La conexi¨®n Riddick
La sentencia tuvo un precio: Steven Riddick, ex entrenador de Jones. Cuando Marion acept¨® cambiar a?os de prisi¨®n por un m¨¢ximo de seis meses, supo que ten¨ªa que dar algo a cambio. Y prometi¨® testificar en el caso que juzga la implicaci¨®n de Riddick en una red de cheques falsos. La misma red que ha llevado a Jones a la c¨¢rcel. El mismo hombre que la sac¨® de la miseria.
En el verano de 2006, la velocista hab¨ªa sido madre. Ten¨ªa 30 a?os. Y volv¨ªa a correr los 100 en menos de 11 segundos. El misterio ten¨ªa una explicaci¨®n: Riddick, oro en el relevo largo de los Juegos de 1976, se hab¨ªa hecho cargo de sus entrenamientos a trav¨¦s del e-mail.
La conexi¨®n era m¨¢s antigua. Mucho antes, Riddick hab¨ªa empezado a entrenar a un velocista: el peque?o Tim, le llamaban. Montgomery se convirti¨® en el m¨¢s r¨¢pido del mundo con otro entrenador; se cas¨® con Jones; consigui¨® que ¨¦sta se entrenara con Riddick; y luego confes¨® su implicaci¨®n en el caso Balco, el uso de sustancias dopantes y su participaci¨®n en la estafa de los cheques. Antes Riddick le escrib¨ªa e-mails a Jones. Y ahora el testimonio de la ex velocista puede conseguir que su comunicaci¨®n se limite al correo interno de la c¨¢rcel.
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