"?Yo jugu¨¦ al f¨²tbol de casualidad!"
Alfredo di St¨¦fano est¨¢ harto de hablar de las cinco Copas de Europa. Se reclina en su asiento. Aprieta los dientes. Saca algo del bolsillo de su chaqueta. Y ordena: "Mira". En la palma de su mano descansa una medalla de plata con una inscripci¨®n gastada: River Plate-San Lorenzo de Almagro, 1947. "Fue el partido de mi debut", dice; "un amistoso en la cancha de Chacarita".
Pregunta. ?Qu¨¦ recuerda?
Respuesta. Hab¨ªa 16 jugadores. Los del primer equipo en un banco y nosotros en el suelo. Me mira Moreno y me dice: "Y vos, ?qu¨¦?, ?no te pon¨¦s la venda?". "?Yo vendar?, ?si ni s¨¦ lo que es una venda!". "Ten cuidado porque el campo est¨¢ muy mal y si te doblas un tobillo tienes para dos meses". Me dijo cuatro cosas y llam¨® al utilero: "?Oye, una venda para el pibe este!". ?Los grandes me daban consejos! ?Por eso salen jugadores de f¨²tbol en Argentina! Por eso la futura residencia de los chicos del Madrid tiene que estar donde se entrena el primer equipo. Se tienen que familiarizar con los grandes. Todo es cuesti¨®n de compa?erismo.
"?Qu¨¦ va a evolucionar la t¨¢ctica! Lo ¨²nico que necesitas son tres t¨ªos en el campo que sepan lo que es un equipo"
"River me cit¨® por recomendaci¨®n de mi mam¨¢. Fui a probarme cabreado"
"Atletismo, hockey, baloncesto... Lo ¨²nico que no hice fue rugby. Era muy flaco"
"A Moreno le tiraron un candado de tren. 'Sangras por todos lados', le dije. ?l me mir¨®: '?Un jugador no se entrega jam¨¢s!"
P. ?Por qu¨¦ le gusta leer el Mart¨ªn Fierro?
R. Porque siempre aprendo algo. Y como hubo un tiempo en el que me gust¨® el campo... Mis padres se dedicaban a las cuestiones del campo, a cultivar patatas. Yo empec¨¦ a jugar al f¨²tbol organizado a los 14 a?os en Los Cardales, un pueblito a 60 kil¨®metros de Buenos Aires. En el r¨ªo Luj¨¢n hab¨ªa hasta jabal¨ªes. Y perdiz. Hab¨ªa la de Dios. No gast¨¢bamos ni p¨®lvora. Mi padre no quer¨ªa saber nada de cazar. Hab¨ªa una escopeta en casa por si alguno se quer¨ªa llevar los caballos o las vacas. Hab¨ªa gente que afanaba, que te llevaban las ovejas si te descuidabas. Hab¨ªa que estar atentos. ?Como siempre!
P. ?Ten¨ªan coches los jugadores de River?
R. ?Coches? En mi barrio pasaba un coche cada media hora. Negri era el ¨²nico que ten¨ªa coche. Era de una familia bastante buena. Ten¨ªa una voiture preciosa. Antiguamente, la ilusi¨®n de jugar era por figurar m¨¢s que por ganar dinero. ?Qu¨¦ iba a pensar la gente que iba a ser una profesi¨®n todo esto? ?Cu¨¢ntos tipos conoc¨ª que eran futbolistas de potrero! ?Jugadores extraordinarios que no hicieron carrera porque ten¨ªan que trabajar y llevar dinero a la familia! Yo jugaba en el barrio y dec¨ªa: "?Para qu¨¦ voy a ir?" Estaba estudiando y mi padre ten¨ªa el campo. Yo le¨ªa las citaciones y dec¨ªa: "?Yo no voy!".
P. Pero se hizo profesional.
R. Vino un electricista, que era jugador de River y conoc¨ªa a mi padre. Pregunt¨® por la familia y mi mam¨¢ le cont¨® que uno de los chicos jugaba muy bien al f¨²tbol. Cuando me lleg¨® la citaci¨®n de River para una prueba, pregunt¨¦: "?Qui¨¦n me recomend¨®?". Mi mam¨¢.
P. Fue una mala noticia.
R. Me fui porque no tuve m¨¢s remedio. Fui a coger el tranv¨ªa 88 todo cabreado hasta Chacarita, detr¨¢s del cementerio. Subo y veo a uno que entra con un peri¨®dico y dos botas de f¨²tbol. Y me digo: "??ste seguro que va a probarse a la cancha de River!" Me mir¨® y se ayunt¨® al lado m¨ªo. "Hola, ?qu¨¦ tal? ?Vas a River?". "S¨ª". "?Y t¨²?". "Yo tambi¨¦n". "?De qu¨¦ juegas?". "De ocho. ?Y t¨²?". "Yo tambi¨¦n". "?Y cu¨¢ntos a?os tienes?". "Diecisiete". "Yo tambi¨¦n". "?Qu¨¦ haces?". "Yo trabajo con mi viejo en el cementerio. Soy el que riega las flores". Se llamaba Salucci.
P. ?Pas¨® la prueba?
R. Los dos. Nos miraron 30 minutos. ?No veas la gente que iba! Al final, te esperaba el entrenador a la salida. Era Peucelle. "?Ten¨¦s el DNI vos?", me pregunt¨®; "d¨¢melo". Y as¨ª quedabas para toda la vida enganchado. Con la firma no te quedaban m¨¢s recursos. El club mandaba.
P. ?Cu¨¢nto le pagaron?
R. En Tercera te daban 20 pesos por partido ganado. Con el primer premio me compr¨¦ un traje talla 49 en una tienda que se llamaba Aut¨¦ntico y despu¨¦s fui a comprarme dos pantalones en la sastrer¨ªa Casa Braulio.
P. ?Volvi¨® a jugar al barrio?
R. Ten¨ªa que bajar. Si no, dec¨ªan: "Y el engrupido ¨¦ste... ?Qu¨¦ se cree que es? ?Que porque juega en River puede hacerse el boludo? ?Noooo!". Y entonces, claro, cuando empec¨¦ a crecer, me preguntaron: "?C¨®mo se hizo profesional?" ?Yo jugu¨¦ al f¨²tbol de casualidad! Porque mi vieja habl¨® con un electricista.
P. ?Practic¨® otros deportes?
R. Cuando iba al colegio. El preparador f¨ªsico me pregunt¨®: "?Qu¨¦ quieres hacer? Porque aqu¨ª, de f¨²tbol, poco". Y yo eleg¨ª atletismo. Recuerdo que hab¨ªa un cabr¨®n que me ganaba en los 100 metros siempre. No pod¨ªa ganarle. ?Ten¨ªa una bronca! Me dio tanta rabia que me met¨ª a jugar al baloncesto, al hockey, a todo. Lo que sea. Iba contento. A lo ¨²nico que no quise jugar fue al rugby porque te lastimabas todo. Yo era muy flaco.
P. ?Cu¨¢ntas veces le pidieron que mencionase a los mejores jugadores de la historia?
R. Siempre contesto lo mismo: Labruna, Pedernera, Moreno y Loustau.
P. H¨¢bleme de la delantera de La M¨¢quina. Moreno dec¨ªa que bailar el tango complementaba sus entrenamientos. ?Eran muy noct¨¢mbulos?
R. Sal¨ªan el d¨ªa que tocaba salir. No es que jugaban bien porque iban al cabaret. Tampoco se tomaban una botella de whisky cada uno como se dijo porque la carrera del que se toma una botella de whisky no dura mucho y todos ellos jugaron hasta los cuarenta. A los cabarets se iba a bailar. No eran como los cabarets franceses. En Buenos Aires, la gente iba a ver las orquestas. El argentino es un bohemio diferente. No es el cl¨¢sico que va al cabaret a buscar minas. El argentino va a lucirse, por la pinta. La an¨¦cdota m¨¢s bonita de aquella ¨¦poca es la del Mono De Ambrosio. Un d¨ªa fue la banda de Moreno al cabaret Marab¨² y le dieron diez pesos a una mina para que sacara a bailar al Mono, que no bailaba nada. Todos bailaban menos ¨¦l. Entonces, se fueron todos a bailar y el Mono se qued¨® sentado. Y fue la chica y lo invit¨®: "?Vamos a bailar?". Y ¨¦l le dice: "No sabo". Le qued¨® Nosabo para toda la vida. "?Qu¨¦ tal, Nosabo?", le dec¨ªamos. Hasta que se cas¨®.
P. ?C¨®mo era De Ambrosio?
R. Un extremo. Un crack. Partido en cancha de River, contra Hurac¨¢n. Yo estaba enfrente, en la tribuna. El Mono corr¨ªa por la banda y estornud¨®. Vio que andaba el linier por ah¨ª con la bandera levantada. Se la agarr¨® y se son¨® la nariz. El linier empez¨® a llamar al ¨¢rbitro. Se arm¨® un l¨ªo.
P. Pero Moreno fue su mayor referencia.
R. Moreno fue... ?Qu¨¦ s¨¦ yo? Artista en todo. Artista en el f¨²tbol, artista en su vida privada, artista de cine, artista de teatro, artista para el baile. Era diez a?os mayor que yo. Su padre era agente de polic¨ªa. El otro d¨ªa estaba viendo un partido de Tigre en su cancha en la tele. Y le digo a mi hija: "?Madre m¨ªa, ah¨ª estuve yo hace 60 a?os!". Nos jug¨¢bamos el campeonato y nos tiraban de todo. Entramos al campo y a Moreno le tiraron un candado de vag¨®n de tren que le rasp¨® la cabeza. "Fanfa, mire, est¨¢ sangrando", le dije. Yo era el ¨²nico que le dec¨ªa Fanfa [por fanfarr¨®n]. "Fanfa, tienes sangre por todos lados!". Y me dice sin inmutarse: "?C¨¢llate la boca, que un jugador de f¨²tbol no se entrega jam¨¢s!".
P. Dicen que en Madrid su f¨²tbol se complet¨®. Pero en River debi¨® reemplazar a un mito: Adolfo Pedernera. ?C¨®mo fue su transformaci¨®n?
R. T¨¢cticamente, alcanc¨¦ mi madurez en Bogot¨¢. En el barrio jugaba de interior, por la derecha o por la izquierda. Me gustaba. Cuando fui a River, me pusieron de wing [ala] derecho y me ven¨ªa atr¨¢s y me mandaban para adelante. Pero se lastim¨® el delantero centro y dijeron: "A ¨¦ste, como es muy r¨¢pido, vamos a ponerlo ah¨ª a ver qu¨¦ pasa". Y yo me iba para arriba. Pero Peucelle me dijo: "No, usted tiene que tirarse atr¨¢s. ?No vio jugar a Pedernera? Bueno, ah¨ª". Fuimos a la cancha de Atlanta y ganamos 7-0. ?Partidazo! Y yo jugando de centro-forward a lo Pedernera. ?Ni un gol hice! Estaba amargado y me fui al vestuario. Vino Peucelle y me dijo: "?Bien, Alfredo, as¨ª se juega!". Y yo: "?As¨ª se juega? ?Si no hice ni un gol!".
P. ?Por qu¨¦ ese River fue tan innovador?
R. Moreno bajaba, Pedernera bajaba, Loustau bajaba... Bajaban todos menos Labruna, que se quedaba un poco m¨¢s arriba. Cruyff hac¨ªa lo mismo. Se tiraba atr¨¢s y no sab¨ªas si era un once, un siete o un diez. Antes no era as¨ª. Cuando llegu¨¦ al Madrid, hab¨ªa que jugar con el ariete en punta. A m¨ª no me gustaba porque a veces no hay jugadores para eso. Porque aqu¨ª cuando los defensas marcaban al delantero centro lo marcaban a muerte. Uno encima y el otro a la espera.
P. ?Qu¨¦ es lo primero que supo del f¨²tbol europeo?
R. No supe nada hasta que Zubieta y L¨¢ngara fueron a Buenos Aires. Yo vi el 4-1 de San Lorenzo a River, con cuatro goles de L¨¢ngara. Estaba con mi viejo detr¨¢s de la porter¨ªa. Lo vi hacer un gol con el hombro, el primero. Uno con la derecha, otro con la izquierda y otro de penalti.
P. ?Qu¨¦ le parecen los sueldos que se pagan ahora?
R. Hay que ver la cantidad de intrusos que viven del f¨²tbol. Es una cadena. Cuando me dicen que los jugadores ganan demasiado, yo digo: "?Y deber¨ªan ganar m¨¢s!". Porque hay 400 millones de personas pegadas a ellos, qued¨¢ndose con una parte. Dicen que ahora hay una organizaci¨®n terrible. En la ¨¦poca nuestra nos com¨ªamos dos platos de espaguetis y nos ¨ªbamos a jugar con la panza llena. Ahora resulta que los tipos de antes eran unos sabios porque ahora lo ¨²nico que comen para jugar son fideos. ?Qu¨¦ pasa?
P. ?Evolucion¨® la t¨¢ctica?
R. ?Qu¨¦ va a evolucionar! Alrededor del f¨²tbol se exagera todo. En mi ¨¦poca, el t¨¦cnico era un tipo con un ch¨¢ndal azul que ten¨ªa cuatro tiras de esparadrapo negro para hacer una E. Ahora se habla mucho. Hay mucha poes¨ªa, mucha novela. Cuando un jugador est¨¢ en la cancha, nunca se vuelve al banquillo y le pregunta a su entrenador: "?Qu¨¦ hago? ?Le pego as¨ª o as¨ª?". Para la t¨¢ctica lo ¨²nico que necesitas es tener a tres o cuatro t¨ªos dentro del campo que sepan lo que es un equipo. "?Cuidado con ¨¦ste!". "?D¨¦jamelo, que yo lo mato!". "?Yo te la mando ah¨ª...!". Es cuesti¨®n de oficio, de picard¨ªa, de saber estar. Por eso no es lo mismo tener 18 que 28. Por m¨¢s que a los 18 juegues de maravilla, por m¨¢s que seas Messi... Mucho empalaga. Y gambetear en el medio del campo est¨¢ bien. S¨ª. A dos, a tres rivales, pero ?y si te afanan la pelota? ?Adi¨®s muy buenas! Ahora, lo del loco este [Messi]
es un espect¨¢culo. Yo lo estoy estudiando ?Qu¨¦ cree? Lleva el bal¨®n as¨ª, cortito, tic, tic. El secreto es el toque cortito y la fuerza. Es potente. Es como Gento de fuerte. Es m¨¢s fuerte que Maradona.
P. ?Qu¨¦ jugadores le gustan?
R. El mejor de todos, con Messi, es Cristiano Ronaldo. Tiene una velocidad del carajo. ?Qu¨¦ manda en el f¨²tbol? La t¨¦cnica y la velocidad. ?Por qu¨¦ el Madrid ha tenido problemas? ?Porque no ha tenido velocidad!
P. ?Qu¨¦ pensaba del f¨²tbol europeo cuando se vino?
R. En el 50, despu¨¦s de volver de la gira por Europa con Millonarios, estaba comprando mortadela con mi hermano en una rotiser¨ªa y le dije: "Mira, yo me voy a Espa?a. A ¨¦stos les pego un amague as¨ª y los dejo atr¨¢s a todos". Despu¨¦s, ya en Espa?a, cuando les pegaba un amague, los ten¨ªa otra vez ah¨ª. Recuerdo que le escrib¨ª una carta a mi hermano: "Mira, aqu¨ª, les pegas 40 amagues, pero siempre los tienes encima". Era diferente. Y la preparaci¨®n atl¨¦tica, tambi¨¦n. En Argentina era todo creatividad. Aqu¨ª era todo f¨ªsico. Todos saltaban de cabeza, todos jugaban con ariete. En Argentina, si llov¨ªa, se suspend¨ªa la jornada. En Espa?a se jugaba con lluvia y con balas.
P. ?Pegaban m¨¢s que ahora?
R. Los marcajes eran m¨¢s sanos. Ahora agarran. Hacen pijaditas, muchas faltitas. En vez de hacer un esfuerzo superior para derribar al rival o para anticiparse y despejar, lo agarran. Total, una amonestaci¨®n. Total, despu¨¦s, con cinco amonestaciones, est¨¢s suspendido. Total, el club paga. Siempre total.
Di St¨¦fano es un hombre introvertido. Dice que el homenaje de la UEFA le da "verg¨¹enza". Tambi¨¦n habla con incredulidad de otras conmemoraciones: "Me han hecho una estatua. El otro d¨ªa fui a verla. Est¨¢n los escultores, los arquitectos... ?Es como el obelisco! Fui con mi hija. Se qued¨® mir¨¢ndola".
-Pap¨¢, ?tiene la boca abierta!, me dice.
-?Y qu¨¦ quer¨¦s? ?Si estoy gritando un gol!
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