La ¨²ltima guerra de la OTAN
En Afganist¨¢n, los aliados de la OTAN no parecen dispuestos a compartir por igual los sacrificios. EE UU ha pedido 7.000 soldados suplementarios a sumar a los actuales 45.600 (43.100 de la OTAN y 2.500 de otros pa¨ªses). Washington pondr¨¢ 3.000 m¨¢s, pero s¨®lo temporalmente. Ha molestado a algunos aliados que el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, en v¨ªsperas de la reuni¨®n de ministros que ha tenido lugar en Vilna, hubiera dirigido cartas individualizadas a los otros 25 miembros de la Alianza, con peticiones muy concretas a cada uno, por ejemplo, en el caso espa?ol guardias civiles para el control de fronteras, petici¨®n que Espa?a no est¨¢ en disposici¨®n de atender. En p¨²blico Gates, sin embargo, habl¨® de que sus peticiones se refer¨ªan a lo que la Alianza debe hacer en su conjunto. Con uno se?alando a los dem¨¢s lo que han de hacer, no funciona una alianza, seg¨²n alguna opini¨®n en la Conferencia anual sobre Pol¨ªtica de Seguridad de M¨²nich, que ha girado en torno a Afganist¨¢n, donde la OTAN se juega no s¨®lo el futuro del pa¨ªs, sino el suyo propio. Tampoco, seg¨²n otros, con una asunci¨®n de riesgos demasiado desigual, "entre los que quieren combatir y los que no", como crudamente lo puso Gates.
Probablemente, habr¨¢ que acabar pactando con eso que se llama los "talibanes moderados"
El Rubic¨®n a cruzar por algunos aliados ser¨ªa bajar al Sur y al Este, pero eso significa ir para entrar en combate. Alemania, donde un 55% de la opini¨®n p¨²blica est¨¢ en contra de la participaci¨®n en esta guerra, no se lo plantea. Espa?a, tampoco. La Francia de Sarkozy -presente en M¨²nich a trav¨¦s de su ministro de Defensa, Herv¨¦ Morin- aparece como la ¨²nica que, con los brit¨¢nicos, canadienses y holandeses que ya est¨¢n all¨ª, ha dado un paso adelante.
?sta es una guerra confusa, que ha cambiado de objetivos, mandato y estrategia desde que se inici¨® a ra¨ªz del 11-S. Ha habido progresos, pero el riesgo de perderla sobre el terreno y en la opini¨®n p¨²blica afgana (que ve crecientemente a esta fuerza de la OTAN como de ocupaci¨®n) y la occidental es grande. "Aunque no estamos perdiendo, no es seguro que estemos ganando", seg¨²n el senador americano republicano Lindsey Graham, un convencido de que la guerra de Irak se va a ganar. Pero de no ser por la de Irak hoy no habr¨ªa problemas de efectivos norteamericanos para la guerra de Afganist¨¢n.
Hay un problema de definici¨®n que la OTAN pretende aclarar con la publicaci¨®n, con ocasi¨®n de su cumbre en Bucarest en abril, de un documento de visi¨®n estrat¨¦gica que recoja una explicaci¨®n del porqu¨¦ de esta guerra y la necesidad de aunar una acci¨®n militar convincente con la de reconstrucci¨®n del pa¨ªs, y su afganizaci¨®n para que los locales asuman su propia seguridad. No es f¨¢cil cuando un soldado del nuevo Ej¨¦rcito afgano cobra mucho menos que un combatiente enrolado por los talibanes. Una parte de Al Qaeda ha llevado el centro de gravedad de su guerra de Irak a Afganist¨¢n. Y ha resurgido el cultivo de opio, para combatir el cual no est¨¢ la OTAN.
En todo caso, hubo en M¨²nich un amplio acuerdo de que esta guerra no se ganar¨¢ s¨®lo por medio de la fuerza militar, como descubrieron en su d¨ªa brit¨¢nicos y sovi¨¦ticos. Pero s¨ª requerir¨¢, como se?al¨® Morin, un esfuerzo militar suplementario a corto plazo.
Pakist¨¢n, con sus problemas internos, no ayuda. Y en el sur y este, la OTAN se est¨¢ metiendo en tierras que nunca ha controlado nadie, salvo las tribus locales. Probablemente, como indican algunos brit¨¢nicos, habr¨¢ que acabar pactando con eso que se llama los "talibanes moderados", pues es imposible o inaceptable destruirlos a todos. Pero el presidente de Afganist¨¢n no quiere o¨ªr hablar de ello. Karzai controla poco. Tan poco que se le apoda "el mejor alcalde de Kabul". Est¨¢ al frente de un Gobierno que no llega mucho m¨¢s all¨¢ de la capital y lleno de corruptos. Ha vetado al liberal brit¨¢nico Paddy Ash-down, que hubiera sido un buen coordinador local de la ONU, pues la descoordinaci¨®n entre las diversas organizaciones civiles presentes en Afganist¨¢n es patente. Pero es brit¨¢nico, y Karzai y los afganos no se llevan bien con la antigua potencia colonial.
Quiz¨¢ la OTAN no valga para este tipo de guerras tan lejos de su ¨¢rea tradicional. De hecho, desde 2003, la OTAN -transformada, seg¨²n Gates, en una "multifac¨¦tica fuerza expedicionaria"- no ha asumido ninguna nueva misi¨®n, mientras la ONU ha sumado 10 m¨¢s. La Alianza, que el a?o pr¨®ximo cumplir¨¢ 60 a?os, no est¨¢ en peligro. Pero, se preguntaron algunos en privado en M¨²nich, ?ser¨¢ Afganist¨¢n su primera guerra terrestre y su ¨²ltima?
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