La Seguridad Social no reconoce muertes por dolencia laboral
CC OO cifra en 16.115 los fallecimientos por enfermedades profesionales
Ninguna de las enfermedades que cada a?o causan la muerte a miles de trabajadores guarda relaci¨®n con el trabajo. Esto es lo que dicen los datos oficiales, aunque Comisiones Obreras, que realiza su propio recuento, lo rebate. "?Qui¨¦n se puede creer que Espa?a sea el ¨²nico pa¨ªs del mundo en el que nadie muere por el trabajo?", se pregunta Joaqu¨ªn Nieto, responsable de salud laboral del sindicato. A esta organizaci¨®n le constan 16.115 muertes por enfermedades derivadas de la labor profesional en 2007. Son 19 veces las producidas por accidentes en el tajo, lo que da una idea de la magnitud del problema.
La seguridad en el puesto de trabajo est¨¢ experimentando una doble evoluci¨®n. Por un lado, los fallecimientos por accidentes disminuyen a un ritmo r¨¦cord (un 11,2% en 2007, seg¨²n el balance presentado ayer por CC OO). Al mismo tiempo, las enfermedades profesionales no dejan de aumentar, pero oficialmente un 82% queda fuera del registro y, en el caso de las que acaban con la vida del trabajador, todas escapan a los ojos de la Seguridad Social.
El sindicato cree que las mutuas camuflan datos para eludir costes
Trabajo corrigi¨® hasta agosto el 40% de las decisiones de esos organismos
El motivo hay que buscarlo, seg¨²n Nieto, en el funcionamiento de las mutuas. Estos ¨®rganos, que gestionan el dinero destinado a sufragar los gastos derivados de la siniestralidad y las enfermedades profesionales, no reconocen el origen laboral de la mayor parte de las dolencias. "Tienen como orientaci¨®n endosar al sistema p¨²blico de salud las enfermedades asociadas al trabajo", sostiene Nieto. El 16% de las que el sistema sanitario trata como comunes tienen cariz laboral. Y eso cuesta cada a?o a las arcas unos 15.000 millones de euros, un 1,5% del producto interior bruto (PIB), que deber¨ªan costear las mutuas, seg¨²n estos c¨¢lculos.
Tal disfunci¨®n requiere, en opini¨®n de Nieto, "una reforma profunda de las mutuas", a las que achaca una actitud "irresponsable y falta de humanidad". Un decreto de 2006 atribuy¨® a estas entidades la responsabilidad de decidir si una enfermedad es com¨²n o profesional. Hasta entonces eran los empresarios quienes lo estimaban. Lejos de favorecer la transparencia, como se esperaba, el cambio ha hecho disminuir un 27,7% en un a?o las enfermedades tipificadas como profesionales.
Adem¨¢s de aliviar los costes del sistema p¨²blico de salud, reconocer el origen laboral de una afecci¨®n es crucial para el trabajador, ya que en este caso puede solicitar una pensi¨®n por incapacidad o reclamar una indemnizaci¨®n en los tribunales.
La mayor parte (el 60%) de las dolencias atribuibles al desempe?o laboral corresponde a tumores malignos. Les siguen los problemas del sistema circulatorio y las enfermedades del aparato respiratorio. A mucha distancia figuran los trastornos mentales y las enfermedades del sistema nervioso.
La sospecha de que las mutuas pueden estar subestimando enfermedades profesionales no anida s¨®lo en los sindicatos. La Seguridad Social decidi¨® en septiembre del a?o pasado revisar todos los expedientes resueltos como enfermedad com¨²n por las mutuas. La operaci¨®n se realiza s¨®lo cuando existan "indicios" de que esa enfermedad es, en realidad, profesional. La revisi¨®n de expedientes que realiz¨® el Ministerio de Trabajo entre enero y agosto de 2007 arroja un resultado clarificador: este departamento modific¨® las decisiones de las mutuas en un 40% de los casos, al dar la raz¨®n al trabajador y considerar que su dolencia se origin¨® en el trabajo.
Frente al descontento con las enfermedades profesionales, Comisiones valora la evoluci¨®n que han experimentado los accidentes de trabajo. El n¨²mero de fallecidos por cada 100.000 afiliados ha ca¨ªdo a la mitad en 10 a?os, hasta situarse en 5,2. La mayor vigilancia en las empresas y la persecuci¨®n judicial de los siniestros ha propiciado una mejora de las cifras, que afecta tanto a los producidos en la jornada laboral como a los ocasionados en el trayecto de ida o de vuelta del trabajo.
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