La ciudad de la arquitectura
A mediados de 2007 se inaugur¨® en Par¨ªs la Cit¨¦ de l'Architecture et du Patrimoine, despu¨¦s de un retraso de cuatro a?os y de una larga, dura y conflictiva gesti¨®n durante la cual una buena parte del equipo que hab¨ªa iniciado el proyecto en el Palais de Chaillot dimiti¨® o fue destituido, incluido Jean-Louis Cohen, el arquitecto e historiador que hab¨ªa pensado un proyecto inicial cosmopolita que fue reducido al contexto franc¨¦s.
En principio, una iniciativa como ¨¦sta, disponer de un museo de arquitectura y del patrimonio, parece admirable y envidiable; pero, una vez conocida, se ve que responde al mismo desierto en el que se ha convertido el Par¨ªs cultural de los ¨²ltimos a?os, con la misma confusi¨®n que gener¨® en 2006 uno de los peores museos contempor¨¢neos, el Mus¨¦e du Quai Branly de Jean Nouvel.
Barcelona no dispone de salas para grandes exposiciones sobre arquitectura y urbanismo
Tambi¨¦n esta llamada Ciudad de la Arquitectura es una fusi¨®n de colecciones unidas por el chovinismo: el Mus¨¦e des Monuments Fran?ais, el Instituto Franc¨¦s de Arquitectura y la ?cole de Chaillot, que forma a los arquitectos encargados del patrimonio. Todo el acondicionamiento interior, bastante mediocre, es del arquitecto Jean-Fran?ois Bodin. En la planta baja del Palais Chaillot se puede visitar la colecci¨®n de moldes de arquitectura hist¨®rica francesa medieval y renacentista, realizados a finales del siglo XIX y principios del siglo XX para la antigua ?cole de Beaux-Arts, que el p¨²blico confunde con obras aut¨¦nticas, con la complicidad de los muse¨®logos. Y en la primera planta se puede recorrer la galer¨ªa de historia de la arquitectura moderna, desde mediados del siglo XIX hasta hoy, a trav¨¦s de 11 temas, con maquetas, planos, dibujos y montajes audiovisuales de cierto inter¨¦s. Ello culmina, sin embargo, con una rid¨ªcula y siniestra r¨¦plica de un m¨®dulo de la Unit¨¦ d'Habitation en Marsella de Le Corbusier. Y la Cit¨¦ se ha inaugurado, c¨®mo no, con una exposici¨®n temporal dedicada a la arquitectura francesa actual.
Hablar de este proyecto, en teor¨ªa crucial pero en realidad una operaci¨®n medi¨¢tica de autopromoci¨®n cultural, viene a cuento por la falta que hay en Barcelona de espacios para exponer algo de lo que la ciudad es emblem¨¢tica: dise?o, arquitectura y urbanismo.
Ciertamente, el futuro Centro del Dise?o tendr¨¢ una secci¨®n dedicada a la arquitectura, aunque sigue hipotecado por la reforma pendiente de la plaza de las Gl¨°ries. Est¨¢ previsto que se inaugure a finales de 2010 o principios de 2011, y de momento, dentro de unos meses se iniciar¨¢n actividades ocupando la actual sede del Museo del Textil y de Indumentaria de la calle de Montcada.
Y es cierto que Barcelona fue nombrada por el Ministerio de Vivienda sede del Museo de Urbanismo, dentro del Museo Nacional de Arquitectura y Urbanismo y compartiendo sedes con el Centro de Documentaci¨®n en Madrid y con el Museo de Arquitectura en Salamanca, elegida por componendas pol¨ªticas. Pero todo este proyecto nacional ha quedado congelado con el cambio de ministras en Vivienda y con la dimisi¨®n de Manuel Blanco, el arquitecto y profesor que hab¨ªa ganado el concurso para ser el director. Al mismo tiempo, se ha anunciado que la Bienal Iberoamericana de Arquitectura va a tener su sede en el conjunto que ha proyectado ?scar Niemeyer en Oviedo, cuando ¨¦ste se inaugure. Por su parte, la Junta de Andaluc¨ªa sigue enriqueciendo su Centro de Arquitectura, en el antiguo convento de Santa Mar¨ªa de los Reyes en Sevilla, donde ya hace a?os presenta exposiciones y conferencias.
Y tambi¨¦n es cierto que el Colegio de Arquitectos de Catalu?a, la instituci¨®n que posee m¨¢s documentaci¨®n de la historia de la arquitectura catalana, ten¨ªa previsto instalarse en las tres naves de una parte de la antigua f¨¢brica Oliva Art¨¦s, dedicando espacio al museo de arquitectura. Pero esto parece que se ha suspendido, entre otras razones, al rechazar un edificio convertido en unos pabellones encerrados dentro del Parc Central del Poblenou, de Jean Nouvel.
A esta end¨¦mica insuficiencia barcelonesa, no disponer de lugares donde exponer sobre arquitectura, a¨²n le quedan a?os para que sea paliada. Llevamos tiempo fuera de las rutas de las grandes exposiciones sobre arquitectura y urbanismo, y tenemos escasas posibilidades de preparar exhibiciones relevantes de un cierto tama?o y profundidad al no disponer de salas ni infraestructuras adecuadas. Otro indicio de una Barcelona que se publicita como modelo, pero que tiene graves deficiencias, y de unos intereses profesionales dominantes que no quieren que la informaci¨®n y el conocimiento aireen un ambiente cerrado y autocomplaciente.
Josep Maria Montaner es arquitecto.
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