"?C¨®mo dices a una secuestrada que su marido muri¨®?"
Para que la foto de esta entrevista reflejara lo que ocurri¨® durante el almuerzo, el periodista Herbin Hoyos, de 38 a?os, tendr¨ªa que aparecer hablando con un tel¨¦fono en cada oreja y mirando de reojo su tercer m¨®vil sobre la mesa. Tras la liberaci¨®n de Clara Rojas y Consuelo Gonz¨¢lez de Perdomo, secuestradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hace seis a?os, la sociedad colombiana ha vuelto a ser consciente de hasta qu¨¦ punto el programa radiof¨®nico Las voces del secuestro empapa de esperanza los corazones de los m¨¢s de 700 rehenes que permanecen en la selva apresados por los guerrilleros de las FARC. Un hijo cuenta a su padre que ya aprob¨® el curso, un hermano comenta que se va a casar, una madre le habla a su hijo de los momentos que compartieron juntos... Y el espacio se va llenando, cada s¨¢bado desde la medianoche hasta las seis de la ma?ana, como un buz¨®n de cartas con destino a la selva. Pasan las semanas, los meses y los a?os sin recibir respuesta. Las voces llegan a las monta?as y de las monta?as no sale nada.
Dirige en Colombia un programa de radio para los secuestrados
Hasta que, de pronto, las FARC liberan a dos rehenes, como ocurri¨® la semana pasada con Clara Rojas y Consuelo Gonz¨¢lez de Perdomo. Consuelo lleg¨® cargada de cartas con olor a tierra y ¨¢rboles. En ellas se hablaba de lo mucho que les sirvieron las noticias recibidas por su gente a trav¨¦s de Las voces del secuestro. Noticias que no siempre eran las esperadas.
"Durante el secuestro de do?a Consuelo Fern¨¢ndez de Perdomo, falleci¨® el marido de ella. Y su hija Patricia Fern¨¢ndez de Perdomo me pregunt¨® que c¨®mo se lo iba a comunicar a su madre. Yo le dije que tratase de hacerlo de la forma m¨¢s po¨¦tica posible. Y ella, cuando sali¨® en antena, dijo: 'Mamita, a partir de hoy tienes que estar mucho m¨¢s tranquila all¨¢ en las monta?as, porque desde el cielo mi papito te est¨¢ cuidando'. ?D¨ªgame si eso no es berraco! Muy fuerte, como dicen ustedes".
Tambi¨¦n recuerda Hoyos el mensaje de un ni?o a su padre: "Pap¨¢, dile a los guerrilleros que te dejen venir a traerme un regalo porque el Ratoncito P¨¦rez ya se me llev¨® un diente". "El padre nunca volver¨¢, porque era uno de los 11 diputados del Valle secuestrados por las FARC y asesinados el a?o pasado durante una supuesta operaci¨®n de rescate". Herbin, que estos d¨ªas se encuentra en Espa?a invitado por la Asociaci¨®n de V¨ªctimas Visibles, opina que las FARC, tras el cese de los di¨¢logos de paz en 2002, "son ahora m¨¢s sanguinarias que nunca".
En 14 a?os, Herbin Hoyos ha o¨ªdo mensajes de unos 15.000 familiares de secuestrados, ha conocido casos como el del empresario que fue secuestrado hasta cinco veces. Pero una de las cosas que m¨¢s le impresion¨® ocurri¨® hace precisamente 14 a?os, cuando ¨¦l mismo fue secuestrado por las FARC durante 17 d¨ªas. "En un campamento vi a un hombre atado a un ¨¢rbol. Una mano, la que no pod¨ªa proteger de la lluvia, parec¨ªa de un cad¨¢ver. Y en la otra, ten¨ªa una radio. Aquel hombre me dijo que nosotros los periodistas no hac¨ªamos nada por los secuestrados. Y eso me llev¨® a crear este programa".
Restaurante Al Sahara. Bogot¨¢
- Dos men¨²s: torta de pl¨¢tano, patatas fritas, arroz, lengua de res en salsa de cacahuete y pechuga de pollo: 26.000 pesos
- Dos vasos de agua arom¨¢tica tropical, con infusi¨®n de hierbabuena, limones y fresas: 4.500 pesos
- Postre de tres leches: 2.000 pesos.
- Un caf¨¦: 2.000 pesos
Total: 34.500 pesos
(13 euros)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.