Una casa con goteras y sin llave
La historia del, hasta ahora, frustrado traspaso de Cercan¨ªas es una historia de enredo con los personajes entrando y saliendo por una y otra puerta, como en el vodevil. De hecho, el Estatuto anterior ya atribu¨ªa a la Generalitat la competencia en el transporte ferroviario cuyos origen y destino estuvieran ambos en Catalu?a, siempre que el trazado discurriera tambi¨¦n por territorio catal¨¢n. El Estatuto actual reitera el asunto. La diferencia entre el antes y el despu¨¦s estriba en que los gobiernos de CiU no mostraron inter¨¦s alguno en el asunto. Los gobiernos centrales, por supuesto, tampoco.
Las cosas cambian coincidiendo con el rosario de aver¨ªas que ha martirizado a sus usuarios. El presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero anuncia formalmente el traspaso para enero de 2008. Los responsables del Ministerio de Fomento, Magdalena ?lvarez, y su segundo, V¨ªctor Morl¨¢n, no eran especialmente partidarios de la transferencia. Pero aceptan el anuncio de Zapatero y se aprestan a cumplir la orden. Y lo hacen con un programa de m¨¢ximos: se toma Renfe, se cercena Cercan¨ªas de Barcelona y se le entrega a la Generalitat. Asunto zanjado.
Las cosas no son tan sencillas y esta soluci¨®n no ten¨ªa en cuenta la distinci¨®n entre empresa y competencia. El Gobierno catal¨¢n nunca ha hecho ascos a quedarse la empresa, pero lo que ped¨ªa era la competencia. Sobre todo si se tiene en cuenta que en 2010 las cosas cambiar¨¢n. O no. En esa fecha, se liberalizar¨¢ el transporte ferroviario de pasajeros, en funci¨®n de una directiva europea. Ahora bien, cabe que ¨¦sta deje el servicio p¨²blico (por cierto, deficitario y con precio subvencionado) que es Cercan¨ªas a resguardo de la liberalizaci¨®n. Si el servicio se liberaliza, qui¨¦n sea el propietario de Renfe Cercan¨ªas resultar¨¢ poco relevante porque se deber¨¢ convocar un concurso. Si es limpio, Renfe puede ganar o perder. Si no se liberaliza, las cosas cambian. De ah¨ª que cuando anteayer, en la comisi¨®n mixta, el Gobierno central sali¨® diciendo que, en ese caso, la transferencia deber¨ªa revertirse, la parte catalana dio un salto en la silla. Se trataba, hizo ver uno de los asistentes, de una "transferencia condicionada" que negaba de plano lo que figura en el Estatuto. En ese momento, alguien record¨® que la otra opci¨®n era la de m¨¢ximos: cercenar Renfe en 17 empresas diferentes, algo que cuenta con la enemiga de los sindicatos porque debilita a los trabajadores. "En esta situaci¨®n, quiz¨¢ el tripartito no opte por privatizar la empresa, pero Esperanza Aguirre lo har¨ªa ma?ana y no tendr¨ªamos fuerza para evitarlo", explicaba un dirigente de UGT.
El ¨²ltimo documento entregado por la Generalitat sobre el traspaso de Cercan¨ªas ya prev¨¦ estas objeciones. No se cercena la empresa, Cercan¨ªas se constituye en "unidad de negocios", una figura que Renfe ha empleado en diversas ocasiones anteriormente. Y se mantiene la unidad de la empresa hasta 2010. Eso s¨ª, la Generalitat exig¨ªa la capacidad para controlar las inversiones y para nombrar la direcci¨®n, aunque fuera de forma pactada. "Somos conscientes de los problemas que se han producido en la segregaci¨®n de Renfe y Adif y no queremos reproducir el trauma", explicaba uno de los negociadores. Por poner un ejemplo: Renfe tiene los trenes, pero las estaciones son de Adif y tambi¨¦n los vendedores de billetes. Coordinarlo todo resulta con frecuencia problem¨¢tico con dos empresas hijas del mismo ministerio; si ni siquiera fueran de la misma administraci¨®n, la cosa podr¨ªa complicarse a¨²n m¨¢s. En este sentido, la transferencia de la competencia (entrega del poder de decisi¨®n a la Generalitat) manteniendo la unidad empresarial parec¨ªa una buena opci¨®n. Pero al final, sin perjuicio de que las cosas cambien, resulta que el Gobierno central prefer¨ªa ceder la propiedad que la capacidad de decidir. La Generalitat se ha negado a quedarse con una casa llena de goteras en la que necesitaba permiso para hacer reformas y, encima, corr¨ªa el riesgo de tener que pagarlas.
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