"Esto no ha acabado aqu¨ª"
En una cafeter¨ªa cercana al juzgado, la familia de Enaitz al completo y sus amigos se abrazan sin parar y recuerdan el frenes¨ª de los ¨²ltimos d¨ªas ante el impacto social y medi¨¢tico de su v¨ªa crucis. Todos sonr¨ªen al ver en la televisi¨®n a un reportero que se pas¨® la noche entera tocando al timbre del domicilio de Tom¨¢s Delgado Bartolom¨¦. Unos minutos despu¨¦s, los padres de Enaitz Iriondo responden a las preguntas de este peri¨®dico. Antonio no para de fumar. Su hija le rega?a.
Pregunta. ?Qu¨¦ sienten tras la retirada de la demanda?
Rosa. Sentimos satisfacci¨®n, aunque me hubiera gustado que se celebrara el juicio y que Delgado tuviese que hablar. Ten¨ªamos argumentos para demostrar que este individuo fue el culpable del accidente. Y esto no ha acabado aqu¨ª.
P. ?Hubieran preferido que Delgado declarase?
Antonio. S¨ª, porque el abogado ten¨ªa muchas preguntas que hacerle. Pero no s¨¦ si quer¨ªamos verle la cara.
P. ?Se esperaban que hubiese tanta gente acompa?¨¢ndolos?
R. En absoluto. No hay palabras para agradecerles. Han venido dos autobuses de nuestro pueblo. Muchos dejaron de trabajar hoy [por ayer] para venir.
P. ?Cu¨¢ndo retomar¨¢n su rutina habitual?
R. Esperemos poder hacerlo ya, necesitamos descansar. Llevamos as¨ª desde que EL PA?S public¨® la noticia el viernes. Desde ese d¨ªa a las ocho de la ma?ana, no hemos parado.
A. Adem¨¢s, yo tengo que volver al trabajo que tengo muchos encargos pendientes. El lunes a las ocho, toca currar [como maquinista en la construcci¨®n].
P. ?Se acostumbra uno a ser reconocido por la calle?
R. Claro que no. Es alucinante el bombardeo constante. A m¨ª no me gusta ser famosa, nosotros no somos los protagonistas de esta historia. Desgraciadamente, el protagonista es Enaitz. Vamos a luchar hasta el final por su nombre. Y ¨¦sta es la mejor manera de hacerlo.
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