Farmacopornograf¨ªa
Beatriz Preciado (Burgos, 1970), alumna de Jacques Derrida y Agn¨¨s Heller, incita en 'Testo yonqui' (Espasa) a recorrer los pasillos de una forma de capitalismo caliente, psicotr¨®pico y punk, lo que ella denomina "r¨¦gimen farmacopornogr¨¢fico"
C¨®mo el sexo y la sexualidad, se preguntar¨¢n, llegan a convertirse en el centro de la actividad pol¨ªtica y econ¨®mica? S¨ªganme: durante el periodo de la guerra fr¨ªa, Estados Unidos invierte m¨¢s d¨®lares en la investigaci¨®n cient¨ªfica sobre el sexo y la sexualidad que ning¨²n otro pa¨ªs a lo largo de la historia. La mutaci¨®n del capitalismo a la que vamos a asistir se caracterizar¨¢ no s¨®lo por la transformaci¨®n del sexo en objeto de gesti¨®n pol¨ªtica de la vida (como ya hab¨ªa intuido Foucault en su descripci¨®n "biopol¨ªtica" de los nuevos sistemas de control social), sino porque esta gesti¨®n se llevar¨¢ a cabo a trav¨¦s de las nuevas din¨¢micas del tecnocapitalismo avanzado. Pensemos simplemente que el periodo que va desde el final de Primera Guerra Mundial hasta la guerra fr¨ªa constituye un momento sin precedente de visibilidad de las mujeres en el espacio p¨²blico, as¨ª como de emergencia de formas visibles y politizadas de la homosexualidad en lugares tan insospechados como, por ejemplo, el ej¨¦rcito americano. El macartismo americano de los a?os cincuenta suma a la persecuci¨®n patri¨®tica del comunismo la lucha contra la homosexualidad como forma de antinacionalismo, al mismo tiempo que exalta los valores familiaristas de la masculinidad laboriosa y la maternidad dom¨¦stica. Se abren durante este tiempo decenas de centros de investigaci¨®n sobre la sexualidad en Occidente como parte de un programa de salud p¨²blica. Al mismo tiempo, los doctores George Henry y Robert L. Dickinson llevan a cabo la primera demograf¨ªa de la "desviaci¨®n sexual", un estudio epidemiol¨®gico conocido con el nombre de Sex variant, al que m¨¢s tarde seguir¨¢n el Informe Kinsey sobre la sexualidad y los protocolos de Stoller sobre la feminidad y la masculinidad. Entre tanto, los arquitectos americanos Ray y Charles Eames colaboran con el ej¨¦rcito americano para fabricar tablillas de sujeci¨®n de los miembros mutilados en la guerra con placas de contrachapado playwood. Pocos a?os despu¨¦s utilizar¨¢n el mismo material para construir los muebles que caracterizar¨¢n el dise?o ligero y la arquitectura americana desechable. Harry Benjamin pone en marcha y sistematiza la utilizaci¨®n cl¨ªnica de mol¨¦culas hormonales, se comercializan las primeras mol¨¦culas naturales de progesterona y estr¨®geno obtenidas a partir de suero de yegua (Premarin) y algo m¨¢s tarde sint¨¦ticas (Norethindrone). En 1946 se inventa la primera p¨ªldora antibaby a base de estr¨®genos sint¨¦ticos -el estr¨®geno se convertir¨¢ pronto en la mol¨¦cula farmac¨¦utica m¨¢s utilizada de toda la historia de la humanidad-. En 1947, los laboratorios Eli Lilly (Indiana, Estados Unidos) comercializan la mol¨¦cula de metadona (el m¨¢s simple de los opi¨¢ceos) como analg¨¦sico, convirti¨¦ndose en los a?os setenta en el tratamiento b¨¢sico de sustituci¨®n en la adicci¨®n a la hero¨ªna; ese mismo a?o, el seudopsiquiatra norteamericano John Money inventa el t¨¦rmino "g¨¦nero", diferenci¨¢ndolo del tradicional "sexo", para nombrar la pertenencia de un individuo a un grupo culturalmente reconocido como "masculino" o "femenino" y afirma que es posible "modificar el g¨¦nero de cualquier beb¨¦ hasta los dieciocho meses". Se multiplica exponencialmente la producci¨®n de elementos transur¨¢nicos, entre ellos del plutonio, combustible nuclear empleado militarmente durante la Segunda Guerra Mundial y que ahora se convierte en material de uso en el sector civil: el nivel de toxicidad de los elementos transur¨¢nicos sobrepasa al de cualquier otro elemento terrestre, generando una nueva forma de vulnerabilidad de la vida. El lifting facial y diversas intervenciones de cirug¨ªa est¨¦tica se convierten por primera vez en t¨¦cnicas de consumo de masas en Estados Unidos y Europa. Andy Warhol se fotograf¨ªa durante una operaci¨®n de lifting facial, haciendo de su propio cuerpo uno de los objetos pop de la sociedad de consumo. Frente a la amenaza inducida por el nazismo y por las ret¨®ricas racistas de una detecci¨®n de la diferencia racial o religiosa a trav¨¦s de los signos corporales, la "des-circuncisi¨®n", reconstrucci¨®n artificial del prepucio del pene, se convierte en una de las operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica m¨¢s practicadas en Estados Unidos en los a?os posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, se generaliza el uso del pl¨¢stico para la fabricaci¨®n de objetos de la vida cotidiana. Este material viscoso y semirr¨ªgido, impermeable, aislante el¨¦ctrico y t¨¦rmico, producido a partir de la multiplicaci¨®n artificial de ¨¢tomos de carbono en largas cadenas moleculares de compuestos org¨¢nicos derivados del petr¨®leo y cuya quema es altamente contaminante, definir¨¢ las condiciones materiales de una transformaci¨®n ecol¨®gica a gran escala: destrucci¨®n de los recursos energ¨¦ticos primitivos del planeta, consumo r¨¢pido y alta contaminaci¨®n. En 1953, el soldado americano George W. Jorgensen se transforma en Christine, convirti¨¦ndose en el primer transexual mediatizado; Hugh Hefner crea Playboy, la primera revista porno norteamericana difundida en quiosco, con la fotograf¨ªa de Marilyn Monroe desnuda en la portada del primer n¨²mero. En la Espa?a franquista, la Ley de Vagos y Maleantes de 1954 incluye por primera vez a homosexuales y desviados sexuales. El comandante Antonio Vallejo-N¨¢jera, jefe de los servicios m¨¦dicos militares, y Juan Jos¨¦ L¨®pez Ibor llevan a cabo sucesivas investigaciones con el fin de examinar las ra¨ªces psicof¨ªsicas del marxismo (para descubrir el famoso "gen rojo"), la homosexualidad y la intersexualidad, preconizando, a pesar de la escasa tecnificaci¨®n de las instituciones m¨¦dicas durante el franquismo, la lobotom¨ªa, las terapias de modificaci¨®n de conducta, el tratamiento mediante electroconvulsiones y la castraci¨®n terap¨¦utica con fines eugen¨¦sicos. En 1958 se lleva a cabo en Rusia la primera faloplastia (construcci¨®n de un pene a partir de un injerto de la piel y los m¨²sculos del brazo), como parte de un proceso de cambio de sexo de mujer a hombre. En 1960, los laboratorios Eli Lilly comercializan Secobarbital, un barbit¨²rico con propiedades anest¨¦sicas, sedativas e hipn¨®ticas concebido para el tratamiento de la epilepsia, el insomnio o como anest¨¦sico en operaciones breves. Secobarbital, m¨¢s conocido como la "p¨ªldora roja" o doll, se convierte en una de las drogas de la cultura underground rock. (...)
La depresi¨®n se convierte en Prozac; la erecci¨®n, en Viagra; la masculinidad, en testosterona; la fertilidad, en p¨ªldora
La pornograf¨ªa es hoy el gran motor impulsor de la econom¨ªa inform¨¢tica. Existen m¨¢s de un mill¨®n y medio de 'webs' adultas
En 1972, Gerard Damiano realiza, con el dinero de la mafia californiana, Deep throat (Garganta profunda), una de las primeras pel¨ªculas porno comercializadas p¨²blicamente en Estados Unidos. Deep throat se convertir¨¢ en una de las pel¨ªculas m¨¢s vistas de todos los tiempos, generando unos beneficios de explotaci¨®n de m¨¢s de seiscientos millones de d¨®lares. Estalla a partir de entonces la producci¨®n cinematogr¨¢fica porno, pasando de 30 pel¨ªculas clandestinas en 1950 a 2.500 en 1970. En 1973 se retira la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales del DSM (Manual de Diagn¨®stico y Estad¨ªstico de los Trastornos Mentales). En 1974, el sovi¨¦tico Victor Konstantinovich Kalnberz patenta el primer implante de pene a base de varillas de pl¨¢stico de polietileno como tratamiento de la falta de erecci¨®n, creando un pene natural erecto permanentemente. Estos implantes se abandonaron en beneficio de sus variantes qu¨ªmicas por resultar "f¨ªsicamente inc¨®modos y emocionalmente desconcertantes". (...)
En 1988 se aprueba la utilizaci¨®n farmacol¨®gica de Sildenafil (comercializado como Viagra por los laboratorios Pfizer) para tratar la "disfunci¨®n er¨¦ctil" del pene. Se trata de un vasodilatador sin efecto afrodisiaco que induce la producci¨®n de ¨®xido n¨ªtrico en el cuerpo cavernoso del pene y la relajaci¨®n muscular. A partir de 1996, los laboratorios americanos se lanzan a la producci¨®n sint¨¦tica de la oxyntomodulina, una hormona relacionada con el sentido de la saciedad, que podr¨ªa afectar a los mecanismos psicofisiol¨®gicos reguladores de la adicci¨®n y ser comercializada para provocar la p¨¦rdida de peso. A principios del nuevo milenio, cuatro millones de ni?os son tratados con Ritalina por hiperactividad y por el llamado s¨ªndrome de d¨¦ficit de atenci¨®n, y m¨¢s de dos millones consumen psicotr¨®picos destinados a controlar la depresi¨®n infantil. (...)
Durante el siglo XX, periodo en el que se lleva a cabo la materializaci¨®n farmacopornogr¨¢fica, la psicolog¨ªa, la sexolog¨ªa, la endocrinolog¨ªa han establecido su autoridad material transformando los conceptos de psiquismo, de libido, de conciencia, de feminidad y masculinidad, de heterosexualidad y homosexualidad en realidades tangibles, en sustancias qu¨ªmicas, en mol¨¦culas comercializables, en cuerpos, en biotipos humanos, en bienes de intercambio gestionables por las multinacionales farmac¨¦uticas. Si la ciencia ha alcanzado el lugar hegem¨®nico que ocupa como discurso y como pr¨¢ctica en nuestra cultura, es precisamente gracias a lo que Ian Hacking, Steve Woolgar y Bruno Latour llaman su "autoridad material", es decir, su capacidad para inventar y producir artefactos vivos. Por eso la ciencia es la nueva religi¨®n de la modernidad. Porque tiene la capacidad de crear, y no simplemente de describir, la realidad. El ¨¦xito de la tecnociencia contempor¨¢nea es transformar nuestra depresi¨®n en Prozac, nuestra masculinidad en testosterona, nuestra erecci¨®n en Viagra, nuestra fertilidad/esterilidad en p¨ªldora, nuestro sida en triterapia. Sin que sea posible saber qui¨¦n viene antes, si la depresi¨®n o el Prozac, si el Viagra o la erecci¨®n, si la testosterona o la masculinidad, si la p¨ªldora o la maternidad, si la triterapia o el sida. Esta producci¨®n en auto-feedback es la propia del poder farmacopornogr¨¢fico.
La sociedad contempor¨¢nea est¨¢ habitada por subjetividades toxicopornogr¨¢ficas: subjetividades que se definen por la sustancia (o sustancias) que domina sus metabolismos, por las pr¨®tesis cibern¨¦ticas a trav¨¦s de las que se vuelven agentes, por los tipos de deseos farmacopornogr¨¢ficos que orientan sus acciones. As¨ª, hablaremos de sujetos Prozac, sujetos cannabis, sujetos coca¨ªna, sujetos alcohol, sujetos ritalina, sujetos cortisona, sujetos silicona, sujetos heterovaginales, sujetos doblepenetraci¨®n, sujetos Viagra, etc¨¦tera.
No hay nada que desvelar en la naturaleza, no hay un secreto escondido. Vivimos en la hipermodernidad punk: ya no se trata de revelar la verdad oculta de la naturaleza, sino que es necesario explicitar los procesos culturales, pol¨ªticos, t¨¦cnicos a trav¨¦s de los cuales el cuerpo como artefacto adquiere estatuto natural. El oncomouse, rat¨®n de laboratorio dise?ado biotecnol¨®gicamente para ser portador de un gen cancer¨ªgeno, se come a Heiddegger. Buffy, la televisual vampira mutante, se come a Simone de Beauvoir. El dildo, paradigma de toda pr¨®tesis de teleproducci¨®n de placer, se come la polla de Rocco Siffredi. No hay nada que desvelar en el sexo ni en la identidad sexual, no hay ning¨²n secreto escondido. La verdad del sexo no es desvelamiento, es sex design. (...)
La industria pornogr¨¢fica es hoy el gran motor impulsor de la econom¨ªa inform¨¢tica: existen m¨¢s de un mill¨®n y medio de webs adultas accesibles desde cualquier punto del planeta. De los 16.000 millones de d¨®lares anuales de beneficios de la industria del sexo, una buena parte proviene de los portales porno de Internet. Cada d¨ªa, 350 nuevos portales porno abren sus puertas virtuales a un n¨²mero exponencialmente creciente de usuarios. Si es cierto que los portales porno siguen estando en su mayor¨ªa bajo el dominio de multinacionales (Playboy, Hotvideo, Dorcel, Hustler, etc¨¦tera), el mercado emergente del porno en Internet surge de los portales amateurs. El modelo del emisor ¨²nico se ve desplazado en 1996 con la iniciativa de Jennifer Kaye Ringley, que instala varias webcams en su espacio dom¨¦stico y transmite en tiempo real un registro de su vida cotidiana a un portal de Internet. Las JenniCams producen en estilo documental una cr¨®nica audiovisual de sus vidas sexuales y cobran suscripciones semejantes a las de un canal televisivo (entre 10 y 20 euros mensuales). Por el momento, cualquier usuario de Internet que posee un cuerpo, un ordenador, una c¨¢mara de v¨ªdeo o una webcam, una conexi¨®n de Internet y una cuenta bancaria puede crear su propia p¨¢gina porno y acceder al mercado de la industria del sexo. Se trata de la entrada del cuerpo autopornogr¨¢fico como nueva fuerza de la econom¨ªa mundial. El resultado del reciente acceso de poblaciones relativamente pauperizadas del planeta (tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, los primeros en acceder a este mercado fueron los trabajadores sexuales del antiguo bloque sovi¨¦tico; despu¨¦s, los de China, ?frica y la India) a los medios t¨¦cnicos de producci¨®n de ciberpornograf¨ªa, provocando por primera vez una ruptura del monopolio que hasta ahora detentaban las grandes multinacionales porno. Frente a esta autonomizaci¨®n del trabajador sexual, las multinacionales porno se al¨ªan progresivamente con compa?¨ªas publicitarias esperando atraer a sus cibervisitantes a trav¨¦s del acceso gratuito a sus p¨¢ginas.
La industria del sexo no es ¨²nicamente el mercado m¨¢s rentable de Internet, sino que es el modelo de rentabilidad m¨¢xima del mercado cibern¨¦tico en su conjunto (s¨®lo comparable a la especulaci¨®n financiera): inversi¨®n m¨ªnima, venta directa del producto en tiempo real, de forma ¨²nica, produciendo la satisfacci¨®n inmediata del consumidor en y a trav¨¦s de la visita al portal. Cualquier otro portal de Internet se modela y se organiza de acuerdo con esta l¨®gica masturbatoria de consumo pornogr¨¢fico. Si los analistas comerciales que dirigen Google o Ebay siguen con atenci¨®n las fluctuaciones del mercado ciberporno, es porque saben que la industria de la pornograf¨ªa provee un modelo econ¨®mico de la evoluci¨®n del mercado cibern¨¦tico en su conjunto.
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