Furia inducida

En el Ayuntamiento de Sevilla se ve¨ªa venir. Desde que el PP convirti¨® el terrorismo en uno de sus argumentos estrella contra el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, los aniversarios del asesinato a manos de ETA del concejal popular Alberto Jim¨¦nez Becerril y su esposa Ascensi¨®n Garc¨ªa han ido creciendo, a?o tras a?o, en vehemencia y furia. Cuando el mi¨¦rcoles se cumpli¨® el d¨¦cimo, un grupo, capitaneado por una mujer, llam¨® al alcalde, el socialista Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn, "traidor", "terrorista", "sinverg¨¹enza" y "asesino". Su esposa, Felisa Tom¨¢s, explot¨® y respondi¨® con la indignaci¨®n propia de quien tambi¨¦n padece en su vida cotidiana el acoso terrorista y encima le acusan de ser uno de ellos: "No sabe lo que es vivir as¨ª, es muy triste que mis hijos no puedan ni abrir el buz¨®n de mi casa, y as¨ª llevamos diez a?os".

El problema surge cuando el PP hace del terrorismo un arma electoral

Una mujer llam¨® al alcalde "asesino, sinverg¨¹enza y traidor"

El PSOE andaluz no se anduvo ayer con pa?os calientes y culp¨® directamente al PP de lo sucedido, por el "uso y abuso electoralista" que hace de un tema tan delicado como el terrorismo. El secretario de Organizaci¨®n del PSOE andaluz, Luis Pizarro, dijo que las palabras de condena de los incidentes que pronunci¨® ayer el presidente del PP, Javier Arenas, llegaban "tarde". "Mejor que lo hubiera hecho antes para evitar lo que pas¨®", sentenci¨®. Arenas lament¨® "profundamente" los hechos. En su opini¨®n, los homenajes a la pareja "tienen que interpretarse siempre como un elemento de suma, cohesi¨®n y unidad de todos los sevillanos, s¨ªmbolo de democracia y libertad", informa F. P¨¦rez Mongui¨®.

En el Ayuntamiento se asegura que la instrumentalizaci¨®n del atentado al matrimonio Jim¨¦nez Becerril es una vieja historia. Tras los asesinatos, la alcaldesa de entonces, la popular Soledad Becerril, cre¨® una fundaci¨®n, presidida por ella misma, con la participaci¨®n de los grupos pol¨ªticos, el Senado, el Parlamento y los colegios de Abogados y Procuradores, las profesiones de Alberto y Ascensi¨®n. La idea era de que fuera un foro para la convivencia y la paz. Al ser elegido, S¨¢nchez Monteseir¨ªn conserv¨® el mismo formato, en una expresi¨®n de respeto y comuni¨®n con los fallecidos. ?D¨®nde empiezan los problemas? Seg¨²n fuentes municipales, en el momento en el que terrorismo pasa a ser un arma partidaria. "Entonces se cuestiona su car¨¢cter institucional y se considera que debe ir pareci¨¦ndose a una plataforma con opini¨®n, a la manera de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT) de Francisco Alcaraz". El PP sostiene que el alcalde tiene que dejar la presidencia y acusa a Monteseir¨ªn de negar la palabra a una de las hermanas del concejal, Teresa Jim¨¦nez Becerril.

A partir de ah¨ª, el desasosiego crece cada a?o, pese a que otro de los hermanos del Alberto, Francisco, es nombrado vicepresidente. "Se han planteado problemas incluso para elegir a los periodistas que leen el comunicado en la calle Don Remondo [donde la pareja fue tiroteada], situaci¨®n que hemos vivido de una forma resignada, tratando de mantener la serenidad y la unidad", se?alan las mismas fuentes.

Al cumplirse diez a?os de la matanza, la campa?a machacona de cuatro a?os del PP y de algunos creadores de opini¨®n termin¨® por estallar. El mismo mi¨¦rcoles algunos peri¨®dicos hablaban de "ignominia" y de "traici¨®n" porque la esquela pagada por el Ayuntamiento omit¨ªa que el atentado hab¨ªa sido cometido por ETA. Se trataba en realidad de la misma esquela que en su d¨ªa insert¨® la corporaci¨®n de Soledad Becerril, reproducida escrupulosamente en cada conmemoraci¨®n por la de Monteseir¨ªn para no crear nuevas pol¨¦micas.

Testigos aseguran que en el camino desde la Catedral, donde el cardenal Carlos Amigo Vallejo ofici¨® una misa, hasta el sitio de la ofrenda floral, en la calle Don Remondo, dirigentes nacionales del PP "iban atizando el fuego". No llegaron al acto. Fue entonces cuando la mujer, colocada en un lugar de f¨¢cil captaci¨®n para los objetivos de las c¨¢maras, rompi¨® a proferir insultos, presa de la furia. Una furia inducida.