Intimidad intimidada
La ofensiva antiabortista se dirige ahora contra las mujeres y adquiere formas siniestras
El acoso de los colectivos antiabortistas y de quienes les secundan desde la judicatura o las administraciones se est¨¢ dirigiendo ahora no s¨®lo contra los m¨¦dicos y las cl¨ªnicas, sino tambi¨¦n contra las mujeres que se han sometido a una interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Un juez de Madrid ha llamado a declarar a m¨¢s de 20 de ellas por unas supuestas irregularidades en una cl¨ªnica de Madrid.
?Es imprescindible que la citaci¨®n judicial sea personalmente presentada por guardias civiles de uniforme en el domicilio? La despenalizaci¨®n del aborto buscaba justamente evitar situaciones de criminalizaci¨®n e invasi¨®n de la intimidad como la que refleja esa situaci¨®n. Interrumpir la gestaci¨®n es una decisi¨®n personal de la mujer en alg¨²n momento de su vida que no necesariamente conocen sus padres, su marido, sus hijos; o sus vecinos.
Hay un componente intimidatorio en todo esto. Las mujeres tienen miedo. Los centros denuncian que reciben llamadas de personas que abortaron hace 10 o 15 a?os para pedir que se borren sus historias cl¨ªnicas: algo que no se puede hacer legalmente. Temen que la polic¨ªa o un juez desempolven sus casos y aparezcan en sus domicilios.
En el origen del caso de la cl¨ªnica madrile?a est¨¢ la denuncia de una plataforma antiabortista sobre la supuesta eliminaci¨®n irregular de residuos org¨¢nicos y cl¨ªnicos. No se entiende por qu¨¦ si lo que se investiga es la eliminaci¨®n de los residuos, se molesta a las pacientes, que no saben nada al respecto. Y si lo que se investiga son unos presuntos abortos ilegales, ?por qu¨¦ los que act¨²an son agentes del Seprona, Servicio de Protecci¨®n a la Naturaleza, dependiente de la Guardia Civil? Hay una cierta inclinaci¨®n hacia la truculencia en este tipo de iniciativas y la forma en que son presentadas por los medios m¨¢s conservadores. Algo nada inocuo a la vista de casos de fanatismo antiabortista criminal registrados en pa¨ªses como Estados Unidos, por ejemplo.
Una ley de plazos que reconozca el derecho a abortar durante las primeras semanas de embarazo, sin necesidad de motivar la decisi¨®n, ofrecer¨ªa mayor seguridad jur¨ªdica; y, contra lo que parecen pensar algunos gobernantes, reducir¨ªa las posibilidades de manipulaci¨®n demag¨®gica del aborto y de criminalizaci¨®n de las mujeres que decidan abortar.
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