Unas elecciones ¨²nicas

Las elecciones generales del pr¨®ximo 9 de marzo, las novenas de la democracia, resolver¨¢n qui¨¦n gobierna en Espa?a... y algunas cosas m¨¢s que est¨¢n fuera de la agenda electoral. De las urnas, adem¨¢s de diputados y senadores, saldr¨¢ el partido que dominar¨¢ el Consejo General del Poder Judicial en los pr¨®ximos cinco a?os y la respuesta a la pregunta sobre c¨®mo se resolver¨¢n los equilibrios en el Tribunal Constitucional.

Y eso no por casualidad, sino porque el PP ha bloqueado la renovaci¨®n del Gobierno de los jueces para evitar que los conservadores quedaran en minor¨ªa, como proced¨ªa en aplicaci¨®n de la ley, y se ha detenido el proceso para renovar el Constitucional, donde los relevos previstos dejaban al bloque conservador en minor¨ªa.

Aprovech¨¢ndose de la necesidad de mayor¨ªas cualificadas que impone la ley para los nombramientos, el PP impidi¨® que sus hombres en organismos constitucionales perdieran poder, y lo consigui¨®. De la composici¨®n de esos dos ¨®rganos judiciales -que vendr¨¢n determinados por los resultados electorales del 9 de marzo- dependen algunos asuntos de Estado (el Estatuto catal¨¢n, la ley del matrimonio de homosexuales, la ley de igualdad, las sanciones a determinados jueces...).

El 9 de marzo ser¨¢ una jornada electoral con valor a?adido porque de su resultado depende el futuro de instituciones clave para la democracia y el propio Gobierno de la naci¨®n. El a?o que ahora empieza ser¨¢ definitivo para dilucidar algunas cuestiones que quedaron pendientes tras las elecciones del 14 de marzo de 2004. ?stas son las claves pol¨ªticas del nuevo ejercicio.

EL FUTURO DE LOS PARTIDOS La gran prueba para Rajoy

El PP se la juega en 2008. Nada ser¨¢ igual en ese partido si el segundo intento de Mariano Rajoy para ser presidente del Gobierno acaba en fracaso. La derrota de Joaqu¨ªn Almunia frente a Aznar en 2000 llev¨® al PSOE a una situaci¨®n de emergencia para reinventarse y de all¨ª surgi¨® Zapatero. Si el PP sigue en la oposici¨®n despu¨¦s del 9 de marzo, vivir¨¢ una situaci¨®n parecida: se abrir¨¢ la batalla por el poder dentro del partido ante la m¨¢s que previsible salida de Rajoy y, con ¨¦l, de todos aquellos que han representado a la direcci¨®n en los ¨²ltimos cuatro a?os (Acebes y Zaplana, fundamentalmente). En esa batalla anunciada hay dos l¨ªderes que, supuestamente, se han retirado a sus destinos privados y no juegan:

-Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el ex presidente del Gobierno que eligi¨® a dedo a su sucesor, se ha pluriempleado en asesor¨ªas m¨²ltiples (inmobiliarias, financieras, medi¨¢ticas), en conferencias por todo el mundo y en su trabajo de escritor de ensayos dirigidos a sus partidarios.

-Rodrigo Rato, ex vicepresidente y ex director gerente del FMI, ha optado por la empresa privada y no parece dispuesto al regreso.

En esa tesitura, al PP le quedan aparentemente dos l¨ªderes que prometen por sus grandes resultados electorales en Madrid, la joya de la corona del partido conservador. Probablemente sean los dos dirigentes del PP que m¨¢s se odian entre s¨ª. Eso s¨ª, lo hacen de manera fraternal. Se llaman Alberto Ruiz-Gallard¨®n (con m¨¢s de 12 a?os de ¨¦xitos electorales a sus espaldas y tantos a?os o m¨¢s de fracasos en las batallas internas de su propio partido) y Esperanza Aguirre (que lleva subida al poder auton¨®mico con soltura desde que dos tr¨¢nsfugas socialistas le dieron una segunda oportunidad y la aprovech¨®).

La batalla por el poder del PP parece desigual. Aguirre tiene una organizaci¨®n detr¨¢s (al menos la de Madrid, que preside) y a los principales medios conservadores de su parte; Ruiz-Gallard¨®n tiene dispersos por Espa?a a algunos partidarios de nombre ilustre y cargos institucionales relevantes pero muy pocos militantes dispuestos a confiarle el liderazgo del partido.

La segunda formaci¨®n pol¨ªtica de Espa?a afrontar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas su partida m¨¢s delicada, la de confeccionar las listas electorales. Rajoy tiene un dilema. Si, como desea, pone a Ruiz-Gallard¨®n en la candidatura, una parte del partido (al menos la organizaci¨®n de Madrid que dirige Esperanza Aguirre, y algunos de los medios de comunicaci¨®n a los que rinde pleites¨ªa) le har¨¢n oposici¨®n desde dentro. Si evita el problema interno y no lleva al alcalde en la lista de Madrid, perder¨¢ una oportunidad de utilizar una baza electoral ya probada para ayudarle a ganar las elecciones y demostrar¨¢ debilidad frente a quienes le han presionado contra Ruiz-Gallard¨®n.

En el PSOE, no parece que los resultados de las elecciones puedan modificar mucho su panorama interno. Incluso en el caso de una derrota electoral, la continuidad de Zapatero parece asegurada si ¨¦l lo desea, aunque algunos atisben la posibilidad de que Jos¨¦ Bono, m¨¢s que probable presidente del Congreso si el PSOE revalida la victoria, pudiera embarcarse en una operaci¨®n muy arriesgada -en Pa¨ªs Vasco y Catalu?a no hay mucho aprecio hacia el ex ministro de Defensa- para hacerse con el liderazgo del partido.

Los nacionalismos tambi¨¦n juegan el 9 de marzo. En Euskadi, la apuesta soberanista de Ibarretxe, que amenaza con una consulta ilegal de sus planes independentistas para el oto?o, tambi¨¦n buscar¨¢ un impulso en los resultados de las elecciones generales. En Catalu?a, el ¨²ltimo intento de CiU (ya lleva cuatro a?os en la oposici¨®n tras 20 de hegemon¨ªa en esa comunidad) pasa por convertirse en imprescindible para la gobernabilidad de Espa?a con el menos soberanista Josep Antoni Dur¨¢n i Lleida.

EL CONSTITUCIONAL Un tercio, en funciones

El Tribunal Constitucional navega medio en funciones con algunas espadas de Damocles colgando desde hace tiempo sobre su cabeza. Un tercio de sus magistrados (entre ellos la propia presidenta del tribunal, la progresista Mar¨ªa Emilia Casas) tiene el mandato agotado desde hace casi un mes y su renovaci¨®n depender¨¢, algo in¨¦dito, de las urnas. Si la renovaci¨®n se hubiera hecho en plazo, el Tribunal Constitucional encargado de resolver los grandes asuntos pendientes del mandato socialista tendr¨ªa mayor¨ªa progresista (saldr¨ªan tres magistrados conservadores y s¨®lo entrar¨ªan dos). Pero el bloqueo de esa renovaci¨®n, debido a la reforma legal que impone un nuevo proceso para la elecci¨®n de magistrados condicionada a la propuesta de 34 candidatos por parte de las 17 comunidades, mantiene un empate entre el bloque conservador y el bloque progresista que se ha hecho insoportable en los ¨²ltimos meses.

LA LUCHA CONTRA ETA La ilegalizaci¨®n, preparada

Con la c¨²pula de Batasuna en la c¨¢rcel, con ETA dispuesta a seguir con sus cr¨ªmenes dentro o fuera de Espa?a y con las dos formaciones pol¨ªticas que no condenan estos m¨¦todos en el punto de mira de la Fiscal¨ªa General del Estado y del juez Baltasar Garz¨®n, los primeros meses de 2008 ser¨¢n cruciales para saber c¨®mo evoluciona el mapa pol¨ªtico vasco. La Fiscal¨ªa y la Abogac¨ªa tienen preparados sus escritos para la ilegalizaci¨®n de ANV (337 concejales en Euskadi y otros 100 en Navarra) y del PCTV (siete diputados en el parlamento vasco). Este a?o saldr¨¢n de la c¨¢rcel el etarra I?aki de Juana tras cumplir los tres a?os de condena por un delito de amenazas, y el l¨ªder de Batasuna, Arnaldo Otegi, que cumple un a?o. La mayor¨ªa de la direcci¨®n de Batasuna sigue en prisi¨®n provisional.

LOS RECURSOS DEL 11-M En 2008 se cierra el caso

La pr¨®xima semana, el Supremo recibir¨¢ 29 recursos contra la sentencia del 11-M, que declaraba probado que el atentado de los trenes fue obra de un comando de islamistas radicales sin relaci¨®n con ETA. A finales de a?o, seg¨²n fuentes judiciales, el Supremo habr¨¢ dado carpetazo definitivo a la tormentosa historia judicial del atentado, golpeada por decenas de noticias falsas jaleadas por el PP, el partido que gobernaba cuando ocurrieron los atentados. El Supremo deber¨¢ dilucidar, entre otras cosas, si el Tribunal que juzg¨® el 11-M se equivoc¨® al absolver a Rabei Osman, El Egipcio, o si estuvo muy indulgente con algunos de los procesados a los que impuso penas de c¨¢rcel muy cortas.

EL JUEZ G?MEZ BERM?DEZ El Supremo decide

El pr¨®ximo 15 de enero se re¨²ne el Supremo para resolver el cuarto recurso que se presenta en un a?o contra el nombramiento de Javier G¨®mez Berm¨²dez al frente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. El juez sali¨® disparado a la fama tras el juicio del 11-M, televisado a todo el mundo. Como presidente del tribunal que juzg¨® el atentado m¨¢s grave en la historia de Espa?a y como ponente de la sentencia, todo el protagonismo de la Justicia se centr¨® en ¨¦l. S¨®lo dos meses despu¨¦s de su rev¨¢lida, su mujer, trabajadora de la administraci¨®n de justicia, public¨® un libro que le dej¨® expuesto a las cr¨ªticas de sus compa?eros y los ataques furibundos de los medios de comunicaci¨®n afines al PP, humillados por la sentencia del 11-M que dejaba la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, que tanto alimentaron con bulos, enterrada para siempre.

Si el Supremo anula el nombramiento, cosa que ya ha hecho en otras dos ocasiones, la suerte de G¨®mez Berm¨²dez ser¨¢ distinta a la de s¨®lo hace unos meses, cuando los vocales conservadores del Poder Judicial, cuya mayor¨ªa les permit¨ªa nombrar cargos judiciales a su antojo, le consideraban uno de los suyos y volv¨ªan a elegirle contra viento y marea. Ahora, la situaci¨®n ha cambiado y son muchos los vocales conservadores que han dado la espalda a G¨®mez Berm¨²dez por dejar fuera de juego en el juicio a los conspiradores, medios afines al PP y diputados populares relevantes que ahora guardan silencio.