V¨¢ndalos con casco azul
Soldados de la ONU destinados al S¨¢hara destrozaron con sus 'graffitis' pinturas rupestres de hace 4.000 a?os. El hallazgo y denuncia parti¨® de un arque¨®logo catal¨¢n
Por fin la barbarie ha quedado en evidencia". Joaquim Soler, de 30 a?os, investigador de la Universidad de Girona, muestra su satisfacci¨®n. Tras meses de silencio, la denuncia que formul¨® junto con su colega Nick Brooks, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), ha surtido efecto.
Soler, arque¨®logo, descubri¨® espantado como Mahmud, un oficial egipcio, o Issa, un keniano, hab¨ªan grabado sus nombres con arma blanca sobre unas pinturas rupestres de jirafas y rinocerontes en Rekeiz Lemgasm (S¨¢hara Occidental). Y eso que Issa se hab¨ªa graduado en ?tica del Mantenimiento de la Paz en una academia militar.
Poco despu¨¦s, Brooks qued¨® tambi¨¦n aterrado al leer "Petar CroArmy", el nombre de un oficicial croata, esculpido sobre unos dibujos de 4.000 a?os de antig¨¹edad en la Cueva del Diablo, en Lajuad. En Rekeiz Lemgasm hay incluso pinturas arrancadas de cuajo en la roca, pero en este caso se ignora qui¨¦nes robaron esas representaciones de hombres bailando.
El arque¨®logo Joaquim Soler asegura que el gran expolio se remonta a la ¨¦poca de la colonizaci¨®n espa?ola
Soler y Brooks redactaron un informe conjunto sobre el vandalismo de los cascos azules de la Minurso, el peque?o contingente de Naciones Unidas que vela por el alto el fuego en el S¨¢hara Occidental. Brooks narr¨® adem¨¢s la barbarie en una web que recoge denuncias contra las fuerzas de la ONU.
"Hasta entonces, Minurso hab¨ªa hecho o¨ªdos sordos a las quejas sobre la destrucci¨®n del patrimonio formuladas por el Frente Polisario [que controla la cuarta parte de la antigua colonia espa?ola]", recuerda Soler. "La revelaci¨®n p¨²blica cambi¨® todo", a?ade satisfecho este investigador que empez¨® a patear el desierto cuando ten¨ªa 20 a?os.
Minurso dio su brazo a torcer. Reconoci¨® en enero, en un comunicado, que "las pruebas disponibles en varios lugares sugieren que algunos de los graffitis son obra del personal militar". Adem¨¢s de v¨¢ndalos, los cascos azules fueron est¨²pidos porque firmaron sus estragos. "Estoy desolado", comenta Julian Harston, representante especial del secretario general de la ONU para el S¨¢hara. "Son oficiales y no soldados de a pie", precisa escandalizado.
Al margen de la investigaci¨®n sobre la devastaci¨®n perpetrada por sus militares, el brit¨¢nico Harston ha prometido tambi¨¦n averiguar "la extensi¨®n de los da?os causados y estudiar posibles reparaciones". La Unesco se involucrar¨¢.
Desde Costa de Marfil hasta Eritrea, pasando por Burundi o la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, las fuerzas de la ONU se han visto involucradas desde 2004 en todo tipo de esc¨¢ndalos por abusos sexuales o tr¨¢ficos delictivos.
En ese trozo del desierto donde Marruecos e independentistas saharauis se enfrentan desde hace 33 a?os, la depredaci¨®n perpetrada por cascos azules no tard¨® en politizarse. Harston present¨® el mes pasado sus disculpas a Mohamed Haddad, el enlace del Polisario con los cascos azules, y Marruecos mostr¨® su enfado.
La Asociaci¨®n S¨¢hara Marroqu¨ª, que defiende la soberan¨ªa de Marruecos sobre la antigua colonia espa?ola, denunci¨® el "grave error diplom¨¢tico" de Harston. Deber¨ªa, seg¨²n ella, disculparse ante Rabat. "Venga ya", respondi¨® Ahmed Bujari, delegado del Polisario ante la ONU. "Pero si los actos vand¨¢licos fueron cometidos en territorio liberado", subraya. Se refer¨ªa a la franja del desierto en manos de los independentistas saharauis.
En el S¨¢hara hace siglos que desaparecieron las jirafas y rinocerontes que lo habitaban. El siglo pasado tambi¨¦n se esfum¨® el grueso de los dibujos que los representaban. El gran expolio del patrimonio del S¨¢hara se remonta a la colonizaci¨®n espa?ola, asegura Soler. "En los alrededores de Smara", la ciudad santa del desierto, "hubo numerosos yacimientos con pinturas rupestres, pero los militares se las llevaron para adornar comedores de oficiales o incluso sus propias casas".
"Muchas se perdieron y otras quedaron muy da?adas al ser extra¨ªdas de su entorno", se lamenta. "Ya nadie sabe cu¨¢l es su procedencia exacta". -
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