Manuel Lamela, de gestor en la sombra a estrella pol¨ªtica

El actual consejero de Transportes de Madrid, Manuel Lamela (PP), se convirti¨® en marzo de 2005 en una estrella de la pol¨ªtica nacional. Con el llamado caso Legan¨¦s le llegaron los focos y la notoriedad en todo el pa¨ªs, pero para entonces el que era el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid ya llevaba una amplia y soterrada carrera a sus espaldas.

Nacido en Burgos en 1962, ingres¨® en el PP -entonces, Alianza Popular- a los 18 a?os. A los 26 sac¨® las oposiciones de abogado del Estado. En 1992, con 30 a?os, ya trabajaba en el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda. Ah¨ª se encontr¨® con quien ser¨ªa su principal valedor y amigo en el partido, Rodrigo Rato, de quien fue jefe de Gabinete en 2003. Y ah¨ª empez¨® a hacer m¨¦ritos con su eficacia y dureza. Poco a poco se labr¨® fama de experto en "resolver crisis", aunque siempre en la sombra.La primera actuaci¨®n importante de Manuel Lamela en la gesti¨®n de una crisis fue la elaboraci¨®n -algunos dicen que fue el principal autor- del informe en el que el primer Gobierno de Aznar se bas¨® para acusar a sus antecesores socialistas de aprobar una amnist¨ªa fiscal "para sus amigos" de m¨¢s de 1.200 millones de euros. El informe arm¨® revuelo, pero la denuncia -como en el caso Legan¨¦s, ahora rebautizado como caso Lamela- no pudo probarse.

En 1997, Lamela dej¨® Econom¨ªa para ser subsecretario de Agricultura, primero con Loyola de Palacio y m¨¢s tarde con Miguel Arias Ca?ete. Siempre en segundo plano, se forj¨® una imagen de duro y h¨¢bil. ?l mismo presum¨ªa en 2005 de haber superado durante ese periodo "al menos seis crisis" de la envergadura de la creada por las acusaciones de sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa. Entre ellas figuran algunas tan sonadas como el inicio de las vacas locas en Espa?a, las subvenciones fraudulentas del lino (en las que se vio implicado Ca?ete) o la aparici¨®n de un cancer¨ªgeno, el benzopireno, en el aceite de orujo exportado a la Rep¨²blica Checa, con sus consecuencias: suspensi¨®n del comercio y miles de agricultores indignados.

En 2003 fue nombrado consejero de Sanidad por Esperanza Aguirre. Lamela dejaba de estar en segundo plano y pasaba a ser, por primera vez, n¨²mero uno. Adem¨¢s, cambiaba de padrino. De Rato, pas¨® a convertirse en una de las primeras espadas del Gobierno regional de Aguirre y, por extensi¨®n, en baluarte de la oposici¨®n del PP a la pol¨ªtica sanitaria del Gobierno socialista de Rodr¨ªguez Zapatero. Con la presidenta conect¨® bien. Como su jefa, Lamela se considera adscrito al sector "m¨¢s liberal" del PP. Por ejemplo, fue uno de los invitados -y asistentes- al ¨²nico matrimonio gay celebrado por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n.

Su primer objetivo como consejero fue cumplir la promesa de la presidenta regional de reducir la lista de espera a un mes. No lo logr¨®, pero ide¨® un sistema de c¨®mputo del tiempo que aguardan los madrile?os para ser operados que permite maquillar las cifras, aun a costa de que la Comunidad de Madrid fuera expulsada del sistema de c¨®mputo nacional.

Tambi¨¦n se las apa?¨® para que Aguirre cumpliera otra de sus promesas: construir ocho hospitales. Para ello puso en marcha un sistema novedoso de gesti¨®n privada (una empresa constru¨ªa el hospital y el Gobierno regional se compromet¨ªa a arrendarlo), aunque no llegaron a tiempo para que los centros funcionaran antes de las siguientes auton¨®micas, en 2007.

Seguro y en¨¦rgico, Lamela no se arredra por las contradicciones. Cuando los informes sobre el hospital de Legan¨¦s le quitaban la raz¨®n, nombr¨® una comisi¨®n a dedo para que le fabricara otros informes a su medida. En abril de 2005 hab¨ªa dicho que "las sedaciones excesivas, las indebidas y las no practicadas, que tambi¨¦n hubo, est¨¢n escritas en las actas". "Yo no me gu¨ªo para tomar decisiones por lo que dice la opini¨®n p¨²blica", afirm¨® entonces ante el aluvi¨®n de cr¨ªticas. Y no iba a permitir no tener raz¨®n.

Por eso, cuando el Colegio de M¨¦dicos preparaba otro contrainforme, decidi¨® trasladar el tema a la fiscal¨ªa. Con ello se aseguraba que el asunto se prolongara lo suficiente para que no llegara una sentencia hasta pasadas las siguientes elecciones, por si acaso.

Mientras el caso Lamela segu¨ªa su curso procesal, el consejero no estuvo quieto. Rompi¨® el acuerdo sobre el calendario de vacunaci¨®n infantil al que hab¨ªan llegado todas las comunidades. Tambi¨¦n lider¨® la oposici¨®n a la ley antitabaco que hab¨ªa aprobado el Gobierno, elaborando un decreto que reduc¨ªa el efecto de las medidas de protecci¨®n de los no fumadores.

Tras las elecciones de mayo de 2007, Aguirre le nombr¨® consejero de Transportes. Con ello se le apartaba de las consecuencias del previsible desenlace adverso de la judicializaci¨®n del caso Legan¨¦s. Adem¨¢s, se le compensaba d¨¢ndole una cartera lucida (las infraestructuras son uno de los fuertes del Gobierno regional), a la vez que se le permit¨ªa enfrentarse a otra de las crisis que tanto le gusta resolver. En este caso, el funcionamiento del metro.

"Hay muchas personas que tienen muchas ganas de que me marche, pero me temo que van a tener que aguantarme un poquito m¨¢s", asegur¨® en la ¨²nica entrevista que ha concedido a EL PA?S desde que estall¨® el caso Legan¨¦s. El pasado s¨¢bado insisti¨® en esta posici¨®n: "No nos hemos equivocado".