?La mente reside en cada c¨¦lula?

Supongo que la pregunta viene de una interpretaci¨®n que s¨ª existe y que combina partes de neurociencia, partes de biolog¨ªa celular e incluso de una parte de la filosof¨ªa que se llama filosof¨ªa de la consciencia. Es verdad que mente y conciencia siempre se han vinculado al sistema nervioso, es decir, a la parte biol¨®gica del funcionamiento del cerebro. Pero m¨¢s recientemente, desde hace unos quince a?os, empezaron a aparecer investigaciones en serio sobre si la conciencia se limita solo a la estructura cerebral o puede estar repartida en todo nuestro cuerpo en diferentes c¨¦lulas.

Y creo que es de donde viene la pregunta. De las investigaciones de un cient¨ªfico llamado Michael Levin que fundamenta esta teor¨ªa. Michael Levin es bi¨®logo e investiga en la Universidad de Tufs (Estados Unidos). La noci¨®n de que cada c¨¦lula podr¨ªa tener conciencia o mente viene de los estudios realizados por ¨¦l sobre c¨®mo las c¨¦lulas se comunican y toman decisiones ¨Dbiol¨®gicas¨D en fen¨®menos como la regeneraci¨®n de la c¨¦lula y el desarrollo del embri¨®n, que es donde ha centrado su investigaci¨®n. Lo que nos dice Levin es que las c¨¦lulas poseen m¨¦todos muy sofisticados de comunicaci¨®n y que tienen memoria bioel¨¦ctrica ¨Dalgo que ya sab¨ªamos¨D, y eso facilitar¨ªa la coordinaci¨®n entre ellas sin necesidad de pasar por el sistema nervioso central.

Pero ojo, esto no implica que cada c¨¦lula tenga conciencia tal como la comprendemos los seres humanos. Con lo cual, mi respuesta es que la idea de que la mente reside en cada c¨¦lula del cuerpo est¨¢ sacada del contexto de las investigaciones de Levin. La noci¨®n se relaciona con algunos pensamientos filos¨®ficos como el panpsiquismo, que es la teor¨ªa filos¨®fica que propone que la conciencia es una caracter¨ªstica esencial de la materia e indica que la mente no residir¨ªa solo en el cerebro, sino que se extender¨ªa a todo nuestro cuerpo, de tal manera que todas nuestras c¨¦lulas tendr¨ªan alguna forma de memoria que les permitir¨ªa saber que forman parte de nuestro ser.

La realidad es que Levin investiga cuestiones de morfog¨¦nesis y regeneraci¨®n celular y ha encontrado que existe comunicaci¨®n entre las c¨¦lulas a la hora de tomar decisiones. Pero si decimos que las c¨¦lulas tienen mente, no estamos extrayendo una conclusi¨®n cient¨ªfica de su trabajo, sino m¨¢s bien filos¨®fica.

Levin ha investigado la comunicaci¨®n entre c¨¦lulas en anfibios regenerativos que son muy interesantes. Entre esos anfibios est¨¢n las ranas y los ajolotes, esos animalitos mexicanos que se desarrollan en estado de renacuajo y que tienen la caracter¨ªstica de que si les cortas una parte la vuelven a regenerar, no solo extremidades sino tambi¨¦n partes del cerebro. Michael Levin los ha estudiado para entender c¨®mo se produce esa regeneraci¨®n sin que intervenga el sistema nervioso central. Ah¨ª es donde defiende que las c¨¦lulas tienen un programa gen¨¦tico muy flexible e independiente del sistema nervioso, de tal manera que tienen memoria de c¨®mo era la extremidad cortada, y eso es lo que les permite regenerarla.

Esas c¨¦lulas se comunican entre s¨ª, son capaces de tomar decisiones biol¨®gicas, s¨ª, pero para nada se las puede considerar inteligentes o que tengan mente. Lo interesante de la investigaci¨®n de Levin es que nos obliga a reconsiderar qu¨¦ entendemos por ¡°inteligencia¡± y ¡°decisi¨®n biol¨®gica¡±. Su trabajo ha llevado a algunos cient¨ªficos a plantearse hasta qu¨¦ punto la toma de decisiones celulares puede compararse, aunque sea de manera lejana, con ciertos procesos cognitivos.

Si las c¨¦lulas pueden recordar informaci¨®n bioel¨¦ctrica, tomar decisiones sobre el crecimiento y adaptaci¨®n de tejidos y coordinarse sin un sistema nervioso, ?es esto una forma primitiva de procesamiento de la informaci¨®n?

Algunos investigadores han comparado este proceso con los enjambres de abejas o las colonias de hormigas, donde el comportamiento emergente del grupo parece m¨¢s inteligente que el de cada individuo por separado. En este sentido, se ha propuesto que la comunicaci¨®n celular podr¨ªa tener paralelismos con la inteligencia colectiva, aunque esto no significa que las c¨¦lulas sean ¡°conscientes¡± en el sentido humano del t¨¦rmino.

Por otro lado, esta visi¨®n de la biolog¨ªa tiene implicaciones para la medicina regenerativa y la ingenier¨ªa de tejidos. Si se comprende mejor c¨®mo las c¨¦lulas ¡°recuerdan¡± su forma y funci¨®n, podr¨ªamos aprovechar este conocimiento para mejorar tratamientos de regeneraci¨®n en humanos. La manipulaci¨®n de se?ales bioel¨¦ctricas podr¨ªa permitir reparar tejidos da?ados o incluso regenerar ¨®rganos completos sin necesidad de trasplantes.

En definitiva, aunque no podamos decir que la mente reside en cada c¨¦lula, los descubrimientos de Levin abren nuevas preguntas sobre los l¨ªmites de la conciencia y la inteligencia en los sistemas biol¨®gicos. Nos recuerdan que la ciencia sigue explorando las fronteras entre lo que consideramos biol¨®gico, consciente e inteligente, y que la realidad puede ser mucho m¨¢s compleja de lo que pens¨¢bamos.

Carmen Sarabia Cobo es enfermera y doctora en Psicolog¨ªa, profesora titular de la Universidad de Cantabria, especialista en neuropsicolog¨ªa, demencias y vejez. Coordina el grupo de investigaci¨®n de Enfermer¨ªa del IDIVAL.

Pregunta enviada v¨ªa email por Stella Maris Maceratesi.

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