Confusi¨®n en la innovaci¨®n

"?D¨®nde hay un mapa?". La pregunta era inevitable y el plano, por supuesto, imprescindible. La nueva ubicaci¨®n de Arco a?adi¨® ayer confusi¨®n a la ya habitual en cualquier primer d¨ªa. En este caso, el de un certamen que hoy inauguran los Reyes y ma?ana abre al p¨²blico su 27? edici¨®n con 257 galer¨ªas. Brasil, el pa¨ªs invitado, es el claro exponente del reinado de la fotograf¨ªa, estrella de la feria.

Arco ha ganado en amplitud y mantiene, o incluso aumenta, el nivel medio de calidad de las propuestas presentadas por los galeristas. El tono general es serio, sin grandes estridencias m¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota de algunas piezas aisladas que consiguen provocar asombro, algo cada vez m¨¢s dif¨ªcil en lo que al arte contempor¨¢neo se refiere.

El arte de las vanguardias hist¨®ricas cada vez es m¨¢s minoritario en los stands de Arco, aunque en la Feria pueden verse algunas perlas, como es el caso de Composici¨®n surrealista con personajes (1935), preciosa joya sobre papel de lija de Mir¨® que la galer¨ªa Barbi¨¦ reserv¨® ayer por 750.000 euros.

Ayer por la ma?ana, en la jornada de puertas abiertas a profesionales y periodistas, el protagonismo recay¨® en el ministro brasile?o de Cultura, Gilberto Gil, quien anim¨® a conocer el arte que se hace en su pa¨ªs y ensalz¨® la dimensi¨®n econ¨®mica de la cultura como un elemento a promocionar y defender, tambi¨¦n desde el Estado.

Por encima de tendencias y soportes art¨ªsticos, esta primera jornada pasar¨¢ a la historia por el desconcierto del visitante en la nueva ubicaci¨®n. De hecho, ya no son dos sino tres, los pabellones que ocupa la feria. Los dos de mayores dimensiones, dedicados al programa general, son amplios y est¨¢n bien organizados. Sin embargo, el tercero, situado en la segunda planta, a la que hay que acceder por escaleras mec¨¢nicas, es una especie de complicada kasbah.

La nueva disposici¨®n de espacios en la Feria provoc¨® que, durante toda la jornada, fuera una aventura encontrar las galer¨ªas brasile?as, las dedicadas al arte emergente o las latinoamericanas. Los servicios de restauraci¨®n estaban colapsados, los roperos saturados y no funcionaban las m¨¢quinas de control de estacionamiento. Un caos que puso nervioso a m¨¢s de uno y que se espera pueda ser reconducido por el bien del certamen.