Tormenta
Entre los nuevos oficios m¨¢s curiosos figura el de cazador de tormentas. Este extra?o gremio se ha incrementado mucho con el cambio clim¨¢tico. El tomar im¨¢genes desde el centro del hurac¨¢n, grabar truenos apocal¨ªpticos o recoger piedras de granizo del tama?o de bolas de ca?¨®n tiene algo de corresponsal b¨¦lico en la atm¨®sfera, que es uno de los campos de batalla m¨¢s espectaculares en la guerra que se libra entre la depredaci¨®n y la naturaleza. M¨¢s secreto es el oficio de cazador de meteoritos. Y m¨¢s rentable. Una esquirla de meteorito se cotiza como diamante. El buen cazador de meteoritos tiene que permanecer siempre en acecho planetario, y acudir a una prader¨ªa de Oklahoma o a un olivar manchego antes que las autoridades, los militares y los cient¨ªficos. ?A qui¨¦n pertenecen los codiciados trofeos espaciales? En este far west global, llegar¨¢ un momento en que surgir¨¢n los cazarrecompensas, cazadores a su vez del cazador de meteoritos. Siempre tuve la vana esperanza de que alg¨²n d¨ªa se cumplir¨ªa sobre m¨ª el mantra po¨¦tico de Vicente Aleixandre: "?El primer verso te caer¨¢ del cielo!". Ahora espero que me caiga un meteorito. Por otra parte, no siento brontofobia. Servir¨ªa para cazador de tormentas. El caso es que aumenten las oportunidades profesionales. El Papa nos ha devuelto al fin la topograf¨ªa tradicional, donde figura el infierno como un lugar f¨ªsico. Podr¨¢n volver a ejercer los registradores de bocas del infierno. Localizaron cientos en el medievo, todas con garant¨ªa eclesi¨¢stica. Por cierto, m¨¢s antiguo que el cazador de tormentas es el provocador de tormentas. El primero de ellos fue Epimeteo, el hermano carca de Prometeo, que abri¨® la caja de Pandora. El ¨²ltimo del que tenemos noticia, por ahora, es Arias Ca?ete. Hay cientos de fobias con tratamiento m¨¦dico, incluso la triskaidekafobia, que es el miedo irracional al n¨²mero 13. Pues va Ca?ete y escoge la xenofobia. Un loco de las tormentas.
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