilidad de organizar asambleas en las f¨¢bricas", reconoce Tueros. Bien es cierto que los l¨ªderes que sal¨ªan a hablar en las asambleas, como ¨¦l mismo, expresaban ideas y consignas pol¨ªticas que iban m¨¢s all¨¢ del convenio. "Eso nos comenz¨® a librar de subir al monte a hablar de manera clandestina".
Tueros no pudo participar en una de las m¨¢s famosas reuniones monta?eras, la de la Mina del Alem¨¢n, que convoc¨® a m¨¢s de 500 personas del Gran Bilbao que fueron detenidas por la Guardia Civil. "Estaba en unos cursillos de formaci¨®n pol¨ªtica en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana". Pas¨® tres meses al otro lado del muro de Berl¨ªn, y a la vuelta, junto con los otros 24 compa?eros de toda Espa?a, fue detenido. "Hab¨ªa habido un chivatazo, claramente, y me cayeron cinco a?os".
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