El ladrillo contra la sierra de Guadarrama
La comprobada riqueza medioambiental y paisaj¨ªstica de la zona puede venirse abajo por la reciente y desafortunada decisi¨®n de la Junta de Castilla y Le¨®n de dar carpetazo al proyecto de parque nacional
Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora". La reciente decisi¨®n de la Junta de Castilla y Le¨®n de no proteger su vertiente de la sierra de Guadarrama como parque nacional hace buenos de nuevo los versos de Machado. S¨®lo la ignorancia de los importantes valores hist¨®ricos, culturales y medioambientales de la sierra de Guadarrama puede llevar a tomar una decisi¨®n tan desacertada como ¨¦sa. ?S¨®lo la ignorancia? Quiz¨¢ la explicaci¨®n est¨¦ m¨¢s bien oculta detr¨¢s de los intereses creados de los grupos de presi¨®n del ladrillo, a los que la Junta de Castilla y Le¨®n ha dado ya numerosas muestras de su benevolencia (en esc¨¢ndalos urban¨ªsticos tan sonados como los de la Ciudad del Golf de Las Navas del Marqu¨¦s, la Ciudad del "Medio Ambiente" de Soria, Villanueva de G¨®mez, Segovia 21, San Glorio, La Covatilla, Parque de Ocio del r¨ªo Arlanz¨®n, etc¨¦tera).
Para los especuladores urban¨ªsticos, el parque nacional supone el mayor freno a sus ambiciones
La protecci¨®n de la sierra de Guadarrama es una reivindicaci¨®n a punto de cumplir 100 a?os
Estamos hablando de una decisi¨®n sin precedentes, anunciada recientemente por la vicepresidenta primera de la Junta de Castilla y Le¨®n y consejera de Medio Ambiente, Mar¨ªa Jes¨²s Ruiz, del Partido Popular, que en s¨ª misma supone no s¨®lo un tremendo enga?o a la ciudadan¨ªa, sino adem¨¢s un insulto tanto a las Cortes de Castilla y Le¨®n y la Asamblea de Madrid, como al Gobierno de la Comunidad de Madrid y al Ministerio de Medio Ambiente. De hecho, ambos parlamentos aprobaron por unanimidad, en 2001 y 2002, sendas resoluciones instando a sus gobiernos auton¨®micos a iniciar los pasos legales precisos para la declaraci¨®n de la sierra de Guadarrama como parque nacional. En cumplimiento de esas resoluciones, ambos gobiernos emitieron, unos pocos meses m¨¢s tarde, las ¨®rdenes de inicio de elaboraci¨®n de los respectivos Planes de Ordenaci¨®n de los Recursos Naturales (PORN) de cada una de las vertientes. Despu¨¦s, en estos ¨²ltimos cinco a?os, hemos podido escuchar muchas declaraciones p¨²blicas de sus responsables prometiendo una y otra vez el parque nacional, aunque en realidad ha habido pocos avances concretos.
La Comunidad de Madrid, tras importantes vacilaciones despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas de 2003, elabor¨® su PORN. ?ste, con sus virtudes (propon¨ªa un parque nacional de 34.450 hect¨¢reas, entre otras figuras de protecci¨®n) y sus defectos, se present¨® a la opini¨®n p¨²blica, con gran despliegue medi¨¢tico, en febrero de 2006, y fue aprobado por mayor¨ªa, no sin cr¨ªticas, a finales de ese a?o en la Asamblea de Madrid. Sin embargo, a¨²n no ha sido ratificado por el Consejo de Gobierno de Esperanza Aguirre.
La desidia interesada de la Junta de Castilla y Le¨®n con respecto al parque nacional se empez¨® ya a palpar despu¨¦s de esas mismas elecciones auton¨®micas, cuando Mar¨ªa Jes¨²s Ruiz fue nombrada consejera de Medio Ambiente. Desde entonces, Castilla y Le¨®n ha estado bloqueando de facto el proceso para la declaraci¨®n del parque nacional. En estos ¨²ltimos a?os, entre mentiras, promesas incumplidas y propuestas absurdas, ha ido poco a poco desliz¨¢ndose de forma sibilina hacia situarse en el "no" rotundo al parque nacional que finalmente ha anunciado Mar¨ªa Jes¨²s Ruiz.
As¨ª, en mayo de 2006, algunos meses antes de haberse finalizado el PORN castellano-leon¨¦s, la Junta afirm¨® que la superficie que propondr¨ªa para el futuro parque nacional ser¨ªa tan s¨®lo de unas 11.000 hect¨¢reas, que se limitar¨ªan a las cumbres de las monta?as y excluir¨ªa las valiosas masas forestales de Valsa¨ªn, El Espinar, Navafr¨ªa y Peguerinos. El ¨²ltimo paso ha sido ya excluirlo del todo, con pretextos absurdos (una presunta falta de compromiso de financiaci¨®n por parte del Gobierno central) y mucha demagogia (la falacia de que ya no se podr¨ªa llevar a cabo ning¨²n uso tradicional). Todo ello para solaz de los especuladores urban¨ªsticos.
La protecci¨®n de la sierra de Guadarrama bajo la forma de parque nacional constituye una reivindicaci¨®n que en pocos a?os llegar¨¢ a su centenario. Esa reivindicaci¨®n empieza a gestarse en la segunda d¨¦cada del siglo XX y viene a culminar el singular proceso de descubrimiento y fascinaci¨®n por el Guadarrama que experimentaron los c¨ªrculos m¨¢s ilustrados y comprometidos de la sociedad desde la segunda mitad del siglo XIX. Es el mundo cient¨ªfico el primero en explorar la sierra, con ocasi¨®n de los trabajos que se inician en 1849 por parte de la Comisi¨®n del Mapa Geol¨®gico de Espa?a. Se forjan en el entorno agreste del Guadarrama de aquellos a?os personalidades cient¨ªficas y humanistas de la importancia del ge¨®logo Casiano del Prado o los entom¨®logos Ignacio Bol¨ªvar y Mariano de la Paz Graells, descubridor ¨¦ste de la legendaria mariposa isabelina o Graellsia isabelae.
Gran importancia tendr¨ªa igualmente el descubrimiento de los paisajes de Guadarrama por Francisco Giner de los R¨ªos y los fundadores de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, quienes convertir¨ªan a estas monta?as, a las excursiones por ellas, a la contemplaci¨®n y comprensi¨®n de su paisaje, en fuente de inspiraci¨®n y campo de vivencia para sus m¨¦todos pedag¨®gicos, para su sentido de la higiene y la salud, as¨ª como de sus planteamientos, morales, patri¨®ticos y est¨¦ticos. Los monta?eros, a trav¨¦s del excursionismo, tambi¨¦n constituir¨¢n uno de los elementos protagonistas conformadores del "guadarramismo". Entre ellos, la Sociedad Espa?ola de Alpinismo Pe?alara (cuya alma m¨¢ter fue Constancio Bernardo de Quir¨®s), constituida en 1913. Junto a la Sociedad Pe?alara, el diario liberal El Sol se convertir¨¢ a lo largo de los a?os veinte y treinta del pasado siglo en abanderado de la reivindicaci¨®n del Parque Nacional del Guadarrama, como figura de protecci¨®n necesaria para la preservaci¨®n de estas monta?as.
Despu¨¦s de la Guerra Civil, con los principales mentores del Guadarrama en el exilio, su protecci¨®n como parque nacional qued¨® a la espera de que resurgieran aquellas corrientes ilustradas, cient¨ªficas y naturalistas, que supieran y quisieran identificarse y comprometerse con la identidad cultural y natural del mundo rural y serrano del Guadarrama. Han tenido que pasar, lamentablemente, muchos a?os desde entonces para que surgiese, en 2001, una nueva oportunidad para la sierra de Guadarrama, para que ¨¦sta pudiese gozar del reconocimiento que se merece y fuera finalmente declarada parque nacional.
A pesar de las numerosas agresiones que ha sufrido en las d¨¦cadas pasadas, la sierra de Guadarrama sigue albergando valores paisaj¨ªsticos, medioambientales y humanos, de ¨ªndole cultural e hist¨®rica, muy importantes. Es el paraje de alta monta?a mediterr¨¢nea continental que mayor diversidad biol¨®gica tiene, tanto de flora como de fauna. Cuenta con extraordinarios bosques, de con¨ªferas y caducifolios. Pinares, sabinares, robledales, acebales..., entre otros h¨¢bitats considerados prioritarios por la Uni¨®n Europea. En esta sierra se han catalogado cerca de 1.500 especies de plantas, 300 de vertebrados, m¨¢s de 400 de insectos..., entre ellas, muchas amenazadas. Su avifauna es sobresaliente: casi 200 especies, destacando el ¨¢guila imperial ib¨¦rica, la cig¨¹e?a negra (ambas en peligro de extinci¨®n), el buitre negro y el ¨¢guila real. No es s¨®lo eso: los habitantes de ciudades como Madrid y Segovia se benefician de esta sierra, ya que aqu¨ª tienen su origen las aguas que usan y el ox¨ªgeno del que todos dependemos.
Toda esta riqueza natural, hist¨®rica y cultural, se ve hoy d¨ªa profundamente amenazada: el modelo de desarrollo impuesto por Madrid y trasladado a las ciudades lim¨ªtrofes como Segovia y ?vila es incompatible con la conservaci¨®n de la sierra de Guadarrama. Los desarrollos urban¨ªsticos, que incluso trepan literalmente sobre las laderas de la sierra, est¨¢n produciendo heridas irrecuperables. Y muchas decenas de miles de nuevas viviendas ya est¨¢n proyectadas en la sierra de Guadarrama, en gran medida en espacios de valor natural irrepetible.
La ¨²nica manera, y la m¨¢s eficaz, de acabar con ese tumor que corrompe la sierra es dotarla del m¨¢ximo grado de protecci¨®n posible. Para ello, es clave su declaraci¨®n como parque nacional. En 2001 surgi¨® esa segunda oportunidad para la sierra de Guadarrama. Ahora, el Gobierno de Castilla y Le¨®n pretende dar carpetazo y arrojar todo el esfuerzo realizado por la borda. Si no rectifica a tiempo, ser¨¢ el principal responsable de este fracaso hist¨®rico.
Firman este art¨ªculo Carlos Bravo, presidente de la Asociaci¨®n Centaurea; Pedro Heras, presidente de la Sociedad Castellarnau, y Carlos Tom¨¢s Rodr¨ªguez, secretario de Medio Ambiente de la Uni¨®n Sindical de Comisiones Obreras de ?vila, todos ellos, miembros de Allende Sierra.
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