Bello e inteligente
Nacho Duato deslumbra en su regreso como bailar¨ªn a los escenarios con Alas, que hasta ma?ana domingo se puede disfrutar en el Mercat de les Flors. Se trata de un trabajo intenso, inquietante y perturbador en la l¨ªnea de Herrumbre (2004) y Hevel (2007), piezas que tienen su embri¨®n en White Darkness, de 2001, en la que Duato profundizaba en las heridas del alma para mostrar un baile contundente y brutal, que se desarrolla entre tinieblas, y que s¨®lo se permite coquetear con el lirismo en contadas ocasiones.
Al Igual que Nureyev, Barishnikov y Bocca, Duato se retir¨® de los escenarios como bailar¨ªn al poco de cumplir los 40 a?os, pero al igual que ellos ha sentido la irresistible tentaci¨®n de volver a bailar. Y Nacho, inteligentemente, ha vuelto para esta ocasi¨®n por la puerta grande, ya que demuestra a sus 51 a?os reci¨¦n cumplidos, una puesta en forma envidiable, adem¨¢s de estar m¨¢s delgado, ¨¢gil y guapo que nunca. Sin duda, tras todo ello hay una fuerte disciplina. Para este regreso el artista ha elegido un papel a su medida: un ¨¢ngel. M¨¢s cercano a Lucifer que al arc¨¢ngel Miguel.
'ALAS'
Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND). Direcci¨®n y coreograf¨ªa de Nacho Duato. Direcci¨®n teatral de Tomaz Pandur. Mercat de les Flors. Barcelona. 7 de febrero.
La fuente de inspiraci¨®n de Alas ha sido el filme de Wim Wenders El cielo sobre Berl¨ªn. El papel del bailar¨ªn y core¨®grafo valenciano es el de Damiel, el ¨¢ngel interpretado en el filme por Bruno Ganz que decide renunciar a la inmortalidad. En Alas Duato recita los textos m¨¢s aleg¨®ricos de la pel¨ªcula de Wenders, y lo m¨¢s sorprende es que a pesar de bailar en toda la obra, la voz del bailar¨ªn no se distorsiona por el cansancio.
Duato se muestra como un ser vulnerable y bello que flota entre el cielo y la tierra. Sus brazos de ¨¢ngel hipnotizan al espectador. La escenograf¨ªa est¨¢ formada por un t¨®tem de cristal empa?ado, un s¨ªmbolo de esa escalera que separa a los mortales del cielo. El principio del espect¨¢culo es muy sugerente: cuatro parejas con m¨²sica de Arvo P?rt introducen al espectador en una atm¨®sfera sobrenatural. El baile es de una gran sobriedad, el gesto desnudo de superficialidad provoca un expresivo baile.
El p¨²blico, adivinando que Nacho se desliza por ese largo t¨®tem, se mostr¨® expectante. La aparici¨®n del bailar¨ªn en escena fue espectacular, vestido de negro y con una americana en la que aparecen arrancadas las alas de ¨¢ngel, se exhibi¨® en todo momento como un magn¨ªfico bailar¨ªn y un convincente actor. Las f¨¦rtiles frases coreogr¨¢ficas que bailan los miembros de la Compa?¨ªa Nacional de Danza son ricas en matices, configurando sus cuerpos en formas que hacen volar la imaginaci¨®n del espectador del clasicismo a la modernidad. El trabajo coral es en¨¦rgico y visceral, especialmente en el fragmento de la banda de punkis, su baile agresivo es embriagador, baile que enfatiza la m¨²sica de Sergio Caballero y Pedro Alcalde. Junto con ese baile violento hay que subrayar el sublime fragmento en que Duato baila un paso a dos con m¨²sica de Jules Massenet junto a la bailarina Ana Mar¨ªa L¨®pez.
Al final ¨¢ngeles y mortales chapotean en un lago con agua real para despu¨¦s seguir su camino.
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