Gana Serbia
Kosovo va a poner inmediatamente a prueba el triunfo electoral del presidente Tadic
La victoria del presidente reformista Bor¨ªs Tadic sobre su rival ultranacionalista Tomislav Nikolic es un acicate para quienes en Serbia pretenden romper de una vez con un pasado de tinieblas. Pero, como muestran los ajustados resultados, con una gran participaci¨®n, es un asalto inconcluso. En 2004, los mismos contendientes disputaron la anterior elecci¨®n presidencial; Tadic sac¨® entonces nueve puntos a Nikolic y las democracias occidentales dieron por liquidada la era Milosevic. Los datos del domingo sugieren que nada es blanco o negro en el depauperado pa¨ªs balc¨¢nico.
La alentadora reelecci¨®n de Tadic, celebrada por la Uni¨®n Europea, se va a ver muy pronto sometida a la prueba de Kosovo. La declaraci¨®n de independencia de la todav¨ªa provincia serbia de abrumadora mayor¨ªa albanesa se producir¨¢ a m¨¢s tardar el mes pr¨®ximo, con apoyo de EE UU y la gran mayor¨ªa de los Gobiernos de la UE. El presidente Tadic se opone a ella, pero la considera inevitable y ha contado a los serbios que, suceda lo que suceda, el pa¨ªs no tiene otro horizonte que Europa. Su partido, sin embargo, gobierna en fr¨¢gil coalici¨®n con el m¨¢s peque?o del primer ministro Vojislav Kostunica, un equ¨ªvoco nacionalista. Y ¨¦ste, que ha negado su apoyo el domingo al reelegido presidente, propugna renunciar a la futura incorporaci¨®n de Serbia si la UE santifica la secesi¨®n de Kosovo. Es Kostunica, como jefe del Gobierno, el que debe o no firmar en los pr¨®ximos d¨ªas el acuerdo provisional de cooperaci¨®n con que Bruselas va a premiar la decisi¨®n de Belgrado en las urnas. En la abierta divergencia entre ambos est¨¢ el germen de unas posibles elecciones anticipadas.
Los comicios serbios se han visto desde fuera como una dr¨¢stica elecci¨®n entre Oriente y Occidente. Dentro, sin embargo, hay lecturas m¨¢s matizadas. Los resultados del domingo muestran hasta qu¨¦ punto el ultranacionalista Partido Radical, con la vista puesta en Mosc¨² y no en Bruselas, ha hecho caja con la desesperanza de tantos desde que el sangriento sue?o panserbio de Milosevic acabase en las cenizas de Yugoslavia. En la aislada Serbia de hoy, donde los salarios rondan los 500 euros, un mill¨®n de personas carece de empleo. Y poco m¨¢s del 10% dispone de un pasaporte para so?ar con fronteras abiertas hacia la prosperidad.
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