Una soluci¨®n compartida
El sistema de mediaci¨®n penal funciona ya en diez juzgados de los tres territorios como una f¨®rmula que compensa a la v¨ªctima y al infractor
Despu¨¦s de dos d¨¦cadas de funcionamiento en pa¨ªses europeos como Francia, la mediaci¨®n penal empieza a dar sus primeros frutos en Euskadi. "Es una forma diferente de entender la soluci¨®n de los conflictos", un sistema con el que la v¨ªctima y el infractor se sientan a la misma mesa, hablan del delito cometido y tratan de alcanzar un acuerdo, resume la psic¨®loga Ainhoa Lasheras, coordinadora del servicio de mediaci¨®n de Guip¨²zcoa, Bitarteko.
?C¨®mo funciona la mediaci¨®n? ?Es posible practicarla en todos los casos? Para empezar, tiene que haber "una v¨ªctima y un victimario", apunta Lasheras. Y se explica. Hay asuntos, como pueden ser algunos tipos de delitos contra la salud p¨²blica, en los que no existe una v¨ªctima f¨ªsica, sino que ¨¦sta es el Estado. Si se logra contactar con las dos partes, ambas deben mostrar su conformidad con la mediaci¨®n y entre ellas debe haber un grado m¨ªnimo de "igualdad". Es decir, la mediaci¨®n no sirve, por ejemplo, para una violaci¨®n o un caso de violencia conyugal en el que el hombre le ha dado "una paliza brutal a su pareja y la mujer tiene miedo".
"El sistema judicial no ha tenido muy en cuenta a la v¨ªctima"
El infractor tiene la oportunidad de entender el da?o que ha causado
Con estos pilares b¨¢sicos, son la fiscal¨ªa y el juzgado correspondiente los que plantean los casos susceptibles de acogerse a la mediaci¨®n y los derivan al equipo en concreto, formado por un grupo de abogados y psic¨®logos.
Este equipo eval¨²a el asunto y contacta tanto con los letrados de las partes como con la v¨ªctima y el infractor. Si estos ¨²ltimos est¨¢n de acuerdo con el sistema, los mediadores les entrevistan de forma individual y luego les re¨²nen con el objetivo de que lleguen a un acuerdo.
Al arrancar el sistema de mediaci¨®n, el procedimiento penal ordinario queda paralizado hasta ver si el primero sale bien o no. Si prospera, el equipo mediador remite un informe a los juzgados. Con esta informaci¨®n, y teniendo en cuenta el pacto, se celebra el juicio y se dicta sentencia.
?Cu¨¢les son las ventajas de la mediaci¨®n? "Todas", dice Lasheras. Su equipo organiz¨® ayer en San Sebasti¨¢n unas jornadas para impulsar este sistema gratuito, que arranc¨® oficialmente el pasado a?o en los tres territorios y funciona ya en un total de diez juzgados.
Bitarteko, de la que forman parte cuatro asociaciones que trabajan con afectados por las drogas y con presos o personas que han estado en la c¨¢rcel, lleva el servicio en Guip¨²zcoa, subvencionado por la Diputaci¨®n. El Gobierno aut¨®nomo se encarga del servicio tanto en Vizcaya como en ?lava.
En la mediaci¨®n se da mucha importancia a la v¨ªctima. "El sistema judicial no la ha tenido muy en cuenta. Se la escuchaba poco, lo justo, y dentro de un proceso muy fr¨ªo". Con la mediaci¨®n, la persona afectada "se siente escuchada", part¨ªcipe del proceso y de la soluci¨®n y puede ser reparada por quien le da?¨®. El infractor tiene la oportunidad de "reconocer los hechos delictivos ante su v¨ªctima, escucharla, entender el da?o que le ha causado y pedirle perd¨®n", lo que se traduce en una reducci¨®n de pena. La mediaci¨®n evita "muchas reincidencias" y "reinserta m¨¢s que la c¨¢rcel", dice Lasheras.
Un ejemplo de este sistema se plasm¨® hace unos d¨ªas en una primera sentencia en Guip¨²zcoa. Una mujer que intent¨® sustraer diez euros tras romper el cristal de una tienda en Zarautz, admiti¨® los hechos y pidi¨® perd¨®n a su v¨ªctima. Se beneficiar¨¢ de una leve condena de seis meses de prisi¨®n, que no cumplir¨¢ al ser inferior a dos a?os y no tener antecedentes. El due?o del comercio se sinti¨® compensado con el arrepentimiento de la infractora y renunci¨® a recibir una compensaci¨®n econ¨®mica.
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