La campa?a toca la fibra racial
La pelea por el voto negro acent¨²a la divisi¨®n Clinton-Obama en Carolina del Sur
La Iglesia africana metodista episcopal Morris Brown de Charleston no atrae estos d¨ªas ¨²nicamente a sus fieles miembros. Famosa por ser una de las congregaciones m¨¢s influyentes entre la poblaci¨®n negra de Carolina del Sur -y de todo el pa¨ªs-; por su puerta han desfilado en las ¨²ltimas semanas los principales candidatos dem¨®cratas a la presidencia, sus equipos de asesores y colectores de votos y periodistas en busca de un indicio que permita pronosticar los resultados de las elecciones primarias que se celebran hoy en este Estado.
El reverendo Joseph Darby, una autoridad nacional, ha recibido pacientemente a cada uno de ellos y ha aceptado compartir oraciones con quien lo quer¨ªa, pero no le ha dado a nadie su respaldo oficial. Lo que al reverendo Darby le preocupa realmente es la divisi¨®n y la hostilidad que la pol¨ªtica est¨¢ trayendo estos d¨ªas al seno de su comunidad.
"Los blancos no van a votar por un presidente negro", dice Ivonne Davis
En una carrera electoral tan re?ida y excitante como la que vive EE UU, cualquier cita se presenta trascendental y cualquier circunstancia alcanza enseguida categor¨ªa de norma. Por eso, Carolina del Sur, donde la mitad del electorado dem¨®crata es de raza negra, se ha tomado como una muestra de la orientaci¨®n de ese grupo de votantes en futuras elecciones en otros puntos del pa¨ªs. Es cierto que hay mucho en juego aqu¨ª para Hillary Clinton y para Barack Obama, los dos principales candidatos dem¨®cratas, pero los resultados de hoy y el voto afroamericano puede influir en el desenlace final de esta campa?a de forma algo m¨¢s compleja de lo que en un principio puede pensarse.
Obama es favorito para la victoria en el primer lugar en el que su raza debe contar a favor. Clinton tambi¨¦n tiene oportunidad de ganar si aprovecha la simpat¨ªa que, desde hace a?os, la comunidad negra siente por su marido, el ex presidente Bill Clinton. Uno y otro sabr¨¢n hoy a favor de qui¨¦n se resuelve el dilema. Pero habr¨¢ que esperar m¨¢s tiempo para saber qui¨¦n gana m¨¢s y qui¨¦n pierde m¨¢s hoy en Carolina del Sur.
Parad¨®jicamente, y con ayuda de la campa?a hecha por el matrimonio Clinton, una victoria en un terreno dominantemente afroamericano podr¨ªa poner sobre Obama la etiqueta de la que ha huido desde el principio de esta carrera, la del candidato negro. Mientras que Clinton podr¨ªa justificar una derrota -sobre todo si no es abultada- precisamente por la debilidad de ser la candidata blanca. Las encuestas recogen ya un acelerado aumento de su respaldo entre los blancos de este Estado, de los que s¨®lo un 10% se inclina por Obama. Es el escenario so?ado por la senadora de Nueva York desde que Obama impact¨® ganando en un Estado casi completamente blanco como Iowa.
Ivonne Davis, la joven propietaria de uno de los puestos de venta en Market Street, en Charleston, tambi¨¦n est¨¢ aturdida por la situaci¨®n. Tanto ella como su marido, que trabaja en una peque?a industria local, decidieron votar por Obama despu¨¦s de verle ganar en Iowa. Hasta entonces no acababan de cre¨¦rselo. De hecho, Clinton mandaba en las encuestas hasta ese momento en Carolina del Sur con veinte puntos de ventaja.
Su victoria en Iowa le dio a Obama un lustre de viabilidad que le hizo subir como la espuma entre los votantes negros. Despu¨¦s vino el agrio debate sobre Martin Luther King, iniciado cuando Hillary Clinton dijo que hab¨ªa sido necesario un presidente (blanco) como Lyndonn Johnson para hacer realidad el famoso sue?o del m¨¢rtir negro. Ese debate inyect¨® de forma irreversible el elemento racial en esta campa?a. Y ahora pesa como una losa sobre la conciencia de los votantes. "En ¨²ltima instancia", afirma Ivonne, "todos sabemos que los blancos no van a votar por un presidente negro".
No es esa la pol¨¦mica que Obama pretend¨ªa a estas alturas. "No son los blancos ni los negros ni los latinos ni los asi¨¢ticos ni los j¨®venes ni los viejos ni los hombres ni las mujeres, somos NOSOTROS", grit¨® el senador de Illinois en un mitin el jueves en Charleston.
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