"El que ha osado volar debe aprender a caer"
"No hemos sido derrotados, pero hemos sido vencidos". Era el 14 de octubre de 2004 y Alberto Ruiz-Gallard¨®n tom¨® prestadas las palabras a Hemingway para anunciar su primera gran renuncia: se retiraba de la competici¨®n por la presidencia del PP de Madrid, apenas una semana despu¨¦s de anunciar una candidatura alternativa a la de su gran rival, Esperanza Aguirre. A esas alturas era ya evidente que el partido estaba con ella y contra ¨¦l: la lista auspiciada por el alcalde y encabezada por su mano derecha, Manuel Cobo, no hab¨ªa recibido pr¨¢cticamente ning¨²n apoyo ante la celebraci¨®n del congreso que finalmente aclamar¨ªa a Aguirre.
Aquella derrota, el fracaso m¨¢s sonoro que sufr¨ªa en su brillante carrera pol¨ªtica, dej¨® un amargor profundo en el entorno de Ruiz-Gallard¨®n y ciertas advertencias que hoy resuenan: Cobo alert¨® de las malas artes de un sector "talib¨¢n" del PP que alejaba del anhelado centro al partido.
Dos meses antes el alcalde hab¨ªa expresado en EL PA?S su deseo de formar parte de la direcci¨®n nacional del PP. "Si quiere el nuevo presidente del partido, el se?or Rajoy, a m¨ª s¨ª me gustar¨ªa [...] Pero es una decisi¨®n que tiene que tomar ¨¦l. Yo creo que no se puede nunca forzar a quien eliges como responsable de una tarea que es dif¨ªcil", afirmaba ¨¦l, que durante a?os despreci¨® la pol¨ªtica interna de partido.
Y lanzaba un aviso similar a aquel "algo habremos hecho mal" que hab¨ªa soltado, para disgusto de los duros, en el congreso del PP posterior a la debacle electoral de 2004: "El partido tiene que hacer una apuesta por los espacios moderados de pensamiento, por un pensamiento de centro. No podemos caer en ning¨²n tipo de tentaci¨®n conservadora".
Nada de eso ha parecido calar en el partido que Alberto Ruiz-Gallard¨®n dice llevar en su ADN, del que nunca, asegura, desertar¨ªa, pero que en todos estos a?os jam¨¢s le dio esperanza de poder colmar su mal disimulada ambici¨®n: saltar a primera l¨ªnea de la pol¨ªtica nacional. ?l, a pesar de todo, ha seguido creyendo que alg¨²n d¨ªa suceder¨ªa. Quiz¨¢ hasta la cruel tarde de ayer.
O quiz¨¢ vuelva a levantarse, como despu¨¦s de aquella Navidad de 2003, cuando, tras sufrir otro golpe -Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar lo hab¨ªa obligado a presentarse a la alcald¨ªa y luego lo descart¨® como sucesor-, envi¨® a amigos y enemigos su postal navide?a, esta vez con versos de Rainer Maria Rilke: "El que ha osado volar como los p¨¢jaros, una cosa m¨¢s debe aprender: a caer".
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