Crecen las iniciativas contra el registro de los h¨¢bitos en la Red con fin comercial
La lista 'Do not track me' une a personas que no quieren que se registren sus movimientos electr¨®nicos - Los servicios anonimizadores esconden el ¨²nico dato que nos identifica en Internet: la direcci¨®n IP del ordenador
PRIVACIDAD
Charlene Li miraba estupefacta su perfil en Facebook, la red social con 47 millones de suscriptores. Acababa de comprar en una tienda y, sorpresivamente, su perfil accesible a amigos mostr¨® la leyenda: "Charlene Li ha comprado una mesa en Over Stock". ?C¨®mo lo sab¨ªan?
La aplicaci¨®n Facebook Beacon instala una cookie en el navegador y, cuando la persona compra en una tienda asociada a la iniciativa, aunque la tienda no informe de ello, la transacci¨®n queda registrada en el perfil de Facebook. Este caso y otros han levantado revuelo en las organizaciones de consumidores, lo cual ha obligado a Facebook a rectificar y hacer que la informaci¨®n s¨®lo se muestre si la persona lo autoriza. Aun as¨ª, el experto Oz Sultan desconf¨ªa: "Facebook tiene datos sobre nuestros h¨¢bitos y no sabemos qu¨¦ har¨¢ con ellos".
En 1993, The New Yorker publicaba un chiste. Un perro sentado delante de un PC le dec¨ªa a otro: "En Internet, nadie sabe que eres un perro". Esta promesa de anonimato es cada vez menos real en un mundo donde todo es registrable y la miner¨ªa de datos, un valor en alza.
La privacidad est¨¢ cada vez m¨¢s amenazada por gobiernos y empresas que esp¨ªan nuestros movimientos y los almacenan en bases de datos, susceptibles de ser perdidas, robadas... Ya lo avis¨® en 1999 Scott McNealy, entonces jefe de Sun: "No ten¨¦is ninguna privacidad, as¨ª que asumidlo y superadlo".
Junto a iniciativas como la lista Do not track me, que une a personas que no quieren que se registren sus movimientos electr¨®nicos para uso comercial, hay otras que esconden el ¨²nico dato que nos identifica en la red: la direcci¨®n Internet Protocol (IP) del ordenador.
Esta direcci¨®n y lo que hagamos con ella se almacena en las bases de datos de nuestro proveedor, el ¨²nico que puede inferir a qu¨¦ persona pertenece, aunque s¨®lo lo desvelar¨¢ por orden judicial. La IP es un dato sensible: alguien puede atacar el PC si la conoce o rastrear nuestros pasos en la red. Los anonimizadores m¨¢s populares son sitios que ofrecen navegar a trav¨¦s de proxies an¨®nimos. Introducimos la direcci¨®n y el servicio nos lleva a ella a trav¨¦s de una m¨¢quina intermedia, aunque lentifica la navegaci¨®n. Otra opci¨®n son los t¨²neles de redes privadas virtuales, que no pierden velocidad.
Mensajes a trozos
Pero el anonimato no es total: la direcci¨®n IP original se guarda en el servicio, que puede consultarse por orden judicial. Esto motiv¨® el cierre del remailer anon.penet.fi, que ocultaba al remitente de un correo electr¨®nico. Su uso en casos de pedofilia y en un supuesto robo a la Iglesia de la Cienciolog¨ªa provoc¨® una lluvia de demandas que origin¨® su cierre en 1996. Despu¨¦s se crearon otros remailers que a?ad¨ªan cifrado y t¨¦cnicas como mandar el mensaje a trozos. Ahora, las redes Free Net y Tor a?aden la complicaci¨®n de que las comunicaciones salten a trav¨¦s de varios servidores, para que sea dif¨ªcil reconstruir su origen. Se descargan gratuitamente. Estos sistemas tienen un doble filo. Son utilizados por disidentes pol¨ªticos para evitar su persecuci¨®n pero tambi¨¦n por delincuentes.
Jos¨¦ Manuel G¨®mez, editor de Kript¨®polis, propone nuevas ideas: "Los puntos de acceso wi-fi sin protecci¨®n dan un excelente anonimato. A medida que la ubicuidad de los aparatos de acceso a Internet aumente, ser¨¢ m¨¢s factible un uso an¨®nimo de esta". Cristian Borghello, director de Segu-Info, discrepa: "Deber¨ªamos hablar de seudo-anonimato, porque si alguien desea rastrear a otra persona lo lograr¨¢. Adem¨¢s, al ser programas pueden tener vulnerabilidades o ser mal utilizados".
Un investigador consegu¨ªa cientos de contrase?as y mensajes de gobiernos y corporaciones que usaban la red Tor. Olvidaron que, sin cifrar la informaci¨®n, cualquiera que pusiese un rastreador en Tor podr¨ªa verla, aunque no supiese de d¨®nde ven¨ªa. "Ninguna t¨¢ctica es infalible", confirma Gonzalo ?lvarez Mara?¨®n, del CSIC. "Muchas herramientas se basan en la participaci¨®n de usuarios an¨®nimos que pueden ser maliciosos. Pero con ellas se puede preservar el anonimato para la gran mayor¨ªa". G¨®mez va m¨¢s all¨¢: "El anonimato contin¨²a existiendo aun cuando determinada actividad se pueda relacionar con cierta IP, porque esta direcci¨®n no equivale a una persona, sino a una conexi¨®n. En ocasiones no es posible determinar la persona que utiliz¨® el ordenador y el derecho s¨®lo se aplica a personas, nunca a conexiones ni a m¨¢quinas".
A los internautas no les interesa el anonimato, aseguran los expertos. S¨®lo piensan en ello, dice Mara?¨®n, "cuando quieren hacer maldades: ?Si descargo con eMule me meter¨¢n en la c¨¢rcel? ?Si me conecto a una p¨¢gina porno se enterar¨¢n mi mujer o mi jefe? ?C¨®mo puedo mandarle un correo a esa chica sin que sepa que he sido yo?".
THE CLOAK: www.the-cloak.com TOR: www.torproject.org/index.html.es PROXIES AN?NIMOS: www.atomintersoft.com/products/alive-proxy/proxy-list
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