Alerta de la ONU: el 'mobbing' se dispara
El acoso inmobiliario aumenta al ritmo de la crisis - Naciones Unidas exige una respuesta de las autoridades y advierte del peligro que viven los sectores m¨¢s vulnerables de la poblaci¨®n
Al entrar en la corrala de la madrile?a calle del Ventorrillo es conveniente mirar al suelo. Los escombros y los cables dificultan el paso antes de llegar a la escalera de este edificio construido en 1907. Sin embargo, la que a primera vista parece una rutinaria obra de rehabilitaci¨®n acompa?a en realidad, desde hace 11 meses, el drama cotidiano de sus vecinos: 10 ancianas de entre 62 y 85 a?os que se resisten a abandonar las casas en las que nacieron o pasaron gran parte de su vida, pese a las presiones de la empresa que ha comprado la finca.
El gui¨®n se repite: primero tientan a los j¨®venes. Luego acosan a los mayores
La primera querella por 'mobbing' fue en 2003. Suman cientos desde entonces
El relator de la ONU denuncia a Espa?a como "una verg¨¹enza"
El Gobierno impulsa un proyecto contra el acoso de caseros en 10 municipios
Se trata de un episodio ejemplar de los cada vez m¨¢s frecuentes casos de mobbing inmobiliario que, sobre todo en los cascos antiguos de las grandes ciudades, reflejan una faceta de la especulaci¨®n privada que arraiga en los procesos de rehabilitaci¨®n urbana puestos en marcha por los ayuntamientos. De Madrid a Barcelona, pasando por M¨¢laga, o Canarias, la f¨®rmula suele ser muy parecida y cuenta con dos actores principales: los inquilinos titulares de contratos de alquiler de renta antigua o propietarios ancianos, y las inmobiliarias afectadas por la crisis del sector que pretenden aprovechar la rentabilidad de fincas ubicadas en los centros hist¨®ricos.
El fen¨®meno se ha extendido hasta llamar la atenci¨®n de Naciones Unidas, que ha realizado una inspecci¨®n en Bilbao, San Sebasti¨¢n, Almer¨ªa, El Ejido, Roquetas de Mar, Sevilla, Barcelona y Zaragoza. Las conclusiones de la visita del relator especial de asuntos de vivienda de la ONU, Miloon Kothari, se recogen en un informe que se presentar¨¢ el 10 de marzo en Ginebra y al que este peri¨®dico ha tenido acceso. El estudio de Kothari, destaca que "entre los muchos casos de mobbing analizados, muy pocos han sido perseguidos jur¨ªdicamente. El relator teme que este bajo porcentaje se debe a la vulnerabilidad de las v¨ªctimas y su dificultad para emprender una acci¨®n legal". "La especulaci¨®n ha tenido un impacto negativo", cuenta el relator de la ONU. Y pide a las autoridades protecci¨®n para mujeres, j¨®venes, discapacitados, personas mayores y gitanos, los grupos m¨¢s vulnerables ante los especuladores.
En 2007, s¨®lo en la capital catalana se detectaron m¨¢s de 200 casos, el doble que a?o anterior. Sin embargo, las autoridades son conscientes de encontrarse ante un fen¨®meno de dimensiones insospechadas, ya que los ¨²nicos acosos contabilizados son los que han sido denunciados ante un juez o una asociaci¨®n. Por esta raz¨®n, el Ministerio de Vivienda puso en marcha desde ayer un proyecto piloto para combatir esta forma de mobbing en 10 ayuntamientos. En L'Hospitalet de Llobregat, Fuenlabrada, Gij¨®n, Denia, A Coru?a, Vitoria, Getafe, C¨®rdoba, Elche y Las Palmas se activ¨® un tel¨¦fono gratuito de atenci¨®n ciudadana, que cuenta con personal especializado para atender a los afectados por estas pr¨¢cticas.
Sin embargo, la mayor¨ªa de ciudades se enfrentan solas al problema. En Barcelona se cre¨® hace tres a?os una oficina de atenci¨®n a los afectados; C¨¢diz abri¨® en 2006 un servicio de atenci¨®n al inquilino. Pero muchas veces son las organizaciones de voluntarios las que suelen prestar m¨¢s ayuda. "S¨®lo es una cuesti¨®n de voluntad", destaca Marina Par¨¦s, presidenta del Servicio Europeo de Informaci¨®n sobre Mobbing (Sedisem). "Hemos llegado a esta situaci¨®n porque las leyes del mercado han acabado regulando el derecho de los ciudadanos a la vivienda. Pero combatir el asedio inmobiliario es posible, porque la justicia lo castiga". Es verdad. Desde que, en 2003, se presentara la primera querella por este tipo de mobbing y despu¨¦s de las primeras victorias legales de unos inquilinos de Getxo, cada vez son m¨¢s los afectados que se animan a acudir a un abogado. El Gobierno catal¨¢n, adem¨¢s, aprob¨® en diciembre de 2006 una nueva ley de vivienda que persigue a los propietarios que practiquen mobbing, a los arrendadores de los llamados pisos "patera" y, en general, a los que especulen con viviendas vac¨ªas. A los primeros, se les puede sancionar administrativamente, en casos muy graves, con multas de hasta 200.000 euros.
Pero volvamos ahora a Madrid, donde el caso de las llamadas "abuelas de Ventorrillo" no ha tardado en llegar a los tribunales. Lo cuenta Luisa Mart¨ªn, de 82 a?os, en su pisito de menos de 20 metros cuadrados repartidos entre una diminuta cocina y una habitaci¨®n con un v¨¢ter de motor instalado junto a la cama. "Ahora tengo miedo", repite una y otra vez mientras repasa su vida. Luisa lleg¨® a la corrala en plena Guerra Civil. All¨ª ha vivido con sus padres, sus t¨ªos, sus sobrinos e hijos, y, desde hace d¨¦cadas es titular de un contrato de alquiler de renta antigua por el que paga cada mes 75 euros. Sin embargo, en 2005 su destino cambi¨®. Al fallecer al antiguo propietario del inmueble, la finca fue adquirida primero por una inmobiliaria, y despu¨¦s por el grupo Sistema 23.
Hace un a?o, Luisa y sus vecinas Adelaida Salas, Juanita Fern¨¢ndez, Ernestina Salcedo, Mar¨ªa Jes¨²s Tebar, que convive con un marido enfermo e imposibilitado a levantarse de la cama, recibieron una carta de los nuevos propietarios, que les requer¨ªan dejar el piso "vac¨ªo, expedito, libre de enseres" en un plazo de algunos meses. ?Las alternativas? "Me dijeron que pod¨ªa ir a una residencia", cuenta Luisa. A otros inquilinos les ofrecieron unos 12.000 euros, aseguran. Pero a?ade con ojos vivaces: "de aqu¨ª no me voy". Y es que ni ella ni las otras vecinas abandonaron sus casas -as¨ª lo hicieron otros inquilinos, en su mayor¨ªa j¨®venes, extranjeros o llegados hace pocos a?os-, por lo que Sistema 23 present¨® unas denuncias por desahucio. Desde la inmobiliaria aseguran, en cambio, haber ofrecido a los inquilinos titulares de contratos de renta antigua suspender temporalmente el arrendamiento y trasladarse a otras viviendas ofrecidas por la empresa durante las obras de rehabilitaci¨®n. Pero seg¨²n el abogado de Luisa Mart¨ªn, Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez, a su asistida no se le dio esa oportunidad. "La cuesti¨®n es encontrar una soluci¨®n intermedia. Entiendo que las empresas tengan que hacer negocios, aunque tambi¨¦n considero importante tener en cuenta el factor humano", explica Fern¨¢ndez.
En la capital o en Barcelona, en Bilbao o en Tenerife, tras los centenares de casos de mobbing inmobiliario se esconden historias de miedo, miserias y prevaricaciones. Una viuda catalana de 75 a?os que disfrutaba de un contrato de alquiler indefinido desde 1936 con una renta mensual de 40 euros se vio coaccionada a abandonar su casa voluntariamente, renunciando a la indemnizaci¨®n que por ley le hubiera correspondido. Una pareja de ancianos propietarios de Murcia vendi¨® su vivienda por la mitad del precio de mercado a una inmobiliaria despu¨¦s de meses de asaltos cotidianos. Se trata de casos reales y denunciados. Y es que tambi¨¦n los propietarios sufren mobbing, aunque en medida menor. El gui¨®n se repite m¨¢s o menos igual. Una empresa interesada en una finca intenta convencer primero a los residentes m¨¢s j¨®venes, ofreci¨¦ndoles sumas de dinero interesantes. Cuando ya s¨®lo quedan los propietarios mayores, se intensifica la presi¨®n hasta casi coaccionarles a vender sus pisos a la baja.
Un caso ejemplar de este tipo se inici¨® en Getxo, en 2003. Para los vecinos de la casa de Tangora, una finca de cinco plantas repartido en tres viviendas, en el barrio de Neguri, los problemas empezaron cuando un empresario compr¨® el piso intermedio e intent¨® hacerse con el edificio entero. Los residentes del primer piso se negaban a vender, as¨ª que el empresario cedi¨® su casa a una familia gitana de 30 miembros. Los otros vecinos presentaron m¨¢s de 50 denuncias por amenazas, robos o inundaciones, hasta que un juez dict¨® medidas cautelares contra los acusados por mobbing, oblig¨¢ndoles a desalojar los imputados.
As¨ª se desarrolla el trabajo de algunos promotores o propietarios, que por esta raz¨®n se han ganado el triste apodo de asustaviejas. Uno de ellos, calificado por el Defensor del Pueblo como el peor acosador inmobiliario del casco antiguo de M¨¢laga, lleg¨® a cortar el agua de algunos vecinos despu¨¦s de que el Ayuntamiento llevara a cabo algunas obras de mejora en su inmueble.
Pr¨¢cticas de este tipo son precisamente las que registr¨® hace un a?o el relator especial para la Vivienda de Naciones Unidas Miloon Kothari. Si entonces declar¨® que "el estado del mobbing inmobiliario en Espa?a es particularmente grave y representa una verg¨¹enza para el pa¨ªs ya que no se registran casos tan graves en otras regiones del mundo desarrollado", ayer Kothari destac¨® que, junto con el acoso inmobiliario, la falta de viviendas de protecci¨®n oficial, la necesidad de promover el mercado de alquiler y el alto porcentaje de fincas vac¨ªas son otros de los problemas que hay que resolver.
El informe de la ONU revela adem¨¢s que, en un pa¨ªs en el que todav¨ªa quedan m¨¢s de 300.000 contratos de alquiler de renta antigua (en su mayor¨ªa contra¨ªdos por personas ahora mayores), la crisis inmobiliaria no s¨®lo est¨¢ magnificando de alguna manera el fen¨®meno del mobbing, sino que afecta a las franjas de poblaci¨®n m¨¢s j¨®venes. Pero ¨¦sta es otra historia. Mientras tanto, Luisa Mart¨ªn y otros centenares de ancianos siguen luchando por su cruzada particular: "vivir como en los ¨²ltimos 72 a?os. Con poco, pero con dignidad". Hasta ahora, lo ha conseguido.
Manual del acosador...
Agujerear falsos techos, desestabilizar las barandillas de las corralas, dejar escombros y obras inacabadas en los espacios comunes, cambiar la cerradura, romper las tuber¨ªas. ?stas han sido algunas de las formas de coacci¨®n utilizadas en un c¨¦lebre episodio de mobbing en Barcelona, en una finca del n¨²mero 29 de la calle de Robadors, en el barrio del Raval. Porque detectar el acoso inmobiliario es posible, ya que los especuladores suelen seguir pautas parecidas. Aqu¨ª van algunas pr¨¢cticas denunciadas por ONG y asociaciones de vecinos.
- Los propietarios pueden llegar a negarse de alguna manera a cobrar el alquiler para poder alegar despu¨¦s, en sede judicial y tras una de las frecuentes denuncias por desahucio, que los inquilinos no pagan.
- En algunos casos, se permite que los edificios se deterioren para que los ayuntamientos los declaren en "ruina t¨¦cnica" y sea necesario proceder a una rehabilitaci¨®n estructural del inmueble.
- Una forma relativamente frecuente de sabotaje vecinal consiste en cortar o romper las tuber¨ªas, suspender el suministro de agua o luz y hasta cambiar las cerraduras mientras los inquilinos no se encuentran en casa.
- Algunas asociaciones de vecinos, adem¨¢s, han detectado en algunos casos alquiler deliberado a personas potencialmente molestas o violentas. Tambi¨¦n se permite la entrada masiva de inmigrantes en los que ya han sido bautizados como pisos patera para intentar intimidar a los inquilinos mayores o m¨¢s vulnerables.
- Empezar una obra de rehabilitaci¨®n para luego dejarla inacabada es una estrategia que suele molestar especialmente a las personas mayores.
... y manual del acosado
Si sospechan que son v¨ªctimas de acoso inmobiliario, lo primero que tienen que hacer es acudir a una asociaci¨®n vecinal, ONG, C¨¢mara de inquilinos o a uno de los servicios de atenci¨®n puestos en marcha por los ayuntamientos o el Ministerio de Vivienda. Las estrategias utilizadas por muchos especuladores han sido combatidas, por ejemplo, en Sevilla, por la Oficina de Atenci¨®n al Inquilino en Situaci¨®n de Abuso (OTAINSA), que ha conseguido cerrar acuerdos con los propietarios de decenas de viviendas del casco antiguo para que las familias no pierdan su hogar o, al menos, sean debidamente indemnizadas.
En los 10 ayuntamientos en los que ayer se inici¨® el proyecto piloto impulsado por el Ministerio de Vivienda (L'Hospitalet de Llobregat, Gij¨®n, Denia, Fuenlabrada, A Coru?a, Vitoria, C¨®rdoba, Getafe, Elche y Las Palmas de Gran Canaria), los afectados pueden llamar al tel¨¦fono gratuito 900 900 707, en el que ser¨¢n atendidos por personal especializado.
Otras organizaciones o p¨¢ginas web que se dedican a prevenir, informar a los ciudadanos y atender casos de mobbing inmobiliario son, por ejemplo, El Servicio Europeo de Informaci¨®n sobre Mobbing (www.sedisem.org), la C¨¢mara Oficial de Vecinos e Inquilinos de Madrid (91 576 87 05), El refugio (www.el-refugioesjo.net),
Las "abuelas" de la madrile?a calle del Ventorrillo, por su parte, informan acerca de la evoluci¨®n de su particular Odisea desde la p¨¢gina web www.el7deventorrillo.wordpress.com. All¨ª, se publican largos mensajes acerca de sus estados de ¨¢nimo, comparten con los lectores sus tribulaciones diarias y las evoluciones de su contencioso con la inmobiliaria que adquiri¨® la finca, Sistema 23.
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