La jaur¨ªa humana en Guadalc¨¢zar
Perseguidos y agredidos cinco rumanos porque un ni?o al que preguntaron una direcci¨®n pens¨® que le iban a secuestrar
Fueron a comprar un coche y acabaron con el cuerpo magullado por los golpes. La psicosis desatada en Andaluc¨ªa por casos como el secuestro de la peque?a onubense Mari Luz se ceb¨® el lunes pasado con cinco inmigrantes rumanos que fueron agredidos presuntamente por una veintena de vecinos del pueblo cordob¨¦s de Guadalc¨¢zar. El grupo de vecinos persigui¨® y retuvo a los rumanos en una carretera a las afueras del municipio, seg¨²n la Guardia Civil, que investiga ahora las agresiones. Les acusaban de haber intentado secuestrar a un menor, algo que no ocurri¨®.
La alarma surgi¨® de los ojos de un cr¨ªo de 11 a?os de Guadalc¨¢zar. El chico estaba sentado en la puerta de su casa esperando a que llegara su familia para poder entrar. Un autom¨®vil rojo, en el que viajaban los cinco rumanos, se par¨® cerca de ¨¦l. Los inmigrantes quer¨ªan saber d¨®nde estaba un taller al que hab¨ªan acudido para comprar otro coche, seg¨²n la versi¨®n de la Guardia Civil. Pero el cr¨ªo se asust¨®. Sali¨® corriendo y avis¨® a un t¨ªo suyo.
"Se volvieron locos", resume Marin, que recibi¨® la mayor¨ªa de los golpes
Entonces, se organiz¨® r¨¢pidamente una batida y los inmigrantes fueron interceptados en la carretera A-305. "Dos coches se pusieron delante y otros dos detr¨¢s", recuerda Stancio Marin, uno de los cinco inmigrantes que viajaban en el veh¨ªculo.
"Nos pegaron", chapurrea en castellano Stancio, el chico de 20 a?os que se llev¨® la mayor¨ªa de los golpes. El parte m¨¦dico que guarda en un bolsillo del pantal¨®n se?ala que sufre varias "policontusiones" en la espalda y la cara. "No me puedo agachar para trabajar". Stancio suele recoger naranjas en el campo y ahora le cuesta hacerlo.
"Se volvieron locos", asegura cuando recuerda el momento en el que el grupo se le ech¨® encima. Stancio est¨¢ indignado y ayer por la tarde buscaba un abogado para que le ayude a denunciar y tramitar el caso de la agresi¨®n en los juzgados.
Seg¨²n el testimonio de las v¨ªctimas, los vecinos golpearon el coche y rompieron un espejo retrovisor del veh¨ªculo. Stancio se queja de que un polic¨ªa local que tambi¨¦n lleg¨® hasta el lugar no orden¨® a los vecinos que dejaran de pegarles.
Una patrulla de la Guardia Civil fue la que finalmente puso orden y se llev¨® a los inmigrantes al cuartel. Los agentes comprobaron, con la declaraci¨®n de varios testigos, el recorrido que hab¨ªan hecho los inmigrantes durante toda la tarde y concluyeron que contra ellos s¨®lo pesaba el testimonio del chico de 11 a?os, quien sosten¨ªa que le "miraron mal". Los inmigrantes se fueron libres a las tres horas ya que los agentes no apreciaron "la existencia de comportamiento delictivo", seg¨²n recoge el acta policial. S¨®lo se produjo una "gran alarma social en el pueblo", recoge el parte de la Guardia Civil de aquel lunes. La jaur¨ªa humana de Arthur Penn.
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