Bola?o, Mansour, C¨¢ceres
Nada es comparable con el descubrimiento de un autor de quien nada se sabe; se compra un libro al azar y se siente uno fascinado por ¨¦l. As¨ª me ocurri¨® con Roberto Bola?o: me compr¨¦ su Estrella distante sencillamente porque era un libro delgado (suelo comprar libros finitos para leer en los aviones ) y me qued¨¦ deslumbrada. Bueno, s¨ª, ya sab¨ªa que tanto Vila-Matas como Ignacio Echevarr¨ªa lo veneran, pero yo suelo tomarme las modas con distancia.
Bola?o es de mi generaci¨®n y era un chileno que vivi¨® en M¨¦xico y que se vino a retirar, por decirlo de alg¨²n modo, al peque?o pueblo de Blanes; no sabemos por qu¨¦ demonios cay¨® all¨¢, habiendo en la Costa Brava pueblos mucho m¨¢s preservados e incluso m¨¢s bonitos. Como no ten¨ªa ni un c¨¦ntimo se presentaba a premios literarios, para subsistir, y por suerte los ganaba. Muri¨® a los 50 a?os, en julio de 2003.
Me compr¨¦ 'Estrella distante', de Bola?o, sencillamente porque era un libro delgado, y qued¨¦ deslumbrada
Y se ha convertido, como he sabido despu¨¦s, en figura de culto. De culto tan s¨®lo para la comunidad literaria latinoamericana y espa?ola, pues no ha llegado a¨²n a ser un autor completamente internacional, a pesar de que ya ha sido publicado en franc¨¦s por Christian Bourgois y en ingl¨¦s por Christopher Mac Lehose.
Estrella distante (1996), rechazada por varias editoriales, es la historia de un escritor nazi que es, a la vez, un aviador que escribe poemas vanguardistas en el cielo y que es tambi¨¦n un asesino. En un momento dado del libro, el aviador -hablando con otros j¨®venes poetas- cita a Joyce Mansour y a Jorge C¨¢ceres. Porque a Bola?o, como dice su editor Jorge Herralde, le gustaba hablar de los libros de otros escritores y, como dec¨ªa Joaqu¨ªn Marco: "Bola?o hac¨ªa de la cr¨ªtica una forma autobiogr¨¢fica". Ser¨¢n tan s¨®lo 30 o 40 las personas que en Espa?a sepan qui¨¦nes son Joyce Mansour y Jorge C¨¢ceres, y ya s¨®lo con esto Bola?o, de golpe, se hab¨ªa convertido, para m¨ª, en un compa?ero de ruta.
Porque ambos personajes citados estaban, como el escritor chileno, del lado de los apasionados, de los desesperados y de los que murieron j¨®venes: C¨¢ceres, a los 26; Joyce Mansour, a los 48.
Joyce Mansour (1928-1986) fue descubierta por Andr¨¦ Breton en l953 a ra¨ªz de su libro Gritos (Cris), publicado en Seghers. Ella ten¨ªa entonces tan s¨®lo 25 a?os y era una egipcia nacida en Gran Breta?a, aunque adopt¨® Francia como pa¨ªs. Casada con Sam Mansour, un egipcio refinad¨ªsimo que logr¨® reunir, con el asesoramiento de Breton, una notabil¨ªsima colecci¨®n de arte surrealista y de arte primitivo, Joyce sorprendi¨® a todos por el erotismo libre, descarnado y violento que desprend¨ªan sus poemas ("Mi sexo c¨¢ndido que implora / no es culpa m¨ªa / si tengo los muslos enfundados / en la piel"). Desconcertaba que esta mujer peque?a y bella, de familia rica y vestida siempre con una extremada elegancia, escribiera tambi¨¦n tenebrosos pasajes; yo llegu¨¦ a conocer a su marido y fui al estreno, en l995, de una de sus piezas teatrales, bellamente titulada Invitez-moi ¨¤ passer la nuit dans votre bouche: la encontr¨¦ muy dram¨¢tica, girando en torno a la enfermedad y al suicidio (Joyce muri¨® de c¨¢ncer, como su madre).
En cuanto a Jorge C¨¢ceres (l923-l949), fue poeta, bailar¨ªn, pintor y cr¨ªtico de jazz; personaje amado por todos pero "maldito y divino a la vez", seg¨²n recuerda Luis G. de Mussy en la que es la primera gran publicaci¨®n sobre el malogrado chileno: C¨¢ceres, el medio d¨ªa eterno y la tira de prueba (Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio). Fue sobre todo autor de unos magn¨ªficos collages que est¨¢n a la altura de los de Raoul Hausmann, Max Ernst y Georges Hugnet, algunos de los cuales ilustraron la revista Mandr¨¢gora, hom¨®nima del grupo formado en l938 por Braulio Arenas y en el que ¨¦l solicit¨® entrar -siendo aceptado- a los 15 a?os. Fue el autor de Ren¨¦ o la mec¨¢nica celeste (1941), Monumento a los p¨¢jaros (l942) y El frac incubadora (1946), entre otros textos. Entre 1948 y 1949 vivi¨® en Par¨ªs para perfeccionar sus estudios de ballet cl¨¢sico con la gran bailarina Preobayenska y con Serge Lifar, y conoci¨® a Breton, a quien regal¨® numerosos collages. Se hizo amigo de Pierre Mabille,V¨ªctor Brauner, Jacques H¨¦rold y Toyen, participando en la exposici¨®n de surrealistas j¨®venes y publicando en la revista surrealista Neon.
Pero en Par¨ªs la vida le pareci¨® "dif¨ªcil y cara", y regres¨® a Santiago, muriendo en extra?as circunstancias el 21 de septiembre de 1949. Fue hallado sin vida en la ba?era; el parte m¨¦dico anunci¨® "paro card¨ªaco". Pero la hip¨®tesis de un suicidio por amor y la leyenda de un "Rimbaud chileno" empezaron a fraguarse desde aquel mismo momento.
victoriacombalia@gmail.com
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