Con dudas pero con desesperanza
La ¨²ltima ma?ana, la muerte no estaba en los ojos de ?ngel.
La obra completa de ?ngel Gonz¨¢lez se llama Palabra sobre palabra, pero tambi¨¦n podr¨ªa haberse llamado igual que su segundo libro, Sin esperanza, con convencimiento, porque esos dos sustantivos simbolizan a la perfecci¨®n los extremos de su largo viaje literario, que va de ?spero mundo (1956) a Oto?os y otras luces (2001).
Actuar sin esperanza pero con convencimiento est¨¢ s¨®lo al alcance de las personas que poseen un alto nivel de compromiso. La falta de esperanza es la primera obligaci¨®n del pesimista, aquel que ha aprendido que no resulta coherente confiar ni en el porvenir ni en el pasado, el primero porque est¨¢ lleno de incertidumbres y el segundo porque est¨¢ hecho de verdades interesadas. "Te llaman porvenir / porque no vienes nunca", dice el autor de Tratado de urbanismo (1967) en uno de sus poemas; y en otro: "Un hombre nunca sabe qu¨¦ pasado le espera".
?ngel era un pesimista con ganas de seguirlo siendo mucho tiempo
Por mucho que siempre sea dif¨ªcil definir algo complejo con una sola palabra, si me viese en la obligaci¨®n de elegir una que simbolizara la poes¨ªa de ?ngel Gonz¨¢lez, optar¨ªa por angustia. No es muy complicado ver esa angustia crecer y multiplicarse en el ni?o Gonz¨¢lez mientras caminaba por las calles de Oviedo en los terribles a?os cuarenta, los de la sanguinaria represi¨®n que los sublevados de 1936 llevaron a cabo contra los vencidos. Ni despu¨¦s, en aquellos demoledores cincuenta en que el poeta se pregunta, desde las p¨¢ginas iniciales de su primer libro y en un poema c¨¦lebre que ¨¦l sol¨ªa definir como su sinton¨ªa, cu¨¢nto sufrimiento ha sido necesario "para que yo me llame ?ngel Gonz¨¢lez". Ese tema, el de la identidad, es uno de los que vertebran toda su producci¨®n y, sin duda, dan un indicio fiable de su pensamiento: cuando vuelve a tocar ese asunto, 36 a?os m¨¢s tarde y en Deixis en fantasma (1992), dice: "Cuando escribo mi nombre, / lo siento cada d¨ªa m¨¢s extra?o. / ?Qui¨¦n ser¨¢ ¨¦se? / me pregunto. / Y no s¨¦ qu¨¦ pensar. / ?ngel. / Qu¨¦ raro". Y si para entonces lo que dominaba su estado era el asombro, en 1971, cuando public¨® Breves acotaciones para una biograf¨ªa, estaba entregado al fatalismo de quien se conoce y sabe que su camino lleva a la oscuridad: "Cuando tengas dinero reg¨¢lame un anillo, / cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca, / cuando no sepas qu¨¦ hacer vente conmigo (...) / Pero ya te lo dije: / cuando quieras marcharte ¨¦sta es la puerta: / Se llama ?ngel y conduce al llanto".
Es l¨®gico que la huella de la Guerra Civil y la interminable posguerra no s¨®lo se haya dejado ver en el car¨¢cter de ?ngel Gonz¨¢lez, sino que tambi¨¦n sea una marca distintiva de su poes¨ªa, tan abiertamente confesional. Porque si por el lado de la biograf¨ªa el espanto alcanz¨® de lleno a la familia Gonz¨¢lez, cuyo hermano mayor, Manuel, fue fusilado, el segundo, Pedro, tuvo que exiliarse por su condici¨®n de soldado de la Rep¨²blica y pasar el resto de sus d¨ªas en Francia, y la tercera, la hermana maestra, que se llamaba Maruja, fue despose¨ªda de su plaza y condenada a malvivir dando clases particulares. Por el lado de la literatura, de qu¨¦ va a escribir alguien que sobrevive en un pa¨ªs asfixiado por una dictadura, en el cual, como ¨¦l mismo escribe, "quien no pudo morir continu¨® andando" y en el que muy pronto iba a tener que ocupar su puesto entre los vencidos, hasta saber que "se paga con la muerte / o con la vida, / pero se paga siempre una derrota", tal y como dice en su obra Grado elemental (1962).
No, la muerte no estaba en los ojos de ?ngel la ¨²ltima ma?ana que lo vi, ya en el hospital del que no saldr¨ªa vivo. Le acababa de llevar el peri¨®dico y un libro; y como yo sal¨ªa de viaje, ¨¦l s¨®lo estaba preocupado de que no llegara tarde: vete, te espera un largo camino, no te preocupes por m¨ª, nos vemos en un par de d¨ªas... Sin esperanza, pero con el convencimiento de que aquella ¨²ltima vez no era la ¨²ltima, sino s¨®lo otra.
?ngel era un pesimista con ganas de seguirlo siendo mucho tiempo. Ahora que, por primera y ¨²ltima vez, nuestro amigo se ha ido para siempre, los que caeremos en una desesperanza sin regreso somos todos los dem¨¢s: ?qu¨¦ vamos a hacer ahora sin la persona m¨¢s limpia que hemos conocido?
Babelia
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