La mitra catalana
Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Ruiz, can¨®nigo lectoral de la catedral de M¨¢laga y uno de los te¨®logos espa?oles m¨¢s influyentes en el Vaticano II, sol¨ªa decir en s¨ªmil de objeto de culto que la mitra episcopal ha sido hist¨®ricamente el apagavelas de la inteligencia. Pues bien, esa funci¨®n parece que sigue vigente. En los dos ¨²ltimos d¨ªas y en diversas intervenciones ante los medios de comunicaci¨®n, algunos prelados han reiterado que nadie ha entendido la Nota ante las elecciones generales de la Comisi¨®n Permanente de la Conferencia Episcopal.
No deja de sorprender que una nota pensada para jud¨ªos y gentiles no haya sido comprendida por nadie: ni por gran n¨²mero de creyentes, ni por buena parte de quienes ejercen el ministerio sacerdotal, ni por socialistas, ni por nacionalistas vascos o catalanes ni, por supuesto, por los que est¨¢n en la izquierda del m¨¢s all¨¢. Nadie ha sido capaz de captar esa gran sutileza que consiste en no explicitar las siglas que se deben votar, detallando a aquellos por los que no debe hacerse. Incluso el l¨ªder democristiano Josep Antoni Duran Lleida, que hace una semana participaba en la misa por la familia tradicional junto al catolicismo rancio, ha roto su exquisito y equidistante silencio para decirles a los obispos que est¨¢n "a favor de un determinado partido pol¨ªtico".
El ej¨¦rcito derrotado de Montini ya est¨¢ en fase de cautivo y desarmado
?Y en Catalu?a? En esta sufrida naci¨®n el apriorismo del hecho diferencial pesa tanto que, aun diciendo lo mismo que sus colegas del resto de Espa?a, algunos exegetas de tribunas medi¨¢ticas opinan que los prelados catalanes dicen otra cosa. Hubo una ¨¦poca en que pudo ser as¨ª. Pero eso forma parte de la leyenda y ahora mismo no hay datos objetivos que lo avalen. Hubo un cardenal, Francesc Vidal i Barraquer, que no suscribi¨® la carta conjunta que elevaba a la categor¨ªa de Cruzada la sublevaci¨®n militar de Franco. Muri¨® en el exilio.
Durante la transici¨®n y bajo la sombra protectora del cardenal Taranc¨®n, florecieron nombres de resonancias montinianas en Catalu?a. El aggiornamento conciliar hizo aflorar una Iglesia de gran vitalidad a la que ahora la jerarqu¨ªa parece querer sepultar bajo la losa de la disciplina. Y el episcopado catal¨¢n tambi¨¦n est¨¢ inmerso en ese rancio y reaccionario vendaval nacionalcat¨®lico que vac¨ªa de fieles los templos. Cierto es que hay quien lo fomenta por aquello de preservar inveteradas tradiciones. Algunos pol¨ªticos catalanes, reputados agn¨®sticos o ateos, corren sin rubor a hacerse la fotograf¨ªa con prelados y abades en v¨ªsperas de comicios por un pu?ado de denarios electorales. Y, al tiempo, refuerzan ese imaginario constantiniano de la alianza del trono y el altar tan grato a algunos nost¨¢lgicos.
Es bueno recordar que la jerarqu¨ªa catalana ha criticado a la Cope, que es propiedad de una Conferencia Episcopal de la que aqu¨¦llos forman parte. Llevan m¨¢s de 10 a?os quej¨¢ndose de la emisora. Pero no pasa nada, sigue su singladura. Magro balance.
Y es que la realidad, aunque estropee un buen titular, es terca. Quiz¨¢ sea el hecho de pertenecer a una sociedad de mutuos auxilios o por solidaridad corporativa, pero desde primeras horas de la ma?ana del viernes un prominente mitrado como Joan Enric Vives, obispo de Urgell, advert¨ªa desde Catalunya R¨¤dio, con la terquedad propia del conductor que circula contra direcci¨®n por la autopista, que son todos los dem¨¢s los equivocados. Es decir, el episcopado espa?ol hizo una nota que nadie ha sido capaz de decodificar correcta y ortodoxamente. Sin duda, la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos que viven en Catalu?a (los medios mucho peor) son cautivos del desorden moral laicista y la semilla del pecado corroe y licua los cerebros.
Con todo, hab¨ªa expectaci¨®n por ver la especificidad del comunicado de los prelados catalanes. Y la verdad es que no aport¨® nada nuevo a lo avanzado por Vives. Consisti¨®, 24 horas despu¨¦s, en subrayar que la nota de la permanente del episcopado espa?ol no "limita la libertad de opci¨®n pol¨ªtica", sino que da unos principios que ayudan al "discernimiento moral" para que los ciudadanos puedan votar en conciencia. Y luego, en el triste anonimato del off the record, alg¨²n que otro obispo se permiti¨® considerar "inoportuna" la nota de sus colegas espa?oles. He ah¨ª la gran especificidad. El valiente testimonio consiste en preservar la mitra tras el off the record para decir que "no somos lo mismo" que los obispos del resto de Espa?a. Sin duda, un triste balance que da sentido a ese famoso enunciado del Jordi Pujol creyente: "Formo parte del ej¨¦rcito derrotado de Montini [Pablo VI]". Ahora mismo, adem¨¢s de derrotado, ya est¨¢ en la fase de cautivo y desarmado.
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