Reh¨¦n de s¨ª mismo
Poca gente en Venezuela cuestiona la impostergable pertinencia de cualquier iniciativa que contribuya a liberar las centenas de civiles que, documentadamente, se hallan en poder de las FARC.
Pero, contra lo que pueda pensarse, el feliz desenlace del episodio de rescate no contribuye por s¨ª solo a clarificar el panorama que se ofrece a Ch¨¢vez y los venezolanos a comienzos de 2008.
La derrota electoral que Ch¨¢vez sufriera en el refer¨¦ndum de hace apenas seis semanas ha infundido un importante segundo aliento moralizador a la hasta ahora err¨¢tica oposici¨®n venezolana.
Pero hay otros factores, distintos al tema de las FARC, que bien pudieran entra?ar serios reveses electorales para el humanitario rescatador de rehenes a finales de este a?o.
Para empezar, consid¨¦rese la siempre t¨®xica inflaci¨®n, rayana ya en 23% -la m¨¢s alta de Latinoam¨¦rica- y que el dogm¨¢tico y vociferante lego en cuestiones macroecon¨®micas que es Ch¨¢vez ha desatendido durante los nueve a?os que dura su Gobierno.
Durante este tiempo Ch¨¢vez no ha hecho, con su desaforado gasto p¨²blico, m¨¢s que estimular la demanda con una mano mientras que, con su acoso al sector privado, ha estrangulado la producci¨®n de bienes con la otra.
Esto ha hecho de ¨¦l una formidable m¨¢quina generadora de inflaci¨®n y desabastecimiento.
Ante la derrota del 2-D, un contrito Ch¨¢vez ha anunciado la en¨¦sima rotaci¨®n de personal ministrable con ¨¢nimo de hacer pasar por "revisi¨®n, rectificaci¨®n y relanzamiento" su ya ajado y enigm¨¢tico "socialismo bolivariano del siglo XXI".
Pero la incompetencia para afrontar la espiral de los precios, poner coto a la obscena corrupci¨®n del funcionariado chavista y a la creciente criminalidad de las ciudades venezolanas que arroja m¨¢s de 80 muertes cualquier fin de semana caraque?o -casi todas acaecidas en las barriadas marginadas, hasta ahora bastiones del chavismo-, surten ya sus t¨®xicos efectos en el ¨¢nimo de los electores que escoger¨¢n alcaldes y gobernadores a finales de a?o.
Las disensiones en el hasta ahora monol¨ªtico bando chavista no se han hecho esperar, luego de la derrota sufrida por Ch¨¢vez en diciembre.
Los aspirantes chavistas a alcald¨ªas y gobernaciones provinciales no quieren cargar con todas las culpas del hasta ahora M¨¢ximo L¨ªder y ya han comenzado a distanciarse. Esto no es m¨¢s que el reflejo de c¨®mo la base social de Ch¨¢vez comienza a disgregarse.
Para impedir lo que todo esto augura habr¨ªa que a?adir otras dos erres a la f¨®rmula: Erre de "resultados" y erre de "?r¨¢pido, r¨¢pido!".
Pero la rapidez de resultados no es cosa que se les d¨¦ f¨¢cilmente a los mesi¨¢nicos iluminados latinoamericanos del socialismo del siglo XXI.
Ibsen Mart¨ªnez es escritor venezolano.
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