?Habr¨¢ un 'lehendakari' negro?
Nueve jugadores nacidos en el extranjero figuran en las plantillas de los equipos infantiles y juveniles del Athletic. El dato ha sorprendido dado el criterio de ese club de contar ¨²nicamente con jugadores vascos. Sin embargo, ese criterio ya ven¨ªa aplic¨¢ndose con cierta flexibilidad. En realidad, la adaptaci¨®n a la realidad comenz¨® cuando, en la segunda d¨¦cada del siglo XX, se abrieron las puertas del equipo, hasta entonces reservadas para los sportman de la burgues¨ªa bilba¨ªna, a los jugadores de alpargata de los barrios y pueblos fabriles de la r¨ªa.
Fue durante el franquismo, cuando los presidentes ten¨ªan que contar con el visto bueno del r¨¦gimen, cuando el ius solis se aplic¨® con m¨¢xima rigidez, lo que impidi¨® fichar a jugadores como G¨¢rate (nacido en el exilio vasco de Argentina) o a Miguel Jones, guineano criado en Bilbao.
El primer jugador negro que pas¨® por Lezama fue Blanchard Mooussayou, nacido en Angola, que jug¨® en la temporada 2001-02. Ahora hay varios africanos e hijos de africanos. No ser¨ªa extra?o que pronto jugasen algunos de ellos en el primer equipo, como ocurre ya en toda Europa. A fines de 2006, los m¨¢ximos goleadores de cinco de las siete principales ligas europeas eran africanos.
La crisis del f¨²tbol vasco tiene causas demogr¨¢ficas. Los jugadores que ganaron los ¨²ltimos t¨ªtulos, en los ochenta, pertenec¨ªan a una generaci¨®n en la que nac¨ªan unos 20.000 vizca¨ªnos al a?o; desde mediados de los noventa nacen apenas 8.000.
Ello explica que el Pa¨ªs Vasco sea actualmente el territorio de la UE con un m¨¢s bajo porcentaje de menores de 14 a?os; y que desde comienzos de la d¨¦cada el n¨²mero de extranjeros censados en Euskadi se haya multiplicado por seis (hasta suponer el 5% de la poblaci¨®n). Su integraci¨®n plantea problemas de lengua que no se daban en las anteriores oleadas migratorias.
Sin embargo, ?qu¨¦ mejor v¨ªa de integraci¨®n que jugar en el Athletic? Si ocurre, y con el antecedente que dej¨® sentado Arzalluz ("prefiero un negro que hable euskera a un vasco que lo ignore") tal vez no est¨¦ lejos el d¨ªa en que, como anticip¨® Bajo Ulloa en Airbag, veamos un lehendakari negro en Ajuria Enea.
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