La entrega de los rehenes se dilata en la selva colombiana
La guerrilla de las FARC no comunic¨® el lugar de la liberaci¨®n
No fue ayer. La liberaci¨®n de tres rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), organizada por el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, se ha convertido en un desconcertante enredo que empieza a agotar la paciencia de las partes implicadas. En contra de lo previsto, la operaci¨®n qued¨® ayer en suspenso despu¨¦s de que la guerrilla no comunicara las coordenadas del lugar donde entregar¨ªa a la congresista Consuelo Gonz¨¢lez, a la ex candidata vicepresidencial Clara Rojas y a su hijo de cuatro a?os.
En el aeropuerto de Villavicencio, a unos cien kil¨®metros de Bogot¨¢, los dos helic¨®pteros venezolanos que se internar¨ªan en la selva para recoger a los rehenes esperaban instrucciones. Los delegados de la Cruz Roja Internacional -uno espa?ol, el otro franc¨¦s- y los dos enviados de Hugo Ch¨¢vez esperaban las coordenadas para organizar el dispositivo de seguridad con las autoridades colombianas. Las condiciones meteorol¨®gicas eran "¨®ptimas", seg¨²n las autoridades locales. Pero las horas pasaron en vano.
El desconcierto del Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, designado por el presidente ?lvaro Uribe para coordinar la operaci¨®n, era evidente. Tras reunirse durante dos horas a puerta cerrada con los enviados venezolanos, Restrepo regres¨® a Bogot¨¢, donde realiz¨® consultas con el ministro de Defensa y los altos mandos militares.
Nadie entiende qu¨¦ pasa. Al anunciar el "plan de rescate" -as¨ª lo llama- el pasado mi¨¦rcoles, Ch¨¢vez asegur¨® que todo estaba listo, y que una vez que el Gobierno colombiano aceptara el plan, se necesitaban apenas 24 horas para llevarlo a feliz t¨¦rmino. Pero ayer se cumplieron 72 horas y ni siquiera se sabe d¨®nde estar¨¢n y qu¨¦ papel jugar¨¢n los delegados internacionales que supervisar¨¢n la entrega y las familias de los que, despu¨¦s de tantos a?os en la selva, regresar¨¢n a la libertad.
Los representantes de los Gobiernos amigos hab¨ªan acompa?ado el viernes a Ch¨¢vez al aeropuerto fronterizo venezolano donde arranc¨® oficialmente la operaci¨®n. Desde all¨ª deb¨ªan volar a Villavicencio, pero, sorpresivamente, regresaron a Caracas. No fue hasta ayer por la tarde cuando salieron de la capital venezolana rumbo a Colombia.
A medida que pasa el tiempo se agota la paciencia de las decenas de periodistas que se protegen del fuerte calor bajo una carpa colocada a un lado de la pista del aeropuerto local. Las palabras "show" e "improvisaci¨®n", empiezan a tomar fuerza. ?Qu¨¦ hace el cineasta estadounidense Oliver Stone en medio de esta misi¨®n, donde est¨¢ en juego la suerte de dos mujeres a quienes las FARC les ha robado seis a?os de vida?
Las fichas de este aparatoso ajedrez las mueve Hugo Ch¨¢vez; el Gobierno colombiano espera que los movimientos se anuncien desde Caracas. "Esperamos con calma la comunicaci¨®n de las FARC. Estamos comprometidos en esta operaci¨®n humanitaria, y no nos hemos negado a nada", dijo ayer el portavoz colombiano, C¨¦sar Mauricio Vel¨¢zquez. El Gobierno, a?adi¨® Vel¨¢zquez, necesita conocer el ¨¢rea donde las FARC har¨¢n realidad su promesa para brindar la seguridad exigida por la Cruz Roja Internacional.
Son cuatro los departamentos -dos de selva y dos de la inmensa sabana- donde, seg¨²n las autoridades, podr¨ªan estar los secuestrados. All¨ª, en un territorio que ocupa casi la cuarta parte de este pa¨ªs, esta guerrilla tiene su mayor fortaleza y se puede mover con relativa facilidad. Seg¨²n el analista Alfredo Rangel, las FARC no van a esperar a la delegaci¨®n en uno de sus campamentos. "Deben estar en un punto, cerca de alguna de las muchas caletas donde esconden alimentos y medicamentos en la selva", a?ade Rangel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.