Un atentado suicida causa al menos 80 muertos en el sur de Afganist¨¢n
El ataque es el m¨¢s sangriento desde la ca¨ªda del r¨¦gimen talib¨¢n, en 2001
Al menos 80 muertos y casi un centenar de heridos dej¨® ayer en la provincia de Kandahar el ataque suicida m¨¢s sangriento que se ha producido en Afganist¨¢n desde el desalojo de los talibanes, en 2001. A falta de una reclamaci¨®n formal, todas las miradas se dirig¨ªan a ese movimiento extremista que desde hace algunos meses ha recobrado vigor y lanzado una campa?a de atentados contra el Gobierno de Hamid Karzai y las fuerzas extranjeras que lo apoyan.
La explosi¨®n mat¨® a hombres y ni?os que asist¨ªan a una pelea de perros
La matanza se produjo poco antes de mediod¨ªa en una popular zona de pic-nic en el distrito de Arghandab, unos 10 kil¨®metros al noroeste de la ciudad de Kandahar, en el sur del pa¨ªs. Varios centenares de hombres y chiquillos se hab¨ªan reunido para presenciar una pelea de perros, cuando el suicida hizo estallar los explosivos, lo que caus¨® "al menos 80 muertos y medio centenar de heridos", seg¨²n un comunicado del Ministerio del Interior. Fuentes sanitarias locales elevaban a 90 la cifra de heridos, algunos tan graves que Interior advirti¨® de "la posibilidad de que aumente el n¨²mero de v¨ªctimas mortales".
Las peleas de perros (que como las cometas, la m¨²sica y la televisi¨®n estuvieron prohibidas durante el r¨¦gimen talib¨¢n) constituyen un entretenimiento muy popular en Afganist¨¢n. Los asistentes suelen apostar dinero, a pesar de la prohibici¨®n del juego, y los beneficios deben de ser jugosos a juzgar por los 3.000 euros que se llegan a pagar por un animal campe¨®n.
"El ataque suicida de hoy ha sido obra de los talibanes", declar¨® el gobernador provincial, Assadullah Khalid. Desde hace un a?o los talibanes han intensificado sus atentados contra el Gobierno central y las tropas extranjeras estacionadas en Afganist¨¢n. El propio Khalid sali¨® ileso de uno de ellos hace apenas una semana.
Aunque el grupo rebelde guardaba silencio, todas las circunstancias apuntaban en su direcci¨®n. Desde el lugar elegido, una concentraci¨®n de gente realizando una actividad condenada por su radical interpretaci¨®n del islam, hasta la posibilidad de que el ataque tuviera como objetivo a Abdul Hakim, el jefe de una milicia que se opuso al avance talib¨¢n en los noventa. Pero no era el ¨²nico comandante miliciano que presenciaba la pelea.
Hakim, cuya milicia trabaja ahora como fuerza auxiliar de la polic¨ªa, se encuentra entre los fallecidos en el atentado, seg¨²n el gobernador de Kandahar. Varios testigos citados por las agencias afirmaban que, inmediatamente despu¨¦s de o¨ªrse la detonaci¨®n, los guardas de Hakim empezaron a disparar contra la multitud aumentando el n¨²mero de v¨ªctimas. No est¨¢ claro cu¨¢ntos murieron por la explosi¨®n y cu¨¢ntos por los disparos.
Kandahar es la segunda ciudad de Afganist¨¢n y la capital informal del sur del pa¨ªs, poblado casi exclusivamente por pastunes. Aunque la mayor¨ªa de los pastunes no son talibanes, todos los talibanes son pastunes.
El movimiento radical, alentado por los servicios secretos paquistan¨ªes, conquist¨® el poder a mediados de los a?os noventa a partir de Kandahar, donde han continuado teniendo apoyos aunque no un respaldo un¨¢nime. Las peleas de perros o la m¨²sica a todo volumen que esta enviada padeci¨® durante su ¨²ltima visita a esa ciudad, hace poco m¨¢s de un a?o, prueban que la poblaci¨®n local no es tan puritana.
Sin embargo, la falta de presencia del Gobierno central y el narcotr¨¢fico han facilitado en los dos ¨²ltimos a?os el regreso de los militantes talibanes que, tras la llegada de las fuerzas estadounidenses a finales de 2001, se refugiaron en Pakist¨¢n. En las zonas tribales de ese pa¨ªs, se han reorganizado y armado, lo que les est¨¢ permitiendo llevar a cabo ataques terroristas de gran visibilidad y poner en entredicho la seguridad de Afganist¨¢n.
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