Atrapados en el atasco
Los principales accesos de la ciudad de Valencia registran a diario problemas a las horas punta
El navegador indica 17 kil¨®metros y estima 17 minutos para cubrir el trayecto Valencia-Pu?ol por la V-21, la salida de la capital hacia el norte, que sufre, como la mayor¨ªa de los accesos por carretera a la ciudad, constantes atascos, tanto de salida como de entrada. A las horas punta, las primeras de la ma?ana y las ¨²ltimas de la tarde, miles de ciudadanos se ven atrapados cada d¨ªa en los atascos que se registran en estos puntos, las principales v¨ªas de acceso a la capital: desde el norte (V-21), el oeste (CV-35, acceso de Adem¨²s, y A-3, autov¨ªa de Madrid) y el sur (Pista de Silla, A-7). EL PA?S ha hecho esta semana lo que cada d¨ªa hacen miles de ciudadanos, entrar o salir de la ciudad a esas horas conflictivas.
"La Pista de Silla no sirve para ir a Valencia, exclama Rosa, de Catarroja. "
Olmos: "No hay un Plan de Transportes sino un Plan de Infraestructuras".
Ya he renunciado a regresar a comer a casa, porque no me da tiempo".
Los nuevos ejes viarios alimentan el tr¨¢fico y agravan el problema, a?ade.
"Si salgo a las 5.30 o las 6.00, sin problemas", dice Pablo Dey¨¤.
Es martes, y la previsi¨®n del navegador se cumple sin mayores dificultades despu¨¦s de salir de la avenida de Catalu?a de Valencia a las 7.15: el cartel que indica la salida de Pu?ol aparece a la luz de los faros -el horizonte apenas empieza a clarear- cuando el reloj marca las 7.32. De vuelta hacia la capital, la entrada a esa hora tambi¨¦n es fluida. La cosa cambia una hora m¨¢s tarde. Al salir de la avenida de Catalu?a, la programaci¨®n local de la SER ya advierte de que hay retenciones: dos kil¨®metros en direcci¨®n a Barcelona, dice la emisora. En realidad son m¨¢s. Porque, tras superar el habitual l¨ªo en la rotonda en obras de la avenida Dels Tarongers, el tr¨¢fico ya es muy denso. La cosa se confirma cuando, nada m¨¢s superar la salida de Port Saplaya-Alboraia -kil¨®metro 5 de la V-21-, se encuentra uno con la retenci¨®n. Llegar hasta la salida de La Pobla de Farnals y Massalfassar -cuyo pol¨ªgono industrial es una de las causas de los problemas-, a 10 kil¨®metros de la capital, un recorrido que seg¨²n el navegador no deber¨ªa requerir deber¨ªa m¨¢s de nueve minutos, costar¨¢ a esa hora m¨¢s del doble. Sorprendentemente, en el sentido contrario, hacia Valencia, a esa hora el tr¨¢fico sigue fluido.
Debe ser algo excepcional, a tenor de lo que cuenta Salvador Dom¨¦nech, un t¨¦cnico de prevenci¨®n de riesgos laborales que vive en Pu?ol y trabaja en una empresa radicada en el barrio de Campanar de la capital. Ya no sabe a qu¨¦ hora entrar por las ma?anas, aunque afirma que lo peor se lo encuentra cuando lo hace en torno a las ocho de la ma?ana. Entre las 8.30 y las 9.00 la retenci¨®n, cuenta, suele aparecer ya en el pol¨ªgono de Massalfassar. "Y no hay posibilidad de huir de ella", dice, porque la alternativa, la antigua carretera de Barcelona, es a¨²n peor.
A mediod¨ªa, si puede escaparse a comer a su casa en Pu?ol, la cosa no es m¨¢s f¨¢cil. "Te encuentras retenciones que llegan hasta Alboraia", dice, de manera que emplea m¨¢s de media hora en realizar el trayecto, 17 minutos seg¨²n el navegador. Dom¨¦nech explica que las obras para suprimir el antiguo escal¨¦xtric a la entrada de Valencia constituyen el principal problema y muestra su esperanza de que la cosa mejore cuando terminen.
Por las tardes, en la V-21 tambi¨¦n se encuentra uno con importantes retenciones. Y si se trata de un d¨ªa de f¨²tbol o se ha registrado alg¨²n accidente, llegar hasta la ciudad puede resultar desesperante.
Las cosas son muy parecidas en los dem¨¢s accesos a la ciudad. Y eso que la construcci¨®n de nuevos ejes transversales -bulevar sur, ronda norte, etc¨¦tera- alivian en parte los tramos finales de algunas de estas entradas. Pero es que, como dicen los expertos, los nuevos viarios atraen m¨¢s coches, generan m¨¢s tr¨¢fico de paso y, al final, los atascos son mayores que antes. Engordar para morir.
Las cifras son esclarecedoras: m¨¢s de 700.000 veh¨ªculos transitan cada d¨ªa por el conjunto de los accesos a Valencia. Y cualquier accidente, aunque se trate de un nimio alcance, desencadena atascos kilom¨¦tricos. Seg¨²n los aforos que ofrece el Ministerio de Fomento, el acceso m¨¢s castigado es el de la V-31 (Pista de Silla) con 122.000 veh¨ªculos diarios. Le siguen la V-30, con 120.000, la A-3, con 110.000 y la V-21, con 74.000 veh¨ªculos diarios. M¨¢s lejos de la ciudad, pero en una zona que influye en el resto del ¨¢rea metropolitana, la autov¨ªa de circunvalaci¨®n de Valencia registra, en la confluencia de la A-7 con la A-3, 80.000 veh¨ªculos diarios en sentido hacia Barcelona y 50.000 en direcci¨®n sur.
Y hacia el sur se dirige todos los d¨ªas Pablo Dey¨¤, un joven empresario del ramo de la naranja que trabaja en Alzira. En esta ¨¦poca, muchos d¨ªas sale muy pronto de casa, incluso antes de las seis de la ma?ana. "Si salgo a las 5.30 o las 6.00, sin problemas", dice. Las dificultades surgen cuando parte entre las 7.30 y las 8.00. "Es la hora m¨¢s conflictiva", se?ala, e indica que ¨¦l prefiere evitar la zona de la Pantera Rosa y abandonar la ciudad por la autov¨ªa de El Saler, para tomar despu¨¦s la V-30 e incorporarse desde all¨ª a la Pista de Silla (V-31). A esas horas, desde all¨ª y hasta llegar pr¨¢cticamente a Silla, "hay l¨ªo", asegura. "Y no veas si ha habido alg¨²n accidente".
Por las tardes, los d¨ªas que ha salido pronto de Valencia, tambi¨¦n regresa pronto -sale de Alzira entre las 17.30 y las 18.00 horas- y no encuentra problemas. Estos aparecen cuando acaba de trabajar m¨¢s tarde. Entonces, los 42 kil¨®metros que le separan de su casa, que en condiciones normales no le cuestan m¨¢s de 35 minutos, "son para morirse". Ha llegado a tardar hasta una hora y media. Y eso si no hay f¨²tbol, y siempre que no haya habido ning¨²n accidente.
Dey¨¤ cuenta que muchos de esos d¨ªas en que podr¨ªa salir en torno a las siete de la tarde, decide quedarse una hora m¨¢s en el despacho y adelantar faena. "Y llego a casa pr¨¢cticamente a la misma hora que si hubiera salido de Alzira una hora antes".
A Rosa Serrano, una administrativa de Catarroja que trabaja en Valencia, pero tiene que desplazarse por varios puntos de la ciudad, no le va mejor. Ya casi ha desistido de meterse en la V-31 para ir a Valencia. "A las 8.30 el colapso es total. La cola llega m¨¢s all¨¢ de Albal", refiere. Su pueblo dista apenas ocho kil¨®metros de la ciudad, y los 20 minutos que tardar¨ªa en recorrer este trayecto en condiciones de tr¨¢fico fluido, se convierten en "una hora larga". "?La Pista de Silla no sirve para ir a Valencia!", exclama. "Y si llueve o hay un accidente, tengo que llamar al trabajo. No llego en menos de hora y media", se lamenta.
A menudo, Rosa busca un trayecto alternativo en la CV-400, un corredor interior por el que el tr¨¢fico fluye mejor, pero el problema se lo encuentra en la rotonda de Benet¨²sser. En esa hora punta de la ma?ana se requieren no menos de 20 minutos para rebasarla.
Regresar a Catarroja no resulta menos epop¨¦yico. Las obras del metro en las inmediaciones de la Estaci¨®n del Norte han anulado la salida hacia al sur por la calle de Alicante, con lo que para el regreso tiene que dar un pantanoso rodeo por la calle de Jes¨²s, en cuya esquina con Guillem de Castro el Ayuntamiento tiene un destacamento fijo de media docena de polic¨ªas para evitar el estrangulamiento y las habituales fricciones entre peatones y conductores. "Volver a casa es una hora. Ya he renunciado a regresar a comer a casa, porque no me da tiempo. Conozco a mucha gente que le pasa como a m¨ª", explica.
Adem¨¢s, entre las siete y las ocho de la tarde, cuando terminan las jornadas laborales en los pol¨ªgonos industriales de L'Horta Sud y los clientes acuden a los comercios y grandes superficies, la V-31 es "una ratonera" en cualquiera de los dos sentidos. "Lo que me sorprende es que, a pesar del colapso que se organiza, nunca hay polic¨ªa", critica.
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