Fiesta mexicana
Olvidemos sus figuras majestuosas, las poses m¨¢s o menos artificiales de las solapas de los libros, las fotograf¨ªas borrosas o truncadas de los manuales, el gesto con el que han pasado o est¨¢n a punto de pasar a la historia, o a esa t¨ªmida inmortalidad a la que aspira un escritor. Borremos los gestos arquet¨ªpicos -el bigote imperioso, la barba entrecana, el cabello revuelto-, los prejuicios a favor y en contra, la simpat¨ªa o la severidad de cada uno. Eliminemos el barniz de autoridad que los torna inalcanzables o geniales o perversos. Procuremos no mirarlos ahora, en 2008, cuando nos aprestamos a conmemorar los 10 a?os del fallecimiento de uno y a celebrar los 80 y los 70 a?os de vida de los otros dos. Imagin¨¦moslos all¨¢, en un pasado no tan remoto, hace cuatro d¨¦cadas, reunidos en una no tan improbable fiesta en 1969 o 1970.
Octavio Paz. Carlos Fuentes. Carlos Monsiv¨¢is. Persig¨¢moslos entre la multitud: uno baila tango como profesional, otro se mofa de la concurrencia, el ¨²ltimo divaga sobre la luminosidad de la champa?a. Luego los tres intercambian pullas y abrazos. Y se r¨ªen de sus chistes. La Sant¨ªsima Trinidad de las letras mexicanas, en una fiesta, cantando a Los Panchos, por ejemplo. Y perseverando en otra de sus aficiones: observar, juzgar y cuestionar la naturaleza de sus compatriotas. A fuerza de o¨ªr a sus panegiristas y a sus adversarios, a sus respectivas barras bravas, a tantos y tantos cr¨ªticos, y a fuerza tambi¨¦n de encontrarlos a diario en la prensa y la televisi¨®n, de escuchar sus voces agudas o sobrias o destempladas, y en especial de no leerlos, olvidamos qui¨¦nes eran, lo que en realidad hac¨ªan (adem¨¢s de bailar, tomar canap¨¦s o burlarse de los dem¨¢s), y lo que representan para nosotros ahora, en M¨¦xico, mientras recordamos sus aniversarios.
Octavio Paz no llegaba a los sesenta, acababa de volver al pa¨ªs tras renunciar a la Embajada en India, se preparaba para convertirse en el jefe m¨¢ximo de la cultura del pa¨ªs y hab¨ªa escrito algunos de los poemas y ensayos indispensables del siglo XX. Carlos Fuentes, a los cuarenta, para muchos el mayor seductor del continente, hab¨ªa publicado varias novelas definitivas. Y Carlos Monsiv¨¢is, de apenas treinta, ya era Carlos Monsiv¨¢is de cuerpo entero (apenas m¨¢s delgado): el cr¨ªtico m¨¢s agudo y perspicaz de la vida nacional. Los tres colaboraban en La Cultura en M¨¦xico, el legendario suplemento dirigido por Fernando Ben¨ªtez, y los tres iban a fiestas. S¨ª, a muchas fiestas. A pachangas -guateques, se dec¨ªa entonces- como ¨¦sta.
Pero, insisto, despoj¨¦monos de los retratos hechos y no pensemos que quien sonre¨ªa a las jovencitas era Fuentes, quien se mofaba de sus vecinos era Monsiv¨¢is y quien peroraba sin cesar era Paz: si los observamos atentamente, desoyendo las insidias y rumores que han corrido desde esos d¨ªas, podremos ver que, al menos hoy, Paz se deja llevar por el ritmo del mambo -el momento en que el mexicano se encuentra, en abrazo mortal, con otro mexicano-, Fuentes cuenta un chiste picante y, sin pizca de iron¨ªa, Monsiv¨¢is se escabulle misteriosamente por las escaleras. Insisto: si hacemos a un lado su papel en la historia de la literatura, si aparcamos sus reyertas y desacuerdos y nos entrometemos en la charla que traban en medio de la fiesta, descubriremos que el l¨²cido humor de Monsiv¨¢is tambi¨¦n est¨¢ presente en los ensayos e incluso en alg¨²n poema de Paz, que el aliento ¨¦pico de Fuentes habita las feroces cr¨®nicas de Monsiv¨¢is, que la sutileza argumentativa de Paz es el germen de numerosos personajes de Fuentes. Porque desde entonces los tres no han dejado de intercambiar opiniones, de discutir, de pelear y de llevar a alturas inusitadas el arte de la conversaci¨®n.
Habr¨¢ a quien le incomode rememorar esta fiesta. Quien se empe?e en se?alar sus divergencias o recordar las patadas bajo la mesa. Quien niegue su "aire de familia". Son los chapuceros que miran el baile desde la ventana, los aguafiestas que no fueron convocados. Porque el di¨¢logo sostenido entre estos tres escritores -entre sus libros- es uno de los m¨¢s ricos y fecundos de la literatura en espa?ol en la segunda mitad del siglo XX. Paz era el mayor y ejerc¨ªa, a veces con demasiado ¨¦nfasis, como maestro: no es dif¨ªcil descubrir su poderoso influjo en los otros, pero tanto Fuentes como Monsiv¨¢is, m¨¢s hermanos menores que hijos, replicaron incisivamente a las ideas -y los rega?os- del poeta.
Durante d¨¦cadas los tres se dedicaron a reflexionar y disputar sobre la condici¨®n mexicana, ese tema que ahora suena un tanto fantasioso -?qu¨¦ distingue a los mexicanos de los dem¨¢s seres humanos?-, en ensayos, novelas, cuentos y cr¨®nicas que no han dejado de entreverarse desde entonces. Los tres se empe?aron en definir el retrato que los mexicanos poseemos de nosotros mismos y, al hacerlo, han contribuido como pocos a la conformaci¨®n -mejor: a la invenci¨®n- de nuestra identidad. Por ello, el mejor homenaje que podr¨ªa hac¨¦rseles ser¨ªa escuchar con admiraci¨®n y sin prejuicios, cr¨ªticamente, sus acuerdos y sus divergencias, los perfiles que se encargaron de desentra?ar o de crear: el mexicano abismado en la soledad de Paz, el mexicano taimado y anguloso de Fuentes, el mexicano ingenioso y chapucero de Monsiv¨¢is. Record¨¦moslos as¨ª, en esa fiesta, mientras divagan y se divierten a nuestras costillas, y pasemos 2008 ley¨¦ndolos, rebati¨¦ndolos, discuti¨¦ndolos, esforz¨¢ndonos por renovar su voluntad cr¨ªtica. -
Del Hay Festival a la pirater¨ªa
COLOMBIA Cartagena de Indias quiere convertirse en capital cultural de Am¨¦rica Latina. Despu¨¦s de un 2007 en el que la ciudad fue escenario del Hay Festival y del IV Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola, este a?o potenciar¨¢ eventos literarios, musicales y cinematogr¨¢ficos. El a?o cultural lo empez¨® ayer con el II Festival Internacional de M¨²sica (hasta el 12 de enero), en el que habr¨¢ 17 conciertos en teatros e iglesias coloniales. Y tras la m¨²sica, el turno es para la literatura. El Hay Festival se realizar¨¢ por tercer a?o, del 24 al 27 de enero, al que asistir¨¢n escritores, m¨²sicos y cineastas de todo el mundo. De forma paralela, realizar¨¢ el Hay Festivalito, orientado a los ni?os con el fin de contribuir al fomento y promoci¨®n de la lectura de los m¨¢s peque?os.
M?XICO M¨¢s de un mill¨®n de libros y 300.000 toneladas. ?sas son las cifras de las ediciones pirata decomisadas en 2007 en M¨¦xico. Un libro de ¨¦stos cuesta un 20% o un 30% menos que uno en las librer¨ªas. Si antes s¨®lo se pirateaban los best sellers, ahora se editan todos los libros que puedan tener acogida en el p¨²blico. El ¨²ltimo informe se?ala que un 60% de lo que se compra en M¨¦xico en libros, DVD y discos es ilegal. Aunque en t¨¦rminos reales los libros pirateados representan el 3% del total, la cifra aumenta vertiginosamente. Mientras el a?o pasado se incautaron 300.000 toneladas de libros, en 2006 la cifra apenas lleg¨® a las 22 toneladas.
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