Los errores de Hillary
Hillary Rodham Clinton crey¨®, como el ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, en el lado republicano, que su carrera hacia la nominaci¨®n presidencial de su partido el pr¨®ximo verano ser¨ªa un paseo triunfal. Su nombre era el m¨¢s reconocido en el pa¨ªs entre todos los aspirantes dem¨®cratas. Todas las encuestas hasta el supermartes 5 de febrero predec¨ªan su victoria por un holgado margen, a pesar de que su actuaci¨®n en los debates previos result¨® menos convincente de lo esperado. Y, adem¨¢s, por si algo fallaba, all¨ª estaba su marido y ex presidente, Bill, para apoyarla. Dos por el precio de uno, pregonaban sus ayudantes en una repetici¨®n de la frase utilizada durante la campa?a presidencial de 1992 que termin¨® con el triunfo de Bill Clinton sobre George Bush, padre.
Bill Clinton ha asumido un protagonismo excesivo y ha causado malestar en sectores dem¨®cratas
Pero, tras su contundente derrota en Carolina del Sur por Barack Obama, la senadora por Nueva York decidi¨®, como Giuliani en Florida, concentrar sus esfuerzos en los Estados con el mayor n¨²mero de delegados, en un intento de despegarse de su rival. Una estrategia que puede funcionar con los republicanos, que aplican el principio mayoritario de asignar en bloque todos los delegados del Estado al candidato con mayor n¨²mero de votos. Pero nunca con los dem¨®cratas, para los que, desde 1972, rige un complicado sistema de reparto proporcional de delegados seg¨²n el n¨²mero de votos conseguido por cada aspirante. El supermartes, Clinton gan¨®, en efecto, en California, Nueva York y Nueva Jersey, los tres grandes en litigio, pero no consigui¨® su aspiraci¨®n de despegarse de Barack Obama, que no s¨®lo sali¨® airoso de la prueba, sino que ha batido a Clinton en todas las primarias celebradas desde entonces. Por primera vez, Obama supera a Clinton por un peque?o n¨²mero de delegados, tras las primarias del pasado martes en Virginia, Maryland y Washington DC. Una situaci¨®n impensable hace s¨®lo unas semanas, que, sin duda, influir¨¢ desde el punto de vista psicol¨®gico entre los votantes dem¨®cratas en futuras primarias.
Otro error de la campa?a de Hillary ha sido el exceso de protagonismo asumido por su marido, algunas de cuyas intervenciones p¨²blicas han causado un profundo malestar en amplios sectores del Partido Dem¨®crata, como, por ejemplo, la comunidad afroamericana, que, hasta ahora, hab¨ªa considerado a Bill Clinton como "el primer presidente negro" de Estados Unidos. Las descalificaciones a Obama por parte de un Bill Clinton visiblemente irritado por sus continuos triunfos sobre Hillary s¨®lo han conseguido incrementar el voto afroamericano del senador por Illinois. Al mismo tiempo, las continuas intervenciones de Bill pueden devaluar uno de los m¨¢ximos atractivos para la nominaci¨®n de Hillary. Su car¨¢cter de primera mujer que aspira a conseguir la Casa Blanca con su propio y ¨²nico esfuerzo. En todo caso, de lo que no cabe ninguna duda, es que, salvo en el improbable caso de que uno de los dos aspirantes arrase en las pr¨®ximas primarias, el Partido Dem¨®crata llegar¨¢, una vez m¨¢s, dividido a su convenci¨®n nacional, a celebrar entre el 25 y el 28 de agosto en Denver. Y eso no es bueno para los dem¨®cratas, porque la historia de las elecciones presidenciales americanas demuestra que, cuando ¨¦stos han llegado divididos a su convenci¨®n nacional, el triunfo en las presidenciales ha sido republicano. (Richard Nixon contra Hubert Humphrey en 1968. Nixon contra George McGovern en 1972 -McGovern no gan¨® un solo Estado- y Ronald Reagan contra Jimmy Carter en 1980).
A d¨ªa de hoy, la situaci¨®n sigue confusa y el resultado de la nominaci¨®n dem¨®crata es impredecible, aunque el viento parece soplar a favor del afroamericano. En todo caso, ambos candidatos han empezado a cortejar, bien personalmente, bien a trav¨¦s de terceros, a los llamados superdelegados, que, en n¨²mero de 796, son los que muy posiblemente decidir¨¢n este verano en Denver el nombre del candidato/a a la presidencia. El grupo, cuyos miembros tienen absoluta libertad de voto, est¨¢ integrado por los diputados y senadores dem¨®cratas del Congreso, los gobernadores estatales del partido y los cargos electos de cada Estado. Creado en 1982 para terminar con las guerras civiles de las convenciones anteriores incorporando a la aristocracia del partido al proceso de nominaci¨®n, su voto fue decisivo en 1984 para la designaci¨®n de Walter Mondale.
Entretanto, el republicano John McCain hace rogativas para que su rival en noviembre sea la ex primera dama, ya que todas las encuestas le dan una ligera ventaja sobre Hillary. Ventaja que los sondeos trasladan a Obama si ¨¦ste fuera el candidato dem¨®crata.
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