Fischer, 3; URSS, 0
La impresionante maquinaria del ajedrez sovi¨¦tico se estrell¨® contra el genio rebelde

Bobby Fischer, fallecido en Reikiavik a los 64 a?os, ser¨¢ admirado por la belleza de sus mejores partidas, pero tambi¨¦n porque derrot¨® ¨¦l solo a la impresionante maquinaria del ajedrez sovi¨¦tico, dirigida desde el Kremlin como una cuesti¨®n de Estado. El siguiente relato de lo ocurrido en 1971 y 1972 ilustra el gran m¨¦rito del estadounidense y la enorme importancia del deporte mental en la URSS.
"Gracias a la glasnost [transparencia informativa en los ¨²ltimos a?os de la URSS], voy a contarle algo. Cuando perd¨ª ante Fischer por 6-0 en los cuartos del Torneo de Candidatos de 1971, fui castigado duramente por el Comit¨¦ de Deportes". El gran maestro y reputado pianista Mark Taim¨¢nov se sinceraba as¨ª con EL PA?S en el Club de Escritores de Mosc¨² en enero de 1988. "No conceb¨ªan que yo, de primera fila mundial, pudiera perder ante un joven sin ganarle una sola partida. Daban por sentado que me hab¨ªa dejado vencer por dinero. Me prohibieron los viajes al extranjero, las conferencias, los programas de televisi¨®n y radio, los entrenamientos con j¨®venes valores y los art¨ªculos en diarios y revistas. Adem¨¢s, me quitaron el sueldo b¨¢sico que los profesionales ten¨ªamos".
El Kremlin llam¨® a la movilizaci¨®n general, pero todo fue in¨²til
No fue lo peor: "Me aplicaron el mismo castigo como pianista. De ser una gloria pas¨¦ a ser un paria. Afortunadamente, Fischer tambi¨¦n destroz¨® por 6-0 al dan¨¦s Bent Larsen en las semifinales y eso hizo que las cabezas pensantes del comit¨¦ aliviaran el castigo, aunque nunca dej¨¦ de estar en la lista negra".
Larsen, uno de los escasos occidentales a la altura de los mejores sovi¨¦ticos, tampoco volvi¨® a brillar tras aquella paliza del genio, que se enfrent¨® en la final de Buenos Aires a otra gloria sovi¨¦tica, el armenio Tigr¨¢n Petrosi¨¢n, quien hab¨ªa perdido el t¨ªtulo ante su compatriota Bor¨ªs Spasski dos a?os antes.
Petrosi¨¢n era un defensor gran¨ªtico, capaz de adelantarse con jugadas profil¨¢cticas a las amenazas de su rival antes de que ¨¦ste las viera. En el Kremlin estaban convencidos de que era la horma del zapato de Fischer, cuyo estilo agresivo y directo se estrellar¨ªa contra un muro. Pero el granito armenio se derriti¨® frente al volc¨¢n de Chicago, si bien el resultado fue m¨¢s razonable: 6,5-2,5 para Fischer, quien se convirti¨® en el desafiante del rey Spasski.
Sin embargo, en el Kremlin a¨²n confiaban en su campe¨®n de estilo universal, capaz de adaptarse al de cualquier rival y, supuestamente, en su momento m¨¢s dulce. Adem¨¢s, el balance le era favorable: tres victorias de Spasski, ninguna de Fischer y dos empates. Pero Petrosi¨¢n advirti¨®: "Fischer est¨¢ armado con todas las ideas nuevas. Tan pronto logra la m¨¢s ligera ventaja, juega como una m¨¢quina. Ni siquiera puedes esperar que cometa un error. Es extraordinario".
Las trompetas de Mosc¨² llamaron a la movilizaci¨®n general, como detalla Gari Kasp¨¢rov: "Durante casi un a?o se realiz¨® un extenso trabajo. Se enrolaron entrenadores experimentados, as¨ª como organizaciones m¨¦dicas y cient¨ªficas, y las sesiones de entrenamiento del campe¨®n duraron ?cinco meses!. A Spasski se le asign¨® la dacha [casa de campo] del Consejo de Ministros, en Arjyz [C¨¢ucaso], donde les gustaba relajarse al primer ministro, Kosigin, y el presidente finland¨¦s, Kekkonen. La preparaci¨®n era supervisada por Piotr D¨¦michev, secretario del Comit¨¦ Central del PCUS".
Los mejores jugadores de la URSS fueron obligados a elaborar informes sobre ¨¦l, en secreto 20 a?os, pero Fischer destron¨® a Spasski (12,5-8,5) en Reikiavik, adonde ¨¦ste se trasladar¨¢ en cuanto le confirmen sus funerales. "Estoy deshecho. Fischer era para m¨ª como un hermano", dijo ayer a este diario.
Entre las numerosas reacciones de admiraci¨®n y tristeza quiz¨¢ la m¨¢s expresiva sea la del serbio Ljubomir Ljub¨®jevic: "El ajedrez, sobre todo el occidental, debe a Fischer m¨¢s que a nadie. Dio un revolucionario impulso a su desarrollo en los 70. Creo que fue adorado en la URSS incluso m¨¢s que sus campeones".

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