A Coru?a conquista a Woody

"Very warm, wonderful people, we have a wonderful time, yeah, a very nice concert, very pleasant" ("muy c¨¢lido, la gente maravillosa, pasamos un momento maravilloso, s¨ª, un concierto muy majo, muy agradable"). Sin pensarselo medio segundo, Woody Allen, de verborrea legendaria, desembal¨® raudo y veloz la respuesta cuando un periodista de la Cadena SER le interpel¨® ayer, minutos antes de abandonar A Coru?a, sobre el concierto que hab¨ªa protagonizado horas antes junto a su New Orleans Jazz Band en el Palacio de la ?pera.

Y es que la gran expectativa y el entusiasmo que levant¨® el primer y fugaz paso del famoso cineasta neoyorquino por A Coru?a, pen¨²ltima etapa de su extensa gira musical por Europa que concluy¨® anoche en Santander, se not¨® incluso antes de que apareciese en el escenario el septeto de m¨²sicos, encabezado por la inconfundible figura de eternas gafas de pasta negra y, en la mano, un clarinete. Fue sonar las primeras notas y el p¨²blico ya parec¨ªa completamente rendido. J¨®venes y mayores, an¨®nimos y autoridades de toda Galicia que llenaron el concierto (gratuito por cortes¨ªa de la Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza), no cesaron de aplaudir cada solo, y hubo muchos, de Allen y sus compa?eros de la banda con la que lleva, desde hace 36 a?os, dando rienda suelta a su "afici¨®n insistente", dice, por el clarinete y el jazz m¨¢s tradicional de Nueva Orleans.

El genial cineasta sabe que vienen m¨¢s a verlo por famoso que por buen m¨²sico. Y durante hora y media, la banda de Allen, dirigida por Eddy Davis y su banjo, no se sali¨® del gui¨®n, el de todas sus actuaciones, el mismo que recrea cada lunes en la cafeter¨ªa del hotel Carlyle de Manhattan. Tocan sentados, salvo breves incursiones de algunos de los m¨²sicos a un micro de pie y por turnos para cantar estrofas de canciones populares de Nueva Orleans. Tras el primer tema, quitarse el jersey y remangarse la camisa, Woody Allen, como siempre, pidi¨® al p¨²blico de A Coru?a que se relajase para disfrutar de la m¨²sica m¨¢s popular de la ciudad sure?a de Estados Unidos, jazz y blues del que se toca por las calles, en las iglesias y hasta en los cortejos f¨²nebres.

La actuaci¨®n transcurri¨® tranquila, puntuada en cada nota por el incesante movimiento de la pierna izquierda del cineasta. Incluy¨®, como siempre que tocan en Espa?a y ajenos a las connotaciones espec¨ªficas que pudiese tener en A Coru?a, una versi¨®n de la famosa pieza cubana Para Vigo me voy. Pero la especialmente calurosa acogida del p¨²blico acab¨® por ganar a los m¨²sicos. Allen, el trompetista Simon Wettenhall y el trombonista Jerry Zigmont acabaron tocando de pie y toda la banda regal¨® un cuarto de hora m¨¢s de actuaci¨®n al m¨¢s puro estilo de Nueva Orleans.