Los jefes militares de Trillo declaran que ignoraban los informes sobre inseguridad
Dos oficiales afirman que alertaron de defectos en aviones antes del siniestro del Yak
El testimonio judicial de dos de los principales altos cargos militares sobre las presuntas irregularidades en la contrataci¨®n del Yak 42 en cuyo accidente fallecieron 62 soldados el 26 de mayo de 2003 revela, cuando menos, un grave problema de comunicaci¨®n en la c¨²pula de Defensa durante el mandato de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Ni el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito mientras Federico Trillo fue ministro, el general Luis Alejandre, ni el ex jefe del Estado Mayor Conjunto (Emacon), el teniente general Juan Luis Ibarreta, tuvieron conocimiento de los dos informes que alertaron de la inseguridad de los aviones contratados por Defensa.
Por el juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es Fernando Grande-Marlaska, pasaron ayer, adem¨¢s de esos dos ex altos cargos, los dos oficiales que redactaron los informes. El del teniente coronel Javier Marino, del Centro de Inteligencia y Seguridad del Ej¨¦rcito de Tierra (CISET) alertaba sobre "altos riesgos al transportar personal en aviones de carga de la antigua URSS" tras un vuelo a Kabul en un Ilyushin bielorruso mes y medio antes de la tragedia.
"Varias de las ruedas del avi¨®n presentaban un p¨¦simo estado de conservaci¨®n: la mayor parte estaban desgastadas y en al menos cuatro se ve¨ªa la urdimbre del cordaje", redact¨® Marino, que tambi¨¦n avis¨® en el documento de las deficiencias en el anclado de la carga junto a la que viajaban los militares y el consiguiente peligro. El oficial ratific¨® ante el juez los t¨¦rminos de su informe y asegur¨® que lo puso en conocimiento de sus superiores.
Lo mismo hizo el teniente general Manuel Estell¨¦s, jefe del Mando A¨¦reo de Levante bajo Trillo y autor de una nota informativa que resum¨ªa las quejas recibidas. Estas hablaban de "falta de seguridad e incomodidad de los vuelos", retrasos y deficiencias en la sujeci¨®n de la carga. Estell¨¦s tambi¨¦n confirm¨® ante Grande-Marlaska haber elaborado esa nota y asegur¨® que la envi¨® al Estado Mayor del Aire que, a su vez, la hizo llegar al Estado Mayor Conjunto, cuyo responsable ¨²ltimo era el teniente general Ibarreta. Estell¨¦s lleg¨® a declarar que not¨® cambios a ra¨ªz de su escrito: se fue suprimiendo la mezcla de pasajeros y carga y se comenzaron a usar aviones distintos de los Ilyushin.
Sin embargo, Ibarreta, principal responsable de la contrataci¨®n de los vuelos de apoyo a las tropas en el exterior -y, por tanto, del Yak 42-, neg¨® haber recibido ese escrito y asegur¨® que las ¨²nicas cuatro quejas previas al accidente que recibi¨® fueron sobre "el catering, los retrasos y la incomodidad" de los aparatos, pero no sobre su falta de seguridad. "El Yakovlev 42 es el tercer avi¨®n m¨¢s seguro que existe", lleg¨® a afirmar en su declaraci¨®n, seg¨²n esas mismas fuentes. Sobre el informe del teniente coronel Marino, asegur¨® que "se enter¨® por la prensa".
Menos conocimiento a¨²n sobre el estado de los aviones con que viajaban las tropas demostr¨® tener el ex jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito. El general Alejandre asegur¨® que ignoraba la existencia de cualquier tipo de queja o informe sobre los aviones. Incluso el documento de Marino, a pesar de que el CISET depend¨ªa en ese momento directamente de ¨¦l. Alejandre neg¨® conocer ante el juez el contenido del contrato del Estado Mayor Conjunto con NAMSA (la agencia de log¨ªstica de la OTAN que gestionaba los vuelos) o la cadena de subcontratas entre compa?¨ªas a¨¦reas que llev¨® hasta la ucraniana UM Air, que transport¨® a los soldados por 45.000 d¨®lares. El resto, hasta los 171.350 que pag¨® Defensa fue a parar a intermediarios.
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