El ejercicio a la luz de la ciencia
La actividad f¨ªsica es beneficiosa para la salud, pero no es ninguna panacea
A menudo, se promociona el deporte como la panacea para todo lo que nos aqueja. Para tener mejor salud, caminen 20 o 30 minutos al d¨ªa, dicen los entusiastas, y ni siquiera deben hacerlo todo de golpe. Da igual c¨®mo lo haga, porque perder¨¢n peso, controlar¨¢n su presi¨®n sangu¨ªnea y reducir¨¢n su riesgo de padecer osteoporosis.
Pero ojal¨¢ fuera tan sencillo. Aunque el ejercicio aporta indudables beneficios, muchos de ellos se han exagerado. Est¨¢ claro que puede ser divertido. Tambi¨¦n puede infundirnos energ¨ªa y levantarnos el ¨¢nimo. Pero antes de recurrir a un programa de gimnasia como soluci¨®n a sus problemas concretos de salud o de peso, hay que tener en cuenta lo que ha descubierto la ciencia sobre los beneficios del ejercicio f¨ªsico para la salud.
- Prevenir la diabetes. El ejercicio moderado, como caminar, puede reducir el riesgo de diabetes en personas obesas y sedentarias cuyo az¨²car en sangre comienza a aumentar. Esto ha sido demostrado en un amplio estudio en EE UU en el que a los participantes se les asignaba aleatoriamente un programa de ejercicios y una dieta, o medicamentos contra la diabetes, o serv¨ªan de control. Quienes siguieron una dieta y practicaron ejercicio perdieron muy poco peso, pero empezaron a caminar de forma regular y un n¨²mero menor de ellos desarroll¨® diabetes.
- Reducir las cardiopat¨ªas. El ejercicio tambi¨¦n puede reducir el riesgo de cardiopat¨ªa, aunque las pruebas son sorprendentemente contradictorias. Parece darse un efecto umbral: buena parte de la protecci¨®n cardiaca parecen obtenerla las personas que pasan de ser sedentarias a moderadamente activas, por lo general caminando de manera habitual. Se ha demostrado que un ejercicio m¨¢s intenso s¨®lo ofrece unos beneficios ligeramente superiores. Sin embargo, los datos de varios estudios amplios no siempre han sido claros, pues quienes hacen ejercicio suelen ser muy distintos de quienes no lo hacen.
Las personas activas tienen muchas menos probabilidades de fumar, est¨¢n m¨¢s delgados y sus h¨¢bitos alimentarios son distintos de los de sus compa?eros sedentarios. Tambi¨¦n tienden a ser m¨¢s cultos, y el nivel de cultura es uno de los indicativos m¨¢s s¨®lidos de una buena salud en general y de una vida m¨¢s prolongada. En consecuencia, es imposible saber con certeza si el ejercicio previene las cardiopat¨ªas o si la gente con menos posibilidades de abdicarlas tambi¨¦n tiene m¨¢s probabilidades de practicar ejercicio.
- C¨¢ncer. Los cient¨ªficos tienen el mismo problema al evaluar el ejercicio y el c¨¢ncer. Con el mismo tipo de estudios que se llevaron a cabo para las cardiopat¨ªas se descubri¨® que la gente que practicaba ejercicio presentaba unos ¨ªndices m¨¢s bajos de c¨¢ncer de colon y mama. Pero no se ha determinado si ese resultado es una causa o un efecto.
- Evitar la osteoporosis. A menudo, se dice que el ejercicio evita la osteoporosis. Sin embargo, actividades que conllevan acarrear pesos como caminar, correr o el levantamiento de pesas no han demostrado tener ese efecto. Aun as¨ª, en estudios rigurosos en los que se asign¨® a ancianos la pr¨¢ctica de ejercicio o mantener su rutina habitual, los deportistas ten¨ªan menos posibilidades de caerse, tal vez porque se fortalec¨ªan o desarrollaban un mejor equilibrio. Debido a que las ca¨ªdas pueden provocar fracturas en personas con osteoporosis, el ejercicio puede prevenir la rotura de huesos, pero s¨®lo de manera indirecta.
- Adelgazar. ?Y qu¨¦ hay de la p¨¦rdida de peso? Levantar pesas desarrolla la musculatura, pero no nos hace quemar m¨¢s calor¨ªas. El m¨²sculo que ganamos es min¨²sculo en comparaci¨®n con la cantidad total de m¨²sculo esquel¨¦tico del cuerpo. Y el m¨²sculo posee un ¨ªndice metab¨®lico muy bajo cuando se encuentra en reposo. (No podemos flexionar el b¨ªceps todo el tiempo).
Jaca Limero, un fisi¨®logo del ejercicio de la Texas A&M University, calcul¨® que la cantidad media de m¨²sculo que ganaban los hombres tras un programa serio de levantamiento de pesas durante 12 semanas era de dos kilos. Ese m¨²sculo a?adido incrementaba el ¨ªndice metab¨®lico en s¨®lo 24 calor¨ªas diarias.
Insuficiente para controlar la tensi¨®n y el colesterol
No se ha demostrado que el ejercicio f¨ªsico por s¨ª solo, si no hay p¨¦rdida de peso, reduzca la tensi¨®n sangu¨ªnea. Tampoco altera demasiado los niveles de colesterol. La p¨¦rdida de peso puede reducir la presi¨®n sangu¨ªnea y los niveles de colesterol, pero si queremos perder peso, debemos hacer dieta, adem¨¢s de ejercicio. Tampoco se ha demostrado que el ejercicio de por s¨ª propicie una p¨¦rdida continua de peso.
Preg¨²ntenle a Steven Blair, investigador del ejercicio de la Universidad de Carolina del Sur. ?l corre a diario e incluso participa en maratones. Pero, a?ade: "Yo era bajo, gordo y calvo cuando empec¨¦ a correr, y sigo siendo bajo, gordo y calvo. A m¨ª me resulta dif¨ªcil controlar el peso. Es una batalla perdida".
La dificultad, explica Blair, radica en que es mucho m¨¢s sencillo consumir 1.000 calor¨ªas que quemar esa misma cantidad con ejercicio. Seg¨²n cuenta: "Un antiguo entrenador de rugby sol¨ªa decir: "Hago que todos mis ayudantes corran ocho kil¨®metros diarios, pero comen 16 kil¨®metros al d¨ªa".
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